Aragón es la comunidad más aburrida de España.

    Desde luego no hacía falta que la “esquinita” de una encuesta realizada por el prestigioso New York Time acerca de las repercusiones de los aranceles del señor Trump sobre la economía española nos declarara la comunidad más aburrida de España. Los que la habitamos a diario  hace ya mucho tiempo que venimos aullando la situación aunque sin el menor resultado.

    Y el asunto es que los ciudadanos  sin el estímulo público poco podemos hacer excepto gozar de los pequeños “guetos” que nos creamos y que compartimos con los colegas más afines ( los domingos por la mañana escuchando música “en directo”, eso sí, en la puerta del Gallinero, a la sacrosanta hora del vermú, largando en el Paricio y llorando el aburrimiento que nos va derrengando poco a poco.

    O el fin de semana  estirando el  brazo en La Campana Underground escuchado buena música y viendo a Harold Lloyd en acción ¡Qué perra vida! Nos vemos sometidos a un ritmo de vida  asfixiantemente  lento , marcado por una falta de cambio o novedad. Los ciudadanos sentimos  que cada día es una repetición del anterior…una especie de estancamiento.

    Y un asunto clave: en una sociedad aburrida como en la que vivimos , la el acceso a la cultura y el entretenimiento es  limitado o monótono. Los ciudadanos carecemos de opciones que enriquezcan nuestras vidas, bien por restricciones económicas (que no creemos pues hay pasta flora para la floralia diaria), sociales o más bien sucede  que el poder político actual es incapaz de crear una oferta cultural medianamente  interesante. Bástenos ojear la programación de Teatro Principal para encontrar en él  el paradigma de aburrimiento zaragozano.

    Y final: Cuando vengan los chinos y paseen por Zaragoza, van a encontrarse con una sociedad aburrida, donde la  creatividad  es inexistente y no es incentivada. Es decir que las caducas  normas sociales y la rutina han apagado  la espontaneidad y el pensamiento innovador que siempre tuvo la gusanera ¡Pobres chinos que mal  lo van a pasar por mucha jota que les meta la Natalia!