Director: Dionisio Sánchez Rodríguez. El Pollo Urbano. Desde 1977 la primera revista de sátira política, información, ocio y cultura . Zaragoza. España. Nº 244. Junio 2025.
Por José María Bardavío
Kansas City,1882. Una sala de baños amplia y limpia con una docena de bañeras dispuestas en dos hileras, como las vías del tren. Cada una de ellas dispone de una pequeña caldera que al calentar agua libera el vapor que genera un ambiente cálido y húmedo.
Por Don Quiterio
La pandemia y sus efectos sobre la población confinada centran las tramas de numerosos audiovisuales de reciente producción. Miedo, incertidumbre, desconcierto y la sensación de que el mundo, tal como lo conocíamos, se nos escapa como arena entre las manos.
Por JJ. Beeme
Pienso en los gestos gratuitos que se repiten con tozuda insistencia, en la obsesiva circularidad de los moti dell’anima, en los coscorrones ciegos de una vida sin propósito cuando vuelvo, años después, al DF claustrofóbico de El ángel exterminador, esa villa señorial plantada en la calle Providencia, colonia Del Valle Centro, cerrada a cal y canto…
Por Don Quiterio
Licenciada por la universidad de Navarra en comunicación audiovisual y por la escuela de cine de Madrid en la especialidad de guiones, la zaragozana Isabel Peña –cosecha del 83- desarrolla su carrera como guionista…
Por José María Bardavío
La novela se sitúa inicialmente en Brooklyn en 1935. En la página 32 (Punto de Lectura) leemos: <<Cuando papá trae a casa el sueldo de la primera semana la noche del viernes, sabemos que el fin de semana será maravilloso.
Por Don Quiterio
La vida y trayectoria de Carolina Marín, la mejor jugadora de bádminton del mundo, es la base de la serie documental ‘Puedo porque pienso que puedo’, cuatro episodios de treinta minutos…
Por Luis Gareta
La XVIII edición del certamen Cine y Salud ya conoce a sus ganadores.El pasado sábado por la mañana tuvo lugar la proyección y competición online de 23 cortometrajes finalistas de un total de 101 presentados.
Por Carlos Calvo
Aunque el viaje ha sido duro desde que la pandemia de coronavirus estalló, la ceremonia de los premios Simón, por fin, subió el telón, en tiempo y forma, el penúltimo domingo del pasado septiembre. Una extraña y nada hospitalaria edición, la número nueve, celebrada en una acotada y enmascarada sala Mozart del auditorio zaragozano, singular y atípica en todos los aspectos (y sentidos), ya que los asistentes estuvimos sometidos a estrictos protocolos sanitarios y a que la organización, en efecto, se vio obligada a reducir el número de pases. La higiene, ya saben.