Ojo con perder la oportunidad renovable

   Efectivamente se ha impuesto en nuestra sociedad, y sobre todo entre la progresía militante, la cultura del “no”. Y menos mal que estamos bajo un gobierno socialista (además de sus alucinantes socios) Porque si mandara en España un gobierno conservador, las calles estarían rellenas de paseantes pancarterors  con la anuencia, eso sí y como siempre,  de los apesebrados sindicatos.

  Dios, en su bendita bondad y, sin duda, con la sempiterna intercesión  de la Virgen del Pilar, ha colocado a Aragón en un entorno privilegiado para el florecimiento espectacular de este tipo de energías y sus evidentes reflujos económicos.

   Pues bien, los de siempre y los otros, han decidido preservar el norte de nuestra comunidad  de ese tipo de instalaciones pensando, con todo el derecho del mundo, que el turismo es la panacea interminable, que la nieve será eterna  y que el paisaje de la soledad es intocable una vez que se acabó de fabricar el carbón vegetal  que arrasó, ciertamente,  todo bosque que hubiera en los entornos. Ahora sólo nos queda la agricultura subvencionada  en intensiva que está arruinando –sin protesta alguna- todos los manantiales del norte y del sur de nuestro país.

    No sé por qué nos da en la nariz  que aquí los de siempre están metiendo mucho “contenido liberador” entre los practicantes del “no” que están haciéndonos perder una ocasión única de que Aragón se coloque en la proa de la nave española. ¡Al tiempo, señores!