Fantástica cosecha de garbanzos de Fuentesáuco

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Por María Sarmiento

     Muy contentos están los responsables de la segunda cosecha de garbanzos de “Fuentesáuco” que ha tenido lugar en una pequeña finca propiedad del ISSIPU en  Hinojosa del Campo, en Soria, y con cuyo estudio se quiere abrir una nueva línea en el trabajo del Instituto: el estudio y cultivo de  algunas legumbres singulares y su adaptación ese medio.

    Originariamente estos afamados garbanzos son originarios de la provincia de Zamora pero tras un estudio científico de una determinada zona del lugar donde actúa principalmente el Instituto, se llego a la conclusión de que las carterísticas de dicho  suelo eran las idóneas para este cultivo.

    Hay una creencia generalizada de que el mejor suelo es el aparentemente más fértil y no es así.  “El garbanzo es una planta que tolera muy bien la escasez de agua. Incluso un ligero exceso de ella, durante su período vegetativo, le puede llegar a perjudicar si las precipitaciones son suficientes como para producir encharcamiento del terreno, ya que es una especie muy sensible a la asfixia de raíces.  Por otra parte, el exceso de humedad en el suelo y las altas temperaturas ambientales favorecen la falta de aireación de la masa vegetal existente, produciendo un microclima especial, con humedad relativa alta y mucha temperatura, que hace que se favorezca el desarrollo de enfermedades criptogámicas, a las que el garbanzo es muy sensible.  Estas características han dado origen al refrán que dice «al garbanzo el agua al nacer y al cocer».

   Así pues, se preparó la zona adecuada con dos labores: una con el cultivador y dos posteriores con el rotovator. La úlima, el día anterior a su siembra, para la cual se empleo el  “Planmagara” (Plantador manual de garbanzos Angel) y que es una patente del  ISSIPU.

  En la recogida y selección participó Jesús Sáinz que pudo dar fe de la feracidad de la plantación y posteriormente pudo analizar y degustar , tras la adecuada cocción, el inconmensurable cocido que se comieron los participantes en dicha recolección.

   Con respecto a los suelos, el garbanzo tolera, normalmente, los terrenos más variados. Sin embargo, para que tengan buenas condiciones para la cocción, necesita suelos ricos en potasio, bien dotados de fósforo y pobres en cal en forma de sulfato (yeso), ya que éste último compuesto es el que endurece al garbanzo. Tierras con alto contenido en sulfato de cal son, por otra parte, capaces de producir garbanzos tiernos, siempre y cuando sean muy ricas en potasa, pues la abundancia de este elemento hace disminuir la absorción de cal por parte de la planta.

   Las tierras muy fuertes producen garbanzos de buena cochura, aunque con una piel muy basta en el grano.

   Finalmente, la cosecha garbancera ha sido envasada en unos bonitos botes para repartir como recuerdo entre los trabajadores del instituto y algunas muestras se llevaran a diferentes organismos agrícolas para realizar las oportunas verificaciones. ¡Enhorabuena a los responsables del instituto por este nuevo éxito!

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