Dionisio Sánchez entrevista a Alfonso Azcona (y VIII)


Por Dionisio Sánchez

     Terminábamos en Mayo de 1985 el capítulo VII de nuestras entrevistas con el director de teatro Alfonso Azcona…

https://www.elpollourbano.es/escenarios/2018/05/dionisio-sanchez-entrevista-a-alfonso-azcona-vii-2/

…con esta frase: “…Alfonso Azcona nos ha desgranado estos  recuerdos en su casa de la calle Almagro de nuestra ciudad. Una paloma está empeñada en anidar en un incipiente ailanto que crece desaforado en su patio de luces pero es casi seguro que desaparecerá su nido cuando, en nuestra próxima entrevista, nos acerquemos a la palabra de Alberti. Hasta entonces…”

     Ha llegado ahora el momento (Marzo de 2022) de reanudar nuestra entrevista con el grandísimo director teatral  Azcona.

     Corre el año 1985 y Alfonso Azcona, con su Taller de Teatro de Benidorm se dispone a presentar en sociedad ni más ni menos que “El Adefesio” de Rafael Alberti, cuya sinopsia es la siguiente:

El adefesio: Fábula del Amor y de las viejas”  es una obra de teatro en tres actos de Rafael Alberti escrita en 1943 y estrenada en el Teatro Avenida de Buenos Aires el 8 de junio de 1944.

Argumento de “El adefesio”

  Tras la muerte de Don Dino, su hermana Gorgo asume el mando del hogar —disfrazándose con las barbas y el bastón del fallecido—, en el que decide que queden encerrados el resto de sus habitantes: Su joven sobrina Altea, las viejas Uva y Aulaga y la criada Ánimas. El enclaustramiento solo se ve perturbado ocasionalmente por la presencia del mendigo Bión.

     El drama se vislumbra cuando Altea se enamora del joven Castor; ambos , sin saberlo, son hermanos de padre, según confesó Don Dino a Gorgo antes de morir. Esta, horrorizada ante el posible incesto, encierra a la joven en la torre del caserón y urde todo tipo de artimañas para evitar que se consume el amor prohibido. Llega a hacer creer a su sobrina que Cástor se ha suicidado. Altea cae en la desesperación y se quita la vida tirándose desde el torreón. Las tres viejas (Gorgo , Aulaga Y Uva) buscan entonces el perdón a sus pecados.

    El autor añadió en 1977 un nuevo final, en el que Castor halla el cadáver de su amada y lo deposita en el suelo de la casa ante las tres ancianas, que la amortajan y la disponen sobre dos palos con estructura de cruz. Al fondo, los gritos desgarrados de Castor y Gorgo reconoce su perfidia, su condición de adefesio.

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/El_adefesio

La pregunta es evidente: ¿Por qué Azcona elige este texto para representarlo?

     Desde que leí  el texto, por primera vez, fui preso de fantasías teatrales que me hacían conjeturar sobre una  obra de mágico montaje de azoteas blancas abismales, de interiores de espejos múltiples, de mecedoras de pulidos brazos de madera  y rejillas bordadas,   cenas litúrgicas compartidas por amos y mendigos… la  grandiosidad de las casas solariegas de ricos terratenientes. Ese todo conformado por tres terribles mujeres-brujas, dominadoras del inaccesible- pequeño imperio,   incluso ornando, una de ellas, su bello porceláneo rostro con una barba  negra y larga como la de un horror.

    Latente en la casa, percibía la sensualidad, nunca el amor,  el dolor, la frustración de las viejas ardientes, el  vértigo de espacios incontrolados, el embrujo caliente y cálido del sur, siempre el Sur. Era la impresión intuitiva que tenía de «El adefesio» leyéndola, solo al leerla y recrearla en mente. Cuando comencé a montarla, e intentar darle vida, los augurios evidentes del texto me asaltaron inesperadamente

    Antes de continuar con la entrevista, nos podrías explicar por qué aparece ahora el grupo como  Taller “municipal”. Según creo,   el Ayuntamiento de Benidorm se significó por su entusiasmo y esplendidez facilitando que el Taller de Teatro que tu dirigidas viajase a Barcelona  para participar en un evento teatral tan importante como el Congreso Internacional de Teatro. ¿Llegaste a algún acuerdo con el ayuntamiento de Benidorm?

 -Nada, ningún acuerdo con las fuerzas vivas, Todo se desarrolló suavemente, como las olas deslizándose en la arena de la playa. Nunca mejor traído tratándose de Benidorm, paraíso del clima templado todo el año, como en las Islas afortunadas, pero sin cruzar el mar… Recién llegado a Benidorm de mis turnés por el mundo, un hombre nunca reconocido como merecía: Rafaél Montes,  aragonés allí afincado desde hacía años , profesional del teatro, ilusionista de pro, abierto a  todo lo implicado con la cultura, sabía de mí dirección en el T.E.U. de Zaragoza en los años sesenta…. Hizo pasar la voz para que se conociera mi andadura, y pronto monté «Angelina o el Honor de un Brigadier», de Enrique Jardiel Poncela, patrocinado por un grupo de financieros y conocidos propietarios oriundos de Benidorm en una adaptación musical que tuvo mucho éxito, acentuado, además, porque aquellos días emitió TVE una representación en blanco y negro de la misma obra, y el público comparó, siendo su parecer favorable a la que, alegremente yo había montado  con música de mi amigo Fernando Moraleda, y canciones de Celia Gamez, la feminista olvidada(¡ojo¡) colaborando con mi amigo Joaquín Alcón en la dirección de los bailes y asesoramiento en maquillaje. 

   Desde entonces estuve muy considerado como director de teatro, aunque mi cometido en la ciudad era el de abogado en el despacho que otro querido amigo y compañero Andrés Vicién, me animó a ejercer para ocuparnos de la defensa de los expropiados para construir  la variante de la Autopista del Mediterraneo.  Disculpa mi parcial desvío del tema. Lo cierto es que me hice muy conocido entre los nativos benidormenses y cuando, después de presenciar otros montajes míos el nuevo partido ganó las elecciones municipales, me ofrecieron, para promocionar la cultura en el municipio (muy descuidada, por cierto), crear un Teatro Municipal que yo dirigí con toda libertad y sin impedimentos de ideologías, autores, y, menos aún, económicas.

    Volvamos a lo nuestro. El adefesio, junto con “El trébol florido” y “La Gallarda”, constituyen  lo que sea denominado la “Trilogía del Exilio”. Las tres obras se desarrollan en medio de la tragedia, provocada por la represión, la muerte, el «cainismo». De hecho, el autor subtitula a dos de ellas «tragicomedia» y «drama», mientras que  a El adefesio, siendo quizá la más «trágica» y temáticamente la más fuerte, la denomine «fábula del amor y las viejas». ¿Viste ahí la intención  satírica  y no exenta de mordacidad del autor, al unir los vocablos amor-viejas? ¿Queda ello reflejado en la puesta en escena?

Tanto Gorgo, Uva y Aulaga aparecen como las mujeres viejas  del texto,, pero yo las he  dotado  de vestidos atractivos , de colores verde y rojo, con  uno de satén negro, no exento de agresividad para Gorgo, peinados rococós, limpios, muy estudiados que realzan el orgullo de su vejez, rica aunque estéril. No reparé en la mordacidad ni la ironía  por la que me preguntas, porque nunca he considerado a Rafael Alberti, al menos en esta obra, profundo ni menos aún trascendente.  

     Él debió disfrutar escribiendo  «El adefesio», sin ahondar en la metafísica que le atribuyen algunos de sus colegas y críticos. Y yo, recreé la obra a mi gusto como un adefesio enrevesado dentro de «El adefesio» de la obra. No olvidemos que cuando la estrenó María Casares, venida de Paris a propósito para ponerla en Madrid, también la montó a su gusto y estilo, no destacó nada que no hubiera vislumbrado en el autor . Y la leyenda que existe sobre la obra asimismo la envolvió, siendo un fracaso inesperado en aquellas fechas de liberación y apertura recién estrenada en España. 

     Nos podrías hacer una breve sinopsis de cómo compusiste tú  a los siguientes personajes y qué características actorales destacarías de cada uno

 -Que no era el maná que prometía el texto, que no había armazón auténtica, firme, como en otros  teatrales del autor, como la «La gallarda», en las que  guardaba la inspiración, el duende (si es que lo había) para sí mismo, sin transmitirlo.

    Siempre quiso ser un Valle-Inclán, sobre todo y constantemente un García Lorca (a quien adoraba pero no llegaba), inspirándose en Federico obsesivamente: admiraba a Lorca y nunca, a su pesar, llego a ser como él.

    ¿Dónde dispusiste que transcurriera la acción? ¿En la época actual? ¿En un espacio abierto?

-El tiempo determina el espacio y estas mujeres eran intemporales: sudistas del brillante, incómodo y determinante Sur de España. Exudan guiñolesca maldad y vesanía, bailan un juego peligroso que domina sus vidas ancianas enloquecidas por llegar a su fin.

    Por debajo de la pura trama se evoca constantemente un mundo de mitos, reales o literarios. ¿Cómo encaraste tú en la adaptación de la obra estos aspectos? Además…Algunos intelectuales  han querido ver en “El Adefesio” una  crítica política a las fuerzas vencedoras de la Guerra Civil…. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

   Muy interesantes, sí,  porque entonces incluso la izquierda ¡no estaba tan corrupta! Era el «juego de abalorios», como diría mi amado amigo José Antonio Rey, citando a  Hermann Hesse. ¿Alguna objeción?

     Ninguna, por supuesto , soy un preguntador libre…Pero volvamos a aquel Congreso. Dime algo más de él…

– Conocí que se iba a celebrar ese Congreso y comente en el área de Cultura que  sería interesante que Benidorm y su teatro municipal estuvieran presentes. Me propusieron que acudiera  yo con el concejal de Cultura, pero aduje que eso no llevaba a enriquecer el proyecto de formación del grupo. Que los que importaba que asistieran eran los actores que estábamos  formando. Sin apenas oposición a mi propuesta, el Ayuntamiento me subvencionó junto a nueve  componentes del Taller de Teatro  para participar como congresistas en aquel  Congreso Internacional de Teatro de  1985 convocado por el Ayuntamiento De Barcelona-¡qué tiempos aquellos de “visca Cataluña” para todos! – . Costeó viajes, permanencia en hotel en la Plaza de Cataluña, algún dinero de bolsillo para los jóvenes actores actores (sí,¡qué tiempos aquellos¡) 

..Daría tema para otra entrevista . Pero ahora estamos con  Rafael Alberti…. Solo apuntaré que la estancia fue maravillosa. Los chicos de Taller conectaron con Els Juglars, invitándonos a su masía para  pasar una noche cálida tendidos en las verdes laderas ondulantes, escanciando vino que empapaba el pan payés coronado de butifarras y otros ricos manjares de la tierra. En las jornadas diurnas de Barcelona vivíamos la pasión del teatro con la compañía que el propio Ingmar Bergman había dirigido en «El rey Lear» … Disfrutamos con Flotats, inquietante, misterioso  cómico con su «Cyrano de Bergerac» Conocí a Marsillach ,cariñoso, inteligente, culto y me hice amigo de un Adolfo entrañable que no me había imaginado; me entusiasmé recorriendo a su lado, y de Alfredo Castellón, ya difunto, que nos había presentado,  los fabulosos salones catalanes  del Ayuntamiento, dela Casa de Cultura, y más y más, todo grandioso hecho para propios y foráneos  . La “comisari”  era la eximia Nuria Espert, a la que bien conocía desde Zaragoza: amable distante, diva..

   Volviendo al “Adefesio”,  ¿respondió e l público a tus expectativas respecto al montaje?

-El público  es  un ser vivo y colosal a quién únicamente hay que rogarle que acuda  y esté presente. Sin su presencia no seríamos nada los del otro lado del escenario. Y, en este testigo me ocurrió a mí lo mismo que a María Casares y a otros que montaron «El adefesio» que, como ya he apuntado antes, la obra posee y transmite un mal fario, superstición o no, que la hace fracasar en cada realización que se ha hecho subiéndola a escena. ¿Por qué será?

    ¿Cómo compusiste a los personajes y qué características actorales descubriste en cada uno?  

Siendo «El adefesio» una obra coral, aunque el autor pretende personificar a los personajes, como yo la veo es una madeja(«devana, devana, madeja de lana», frase en el texto) de miseria, opulencia, hedor a vetustez y frustración, universo perdido, belicoso femenino perdido…Uva, Aulaga y  Gorgo  son el amasijo de una pasión carnal, humana, existencial que no fue.. Las tres son una misma trinidad. Ni siquiera saben odiar lo que existe fuera de ellas.

        Tuve la suerte de trabajar con unas mujeres, personas, claro, que nos entendíamos. Y muy diferentes entre ellas, personal y mentalmente. No voy a revelar cómo era cada una. No quiero porque guardo su  idiosincrasia ya que las admiro y construyeron obras conmigo por encima de todo límite, como diría el poeta Rey del Corral.

         En el estreno en tierras sudamericanas, Uva  la interpretó Amelia de La Torre (muy admirada por mí, y con la que trabé querida amistad desde el Café de Gijón de Madrid a  su casa en pocos metros compartiendo muchas veladas con ella y con su marido Enrique Diosdado).  Disculpas, siempre divago…Este personaje, el de Uva…,.quizás el más inquietante de las tres mujeres,, lo interpretó de manera apasionada y entera,  la actriz , amén que persona, entregada corazón y mente a su papel. ¡Divina compañera Pepita Esperanza!, alma mater del dormido pueblo de Benidorm.

         Tampoco era floja, casi una profesional, María José Bagur, que recreaba con movimientos de su onírico, acogedor, sensual, dúctil , cuerpo las palabras del personaje Aulaga. ¡Qué nombres, Señor Alberti, tan poéticamente arrimados! )

          Y la Gorgo. ¿Quién era la Gorgo?  Actriz muy comprometida, de férrea voluntad: texto prolijo el que le dedicó Alberti…y que ella asumió y masticó y subió al escenario, con el arrojo y la valentía que haría envidiar a la misma María  Casares, que estrenó la obra en Madrid cuando se levantó la veda.

¿Y los hombres?

-¡Ah¡, los hombres de Alberti¡ . Bión   lo encarnó un profesor en Benidorm, un hombre cabal, entusiasmado con el teatro, entregado a un papel difícil que, aún con mucho texto que recitar, se veía envuelto por la barahúnta de las viejas, pero que en el papelón que le tocaba representar lo enfrento con valor, buena voz y sencillez de actor  del actor artesano,  artesano impenetrable.. Referente al personaje de Castor, hubo que cambiarlo varias veces, nadie se creía que fuera el amor de Altea, otro personaje desleído, como el suyo, creados por el autor como viajes para realzar la fuerza de las viejas.

    ¿Qué nos dices del gran despliegue que se aprecia en la obra respecto al vestuario y decorados?.

 -Para los trajes me fijé en diseños, dibujos de Bradley D´Aurebily, fabulosos , sobre todo el de la Gorgo con sus abullonadas hombreras de satén negro. En cuanto a los decorados tuvieron la magnificencia, el arte exquisito de mi gran amigo César Bovis Zopico, que ya no está, Artista inmenso que el MOMA de Nueva York posee y  tiene expuesta una de sus obras. Proyectó los decorados de un cielo rabioso y enfurecido, como correspondía a la obra, una blanca e imposible azotea,  unos interiores acariciados y tensos con espejos y paredes  azuletes. Un trabajo muy querido por mí, un regalo de Eneas para Dido, un premio trabajado para mi alma ausente sin embargo presente con él.

   ¿Qué me dices de lo que algunos intelectuales han querido ver  en «El adefesio», acaso una crítica política a las fuerzas vencedoras y a la dictadura y que afirmaban que Alberti veía en el general Franco «el gran adefesio» ? ¿Cuál es tu opinión al respecto?

-Estos chicos…Ya sabes que no opino de boutades semejantes. Los intelectuales que conozco no se rebajan a lanzar tamañas tonterías que, además, ensucian el buen nombre, la claridad del honrado y admirado Rafel Alberti.

    Para terminar. En la actualidad, ¿dónde caminan tus proyectos teatrales. ¿Te queda algo pendiente por subir a escena?

     Proyecto y estoy trabajando en el texto de una obra de Wedekind, que, espero, con la ayuda de amantes e incipientes temerarios del teatro y la colaboración del Gobierno de Aragón ,subir a escena en el Teatro Principal, que es de todos, cuando también mío que fuí el pionero en una resonada y criticada función de gala (porque asistieron, colaborando y engalanados de noche desde Gobernadores Civil y Militar hasta  valores civiles tan activos como los Bruned  Mompeón del Heraldo de Aragón, los Escoriaza (tranvías de Zaragoza), Doña Leonor Salas deUrzáiz, asimismo donante de una de las  torres de  nuestra Basílica de la Virgen del Pilar (¡ojo, de la orilla derecha del Ebro¡)  representantes de la Acadenia General Militar,  directores de banco y, sobre todo, universitarios  con localidades de coste reducido. As go betwen pass…. Que Dios nos coja  con salud. Y a la Diputación también….

 

Entrevistas anteriores:

Dionisio Sanchez entrevista a Alfonso Azcona (VII)
Dionisio Sánchez entrevista a Alfonso Azcona (VI)
Dionisio Sánchez entrevista a Alfonso Azcona (V)
Dionisio Sánchez Entrevista a Alfonso Azcona (IV)
Dionisio Sánchez entrevista a Alfonso Azcona (III)
Dionisio Sánchez entrevista a Alfonso Azcona (II)
Dionisio Sánchez Entrvista a Alfonso Azcona (I)


Epílogo

    Con esta octava entrevista hemos teminado de “reconocer” al gran director teatral
Alfonso Azcona,  un grandísimo director  para quien su trabajo como tal apenas si merecen estas líneas en Gran Enciclopedia Aragonesa:

    “Al final de los cincuenta y principio de los sesenta surgen los teatros universitarios (Teatro Español Universitario) que en Zaragoza llegan a alcanzar un desarrollo verdaderamente importante, situándose a la cabeza de los T.E.U.S.

    A Mario Antolín Paz y Alberto Castilla (director de una muy recordada Zapatera prodigiosa de Lorca) siguieron Alfonso Azcona, con La noche toledana de Lope, y El embrujado de Valle-Inclán, y Juan Antonio Hormigón, que, después de un espectacular montaje de Los bandidos de Schiller, montó Las galas del difunto y La hija del capitán de Valle-Inclán, que marcaron la culminación del teatro universitario”.

http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=12071

      También he de decir  que mayor enjundia tienen las tres páginas que Jesús Rubio Jiménez, Coordinador de libro: “Teatro Universitario en Zaragoza 1939-199 le dedica a nuestro entrevistado. Y cuyo libro se puede adquirir en : bit.ly/3ldU3yR

   Pero en todo caso no se ha hecho justicia a este gran hombre de Teatro y desde estas páginas polleras hemos querido guarecer sus palabras en espera que la miseria cultural de la progresía aragonesa reflexione alguna vez acerca de su actitud sectaria hacía el mejor director de Teatro que ha dado Aragón e estos últimos años. También he de decir que ninguno de los que figuran en la nómina excelsa que enarbolan  los sabios de la izquierda aragonesa le llegaron a la suela de los zapatos.

      Aquí terminamos estas conversaciones para vergüenza de nuestros culturetas oficiales incapaces, ni  siquiera, de realizarle un pequeño homenaje que, al menos, le resarciera del ostracismo al que ha sido sometido en su propia ciudad y que le dejara  una mínima alegría de postrer recuerdo  a un hombre que tanto hizo en los escenarios por los demás.

Dionisio Sánchez R.