Pollerías (diciembre-enero)


Por Martín Ballonga

  Un éxito sin igual del Pollo Urbano! Una sección  con píldoras, runrunes y comentarios que nos llevaran por pequeñas pistas a caminos de interés asegurado para nuestros lectores ¡No te pierdas esta sección!


    Comisariada por Ricardo Marco en colaboración con el Colegio de Arquitectos de Aragón, la exposición «La Bauhaus: un experimento artístico y pedagógico. 1919-2019» parece más bien un experimento del doctor Frankenstein destinado a martirizar al público visitante.  La Bauhaus no se merece ni el espacio, ni el contenido ni la presentación que le hemos dedicado en Zaragoza.

     Seguro que el fundador de la escuela, Walter  Gropius,  debe estar retorciéndose en su tumba, mientras que el polifacético Herbert Bayer habría jurado en austriaco al ver tal despropósito y  hubiera pensado con la habitual nitidez que le caracterizaba: “!Pero que coj… han hecho estos tíos! ¿Es que no tenían otra pu… cosa que hacer? 

 

     La noticia del 10-N entre los minoritarios llega de Aragón, porque Teruel Existe entra en el Congreso. Esta agrupación ciudadana sin ideología, nacida en 1999 para reivindicar comunicaciones y repoblación, se convierte en algo con representación parlamentaria estatal. Obtiene un escaño, que ocupará su líder, Tomás Guitarte, un arquitecto de 58 años que, en su día, militó en Chunta Aragonesista. Pero Teruel Existe no tiene nada que ver con el nacionalismo de la CHA. Es una suerte de regionalismo en pequeño formato, porque habla exclusivamente de su provincia. Financiación para frenar la despoblación. Fiscalidad diferenciada para crear empleo rural. Todos los pueblos a menos de 30 kilómetros de una autovía. Banda ancha para todos los núcleos de población. O sea, una especie de “¿qué hay de lo mío?” para ofrecer su voto a unos u otros. Sus críticos dicen que no tiene propuestas genéricas que afectan a la sociedad española: empleo, igualdad, justicia, pensiones… Aunque modesto y minúsculo, Teruel Existe significa el desembarco en el ombligo político del país de una fuerza que representa la España vaciada. O vacía, que no queremos líos con Sergio del Molino.

  Estas generales han resultado fabulosas. El hecho histórico de desplazar, o airear, los despojos de Franco del Valle de los Caídos ha renovado un extremismo sociológico que pasa de Franco y triunfa. Todo es loquísimo. El auge de la extrema derecha es un mérito sideral de Sánchez. De Casado. De Rivera (gracias y hasta otra). No conviene olvidarlo. De los mismos que abandonaron el sitio para no perder el puesto. Decidieron quedarse a enredar entre ellos mientras Abascal iba haciendo surco por su cuenta. Este país ya parece un reino de zumbados con cargo al presupuesto. Porque Franco no le dio a Sánchez los votos que esperaban. Recuerden: Mitterrand abrió las puertas al Frente Nacional y hoy el FN es más fuerte que el socialismo.

  Abascal, por su parte, levanta el índice y condena una y otra vez a la España progre. Es su fantasma. En forma de batallón de cineastas y escritores, de movimiento feminista, de la homosexualidad, de las cuatro lenguas cooficiales del Estado, de la ley de igualdad o el satánico pacto de gobierno entre Sánchez e Iglesias. Todo lo que se conjuga en futuro es peyorativamente progre: los niños inmigrantes, el cambio climático, la pertenencia a Europa, pero sobre todo la diversidad. Ante ella poseen un libreto de dogmas que resuelve cualquier pregunta. Sin pensar. Con asideros o sin ellos. ¡Arriba España!

  Habría que volver al razonamiento de la pensadora judía Hannah Arendt: “El error principal es creer que la verdad es el resultado último de un proceso de pensamiento. La verdad, al contrario, siempre es el principio”.

     Sea como fuere, del pacto fulgurante alcanzado por el PSOE y Unidas Podemos ha salido el nuevo gobierno. De presidente, Pedro Sánchez; de vicepresidente, Pablo Iglesias; de ministro de movilidad… Pablo Echenique. ¡La que está liando Zapatero!

 Sobre este pacto urgente, por cierto, Fernando Savater, al que le va más la revuelta que la revolución, responde en una entrevista concedida al periodista Antón Castro en ‘Heraldo de Aragón’: “Sánchez es un falsario de arriba abajo y un mentiroso compulsivo, que hace cualquier cosa por estar ahí, e Iglesias creo que no miente, creo que dice la verdad, y eso es peor todavía, con las ideas que tiene”. De haber estudiado música, Savater no hubiera sido solista, sino maestro de solfeo…

  Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, además, se solidarizan con las especies menos evolucionadas al garantizar el trato digno a todos los seres vivos. Los dos partidos incluyen una ley de bienestar animal. Proclaman que esos seres son capaces de sentir emociones y lucharán porque ninguno esté enjaulado. Proponen, como san Francisco, que se trate a los animales como ciudadanos. Los de la derecha dura temen ese buenismo de fortuna y dicen, en plan satírico, que se va a amar más a los insectos que a los españoles. ¡Que salga Buñuel de su tumba, especialista en diseccionar insectos!

  Si un condado integrado en la corona de Aragón es un condado –de Perogrullo-, no le falta razón a Javier Lambán cuando dice que los historiadores catalanes que alteran la verdad son unos mamarrachos. Personas estrafalarias o ridículas las tenemos por todas partes. También las hay manipuladoras. E hipócritas y falsas. Tan es así que corearon en el último pleno al presidente de Aragón: “¡Alambín, alambán, alambím, bom, ba; Lambán, Lambán, y nadie más!”.

  El cachete en el culete que le dimos a Víctor Ullate en las anteriores pollerías, al parecer, no le han sentado nada bien. Y aunque reconocemos que también merece en el hoy sombrío un cierto reconocimiento a su forja artesanal de varias generaciones de sublimes bailarines y a su apasionamiento estético tanto por la danza de técnica clásica como de expresión contemporánea, el final de su compañía está siendo triste: un ERE de extinción, cuentas sin depositar, sueldos impagados e irregularidades por doquier. Ullate no fue nunca un hombre fácil, ni tampoco un gestor brillante. No lo fue en lo personal, en su faceta de maestro autoritario; ni tampoco en su calidad de responsable de una iniciativa cultural privada y después una fundación. Ya lo dijo Salomón, quien se alía con Ullate sale con escorzón…

  La jaquesa Georgina Rodríguez, compañera de Cristiano Ronaldo, fue parodiada en un programa de la RAI como sirvienta del futbolista. Para terminar de arreglar las cosas, el astro portugués no pasa por su mejor momento en la liga italiana. “De seguir esto así”, manifestó a sus colaboradores más cercanos, “firmo por el Huesca”.

  Víctor Fernández, actual entrenador del Real Zaragoza, se cree un filósofo. Pero lo que tenemos claro es que saber organizar a once jugadores en el campo de fútbol –cuestión también discutible- no te emparenta con Kant. O con Valdano. Pura verborrea. ¡Aúpa el Huesca!

  Acaba de presentar el actor Andrés Pajares un libro autobiográfico: ‘Mis memorias… antes de que se me olviden’, publicado por la editorial Almuzara. En él habla de su trayectoria personal y profesional, como no podía ser de otro modo, y en un momento dado escribe: “Recorrí con Fernando Esteso toda España, actuando en incontables salas y teatros, como en el Oasis de Zaragoza, donde el horario era de dos de la tarde a tres de la mañana ininterrumpidamente, con funciones de hora y media. La primera era para la gente de los pueblos y cuando salía a actuar me decían ‘¡vete ya, que salgan las tías!’. Y no me quedaba más remedio que hacerlo, porque se podía armar”. En fin, unos parrioquianos brutos, sucios y malos, como la película de Ettore Scola.

  Julián Casanova aparece acreditado como asesor histórico de la película de Alejandro Amenábar que rescata la figura de Miguel de Unamuno. ‘Mientras dure la guerra’ se titula. El propio Unamuno (aparece como un vanidoso e impulsivo viejo cascarrabias que cambia de opinión como un tránsfuga de las ideas), Francisco Franco (temeroso, apocado, casi retrasado) y Millán Astray (convertido en el ‘genio malo’ de las ambiciones del dictador) son los personajes principales. Todo es más simple que el asa de un cubo, aparte de los errores históricos, y se recurre igualmente a la manoseada imagen del ‘Duelo a garrotazos’ de Goya. La película, a la que le falta amplitud de miras. Nunca va más allá de lo que dura un globo de chicle, ruidoso, transparente y vacío.

  Es una pena que el último (y singular) filme de Lluís Miñarro no se haya estrenado en Zaragoza, en el que actualiza el mito bíblico de Salomé, recreado por Oscar Wilde en su célebre obra publicada en 1891, trasladándolo a un campamento militar situado en el desierto, para hablar de temas espinosos como las torturas a los presos, el fanatismo religioso o las obsesiones sexuales. Ya ocurrió algo parecido con su anterior película, ‘Stella candente’, estrenada finalmente en la filmoteca de la Inmortal, que vino a presentarla y estaba más solo que la una.

  Miñarro ofrece un descenso a los abismos del deseo y la carne en una suerte de sátira política repleta de tonos e ideas, que bebe tanto del cine clásico estadounidense como de las pulsaciones del subconsciente de Luis Buñuel. Si el cine es territorio de los sueños, ¿cómo no van a ser surrealistas muchas de las imágenes de su cine? Otra pregunta: ¿dónde están todos esos ‘expertos buñuelianos’ de esta ciudad tan heroica y puta, incapaces de ver más allá de sus ombligos?

  Al son de la serie ‘¿Qué fue de Jorge Sanz?’, el ínclito Luis Alegre ha redactado un libreto para que ruede su amigo David Trueba en torno al anterior consejero cultural de la DGA. El título está claro: ‘¿Qué fue de Nacho Escuín?’.

  Enhorabuena al músico y filósofo zaragozano Santiago Auserón, que publica, tras treinta años de investigaciones sonoras en América, África y España, ‘Semilla del son’ (Libros del Kultrum), una crónica de un hechizo en alusión a su encuentro con los sones de Cuba. ‘Auserón’ es un vocablo de prosapia occitana que deriva del latín ‘avicellum’, esto es, pajarillo. Todo un pájaro cantor del son, de la habanera, de la samba, del pasodoble, del tango flamenco, del danzón, del tango rioplatense, de la ‘second line’ de Nueva Orleans, de la rumba, del reggae, del reguetón, del pollo urbano… ¡Viva Juan Perro!

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