Solidaridad con los valencianos
Pobres amigos los que han caído bajo las aguas y el barro de ese fenómeno que los ha arrasado.
Desde estas páginas polleras no nos queda otra que solidarizarnos con ellos y confiar en que las herramientas de una sociedad que con demasiada frecuencia presume de su pertenencia al Primer Mundo sean lo suficientemente rápidas y eficaces para mitigar su dolor a la mayor brevedad posible.
Cuando la tierra se seque y los lugares vayan adquiriendo su presencia habitual ya será tiempo de analizar tantas y tantas cosas y decisiones que no han tenido buena pinta. Cuando no hay problemas, todo el mundo sabe mucho y las decisiones, cualesquiera que sean, todas se dan por buenas. Pero nos parece que en esta desgracia levantina ha habido muy poca profesionalidad y rigor tanto en la prevención como en la aplicación de las soluciones necesarias.
Va a haber que reflexionar y mucho acerca del modelo de sociedad que estamos construyendo