Páramos y parameras de Aragón en peligro


Por Eduardo Viñuales Cobos.

     Las parameras son uno de los hábitats más singulares, austeros y valiosos de cuantos tenemos en Aragón. También son uno de los más desconocidos y menos apreciados, pese a su grandeza. En realidad, cuando en Aragón nos referimos a un páramo o paramera hacemos alusión a un tipo de estepa situada en altura -fuera de la depresión del Ebro, en las sierras ibéricas-, llana y desprovista de masa arbórea o grandes arbustos, dura y desnuda.

Eduardo Viñuales
Escritor Naturalista

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      Los páramos, asociados casi siempre a escenarios de intenso frío y suelos pedregosos… no son en realidad como muchos creen un lugar “pobre” desde el punto de vista ecológico o natural. Contra todo pronóstico, y dadas las especiales características geológicas y su peculiar fauna y flora, estos espacios albergan un altísimo interés donde sobreviven endemismos botánicos –con parentescos en las estepas euroasiáticas- y especies animales con poblaciones reducidas a nivel europeo e incluso mundial, como es la alondra ricotí o de Dupont. Por eso muchas de estas áreas forman parte de la Red Natura 2000 de la Unión europea como ZEC (Zonas de Especial Conservación) o ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves).

     Decía hace poco el geógrafo Eduardo Martínez de Pisón que la obra literaria de Miguel Delibels ensalza estos paisajes al referirse a su “inmensidad desolada”. “El día que en el cielo hay nubes -escribe-, la tierra parece el cielo y el cielo la tierra, tan desamueblado e inhóspito es”. “Cuando yo era chaval, el páramo no tenía principio ni fin, ni había hitos en él, ni jalones de referencia”. “Era una cosa tan ardua y abierta que sólo de mirarle se fatigaban los ojos”. Por tanto, el páramo de Delibes es un paisaje “espectacular” por su misma carencia de espectáculo.

     Pero muchos de estos enclaves en Aragón -y en Teruel especialmente- están siendo alterados y destruidos en sus valores naturales por la construcción de parques eólicos que rompen la geología, alteran el paisaje y sus horizontes, y trituran aves como el águila real, el buitre leonado… o la alondra ricotí en peligro de extinción.

    Encontramos páramos o parameras en las siguientes zonas de España: Sistemas Ibérico y Central –provincias de Teruel, Zaragoza, Soria, Segovia y Guadalajara- y en la zona de Castilla-León –provincias de Burgos y Valladolid-.

    Algunas de las mejores parameras de Aragón son, de momento:

1.- Paramera de Blancas (Jiloca).

     Una de las más importantes parameras ibéricas es la de Blancas, situada entre el valle del río Jiloca y la cuenca endorreica donde se recogen las aguas que forman la laguna de Gallocanta. La paramera se extiende en el espacio situado entre los municipios de Blancas, Odón y Torralba de los Sisones.

Desde el punto de vista natural, la zona tiene una gran importancia para la alondra ricotí o de Dupont, ya que aquí se halla una de sus poblaciones más importantes en toda España.

    La paramera es una ZEPA, pues hay presencia de otras especies esteparias de interés como son la ganga ortega, la ganga común, el alcaraván, la bisbita campestre… y en las zonas cultivadas se encuentran, aunque escasas, el sisón y el aguilucho cenizo. Muy abundante es la calandria y la chova piquirroja. Presencia ocasional de avutarda.

2.- Campo de Visiedo (Comunidad de Teruel).

     Calizas y areniscas conforman el substrato de estas parameras que, a más de 1.000 metros de altitud, se disponen en dirección noroeste-sureste, y que están consideradas como la mayor extensión de parameras supramediterráneas en planicies de Aragón. Todo ello en una comarca de gran vocación agrícola y ganadera, en un área también protegida dentro de la Red Natura 2000 como ZEPA, y en cuyo interior se halla la Reserva Ornitológica de Mas de Cirugeda, de carácter privado.

    El suelo está cubierto de matorrales como el erizón azul (Erinacea anthyllis), y hay presencia de plantas endémicas.

      En cuanto a las aves, las parameras del Campo de Visiedo cuentan con poblaciones de gran interés, a nivel nacional, de alondra ricotí. También de ganga ortega y de alcaraván como especies importantes.

    Aunque es un área de nidificación residual de avutarda, posee gran interés regional para esta especie al permitir nuevas colonizaciones. Hay que destacar así mismo las pequeñas poblaciones de sisón y aguilucho cenizo. Incluye una pequeña hoz fluvial del río Alfambra que alberga alimoche y halcón peregrino.

3.- Parameras de Pozondón (Sierra de Albarracín).

   En la transición entre la cuenca del río Jiloca y las montañas de la Sierra de Albarracín se encuentran estos relieves cuya estructura es más compleja que la de otras parameras antes descritas.

    Estamos hablando de un pequeño conjunto de parameras de dimensiones más modestas, emplazado en las sierras que cierran la cabecera del valle del Jiloca y que alcanzan los 1.400 metros de altitud.

    Esta zona, de gran valor ecológico, conecta con espacios de parameras muy importantes en el sector de Pozondón-Bronchales, pero incluye todas las áreas que tienen interés para especies de aves esteparias amenazadas. La alondra ricotí posee aquí una de sus más densas poblaciones en Aragón. Y la ganga ortega cuenta en los llanos de Pozondón con un pequeño núcleo que encuentra en estos páramos su límite de distribución altitudinal.

    El suelo se cubre de matorrales almohadillados como el erizón azul, y en sectores más altos crecen algunas sabinas rastreras (Juniperus sabina).

   Esta paramera está siendo actualmente destruida por la construcción de un parque eólico.

4.- Parameras de Alfambra (Comunidad de Teruel).

    Al norte de Teruel capital, entre la Sierra del Pobo y el río Alfambra, encontramos estas parameras supramediterráneas que alcanzan el piso oromediterráneo, superando en ocasiones los 1.400 metros de altitud, con un paisaje alomado o llano cubierto de un matorral almohadillado de erizón azul, salvia, tomillos y gramíneas. En algunas zonas aparece cubriendo el suelo la sabina rastrera.

    Estas parameras, protegidas también como ZEPA, albergan una población de interés de alondra ricotí en su límite altitudinal, además de una pequeña población de ganga ortega, bisbita campestre y terrera común. En zona de cantiles existe un pequeño núcleo de buitre leonado y es territorio de las águilas reales.

    Presencia de plantas incluidas en el Catálogo de Especies Amenazadas de Aragón como el crujiente aragonés (Vella pseudocytisus) –inlcuida en la categoría de “En peligro de extinción”-, y la al-arba (Krascheninnikovia ceratoides) –incluida en la categoría de “Vulnerable”-, siendo esta última propia de desiertos fríos centroeuroasiáticos.

    La Sierra del Pobo, donde está el vétrice de Hoyalata, corre peligro de ser destruida por la construcción de un parque eólico.

5.- Parameras del Maestrazgo (Maestrazgo).

     Más al este, la comarca del Maestrazgo -al pie de los montes más altos y escarpados- también cuenta con reducidas zonas de parameras calizas con suelos pedregosos, clima frío y cubierta vegetal rala de erizón azul, salvia, tomillo y algunos romeros. Son producto de la degradación de bosques primigenios –encinares y sabinares-. Es aquí donde encontramos pequeñas poblaciones de la alondra ricotí, además de otras aves de campo abierto o matorral como la curruca rabilarga o la totovía.

    La zona circundante posee una gran diversidad paisajística de bosques y cantiles en los que se asientan poblaciones de gran interés para rapaces rupícolas, siendo uno de los núcleos más importantes de buitre leonado de la península Ibérica, además de buenas poblaciones de alimoche, halcón peregrino y águila real.