El fútbol y la pasta

 

    Resulta que hubo un tiempo en que los dirigentes que gestionaban el peloteo zaragozano, con la venta del campo de Torrero, no se sabe como, pues debía de ser tontos,  pagaron el de la Romareda.

   Ahora  el Real Zaragoza, aparte de seguir siendo un club más que mediocre, no pone ni una para, al menos, tener una plantilla ganadora y aspirar a ser un club de primera.

   Lejos de esos planteamientos se inventan lo de siempre: dinero público para negocios privados y de ese modo los jugadores serán plantilla de la DGA o se adscribirán al Ayuntamiento porque  a lo visto, son los que van a poner la pasta gorda.

   Vuelve otra vez el borrico a la era y el ladrillo vuelve a templar las gaitas para que lo de menos sea el campo (que parecía que bastaba con meterle un arreglo para ir tirando) y lo de más sean, como siempre, los alrededores.

   ¿El club es privado o público? Pues eso, a apechugar y que nos dejen en paz los rompebotas.