Como si no hubiera un mañana / Manuel Medrano


Por Manuel Medrano
http://manuelmedrano.wordpress.com

  Así como dice el título, llevo más de un año viendo demostraciones de alucinaciones e histerias colectivas.

   De las primeras me dan fe amigos del ámbito sanitario, y me dicen que no son tan etéreas como pudiera parecer: el incremento de afecciones psicosomáticas y recetado de pastillas varias para ello es alarmante. Y parece que aún crecerá. Tampoco me extraña. Aunque solo sea por ver cosas como la mezcla de vacunas que le quieren endosar a la gente y que resumió bien un periodista: la primera de Fanta Naranja, y la segunda de Fanta Limón. Para eso, te tomas dos gin tónics de los de siempre y arreando. O un carajillo de coñac y luego otro de ron. ¡Son compatibles!

   También es una alucinación la creencia en la propia vida eterna. El miedo a morir, que tiene su lógica especialmente cuando te han comido el tarro y crees que uno, dos, o (ahora dicen) más jeringazos te darán la vida eterna. ¡Amén!

  Pero la última, y muy reciente vez, que visité con un pariente unas urgencias hospitalarias, la mayoría de los casos, que colapsaban el servicio, eran subidas brutales de tensión, de las de traslado en ambulancia. Muchos, en proporción a lo habitual. Causas, generalmente: rayadura de coco.

  Así llegamos a la histeria colectiva. Que tiene como fondo una distopía en la que, para evitar poco menos que un apocalipsis caníbal, se pregona un futuro mejor de veganismo obligatorio, traslados en patinete entre continentes, y un mundo de belleza y paz incomparables. Sin catástrofes naturales, hambrunas, guerras civiles o de religión, cambios climáticos cíclicos del planeta… Ah, eso no, ¿verdad?

   De momento al menos, los psicotrópicos político-mediáticos no han llegado a esto, pero todo se andará.

   ¿Habrá un mañana? Sí, casi seguro. ¿Dejarán de vivir a tu costa los de siempre y a creer en su vida eterna la mayoría? No, sin duda.

  La liviandad de los debates políticos, sociales y sanitarios en Occidente, crece exponencialmente. El espíritu crítico, mengua proporcionalmente, El resultado que se busca, en mi Ribera natal, se llama: “mandar sobre una cuadrilla de mansos”.

   Pues que aproveche. Yo, visto esto y mucho más, solo os aconsejo una cosa: ¡Vivid como si no hubiera un mañana! Y que os quiten “lo bailao”.

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