Un Pollo en Ciudad Poema: «Una que ha perdido el miedo, y otra que lo perderá»

143RabanaqueP
Por Daniel Rabanaque

         Cosa de las últimas semanas, cuidadosamente borradas por la intensa luz de los mediodías, fugaces -entonces-, han estado apareciendo y viceversa algunos pasquines a falta de mejor nombre cuya firma, una vez descifrado el enigma que plantean, me permitiréis desvelar: “OTRAKEHAPERDIDOELMIEDO”.

     No hay detrás de sus mensajes ningún discurso homogéneo, más bien parecen apenas celebrar el placer de comunicar. Algunas de las propuestas (Peatones por la calzada, Colectivicemos GM, Pirámides pa’l faraón, Arriba la cumbia) comienzan a considerarse como provechosamente factibles dentro de los límites siempre cambiantes de esta geografía particular.

     Lo cierto es que dentro de ese violento choque de universo que se intersecan para salir en la foto al que llamamos realidad, y del que Ciudad Poema sólo es un avatar al que no llegan las líneas de bus, hay cada día más otras y otros que pierden el miedo. Los muros, aquí y en Brasil, lo dicen a quien quiere verlo. Pero también los raperos en Colombia y en Torrero, el twitter hasta en la sopa de letras, cierto libro que circula de boca a oreja, el último disco de Mabuse (cómo no!), o esos enanos de jardín que cualquier día se te encadenan al rastrillo de quitar la hojarasca por defender la vida secreta de los parques. Incluso Miguel Mena lo dice, aunque muy pero que muy entre líneas.
Conforme se van abriendo de a poquito los ojos, los muchos ojos, los varios ojos, los ojos de los invisibles, los ojos de las entendederas, las esquinas de Ciudad Poema se definen, se aquilatan y se van poblando de la habitual ralea de barbas, doctorandos y versos con pubis teñidos de rubio. En el territorio de la página en blanco, van desplegando sus incógnitas algunos balcones y una farmacia, nubes como buques, torres tan altas cuan alto pretenden caer. Dicen los más antiguos de la única pensión de la ciudad que noches como estas ya se vieron otra vez, aunque no se ponen de acuerdo en cuándo; y dicen también, y en esto se ponen de acuerdo, que mayo se inventó precisamente para esto. Esto y aquello, anda que no se dicen vaguedades…

     En Ciudad Poema se brinda y se celebra en estos días la aparición de una bandada de palabras migratorias hasta ahora desconocidas, o durante largo tiempo olvidadas. Por otros lados, si los rumores son ciertos -entonces- algunas se van dando cuenta de lo asustadas que hemos estado, y de lo que todavía queda, Mariano.

Junio 2104.

Artículos relacionados :