Italia: San Jorge y los mujiks


Por José Joaquín Beeme

    Uno no imaginaría nunca a Kandinsky, abuelo del abstractismo, asociado a estampas folclóricas de la madre Rusia y a iconos del abigarrado santoral ortodoxo.

     Lo que no es difícil con Chagall. El pintor moscovita tuvo su Yásnaya Poliana y sus cuentos de viejas con arrebol de hoguera, antes de mutarse en la Alemania de entreguerras en un teórico-práctico del color y sus sinestesias polinizadas de música (en particular, el dodecafonismo de su amigo Schönberg). Así quiere probarlo, indagando en sus fuentes visuales, el Museo de las Culturas de Milán en colaboración con el Ermitage, el Pushkin y otras colecciones de arte popular armenias y georgianas, que titula su muestra El caballero errante por la recurrente iconología centrada en san Jorge, patrón de Moscú, y por el viaje de conocimiento que Vasili Vasílievich realizó desde la etnografía y las tradiciones vernáculas hasta el nuevo mundo de las vanguardias, extremos ambos que trata de abrazar, desde su fundación hace un par de años, el MUDEC. El viejo caserón industrial de Porta Genova factura también decorados para La Scala, pero, remodelados por el arquitecto Chipperfield sus volúmenes expositivos, ha venido sobre todo a salvar repertorios materiales acumulados por exploradores, colonos y misioneros italianos durante siglos y que, en agosto de 1943, fueron casi totalmente destruidos por un bombardeo aliado sobre el castillo Sforzesco. Por eso los descomunales dinosaurios argentinos, otra muestra estrella de la temporada, se ligan bien con el dragón mitológico y los sucesivos monstruos jurásicos. Al lado se alojan, quién sabe si viven, las naturalia-artificialia de Manfredo Settala, las temibles armaduras samuráis, las máscaras tribales prontas al embrujo. Que hicieron a Picasso, tras su famosa conversión del Trocadéro, poner rumbo hacia Avignon: lo mismo que el ruso con sus arcones taraceados y sus bordados multicolores, así el malagueño amamantó su espiritualidad artística con aquellos idolillos que compró, flipado, por docenas.

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