El peligro del uso de productos químicos en la agricultura.


Por Jesús Sainz

     Este mes una pareja afectada de cáncer ha sido compensada con más de 2.000 millones de dólares en un juicio contra Monsanto, la compañía multinacional estadounidense productora de productos agroquímicos y de biotecnología

Jesús Sainz Maza
Científico y Coordinador de la Sección  

   En el juicio, se determinó que la enfermedad se debió a la exposición al glifosato contenido en el herbicida Roundup. Esta es la tercera mayor derrota judicial de Bayer, la empresa matriz de Monsanto, a causa de dicho herbicida.

   El abogado de la pareja acusó a Monsanto de seguir negando que dicho herbicida cause cáncer y, a causa de ello, de seguir provocando cáncer en personas como las que han ganado el juicio. Monsanto no acepta el veredicto y ha dicho que apelará la sentencia.

   Alberta y Alva Pilliod, ambos de más de 70 años, desarrollaron cáncer hace casi una década, después de usar Roundup regularmente en su casa desde el año 1975. Su demanda, que fue presentada en 2017, es una de las muchas que afirman que Monsanto debería advertir sobre los peligros potenciales del ingrediente activo de Roundup, el glifosato. Alrededor de 13,000 demandantes en todo el EE. UU. tienen demandas pendientes contra Monsanto por el mismo motivo.

   En 2015, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud incluyó glifosato en su lista de sustancias «probablemente carcinógenas». Sin embargo, La Agencia de Protección Ambiental de los EE. UU. Y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, afirman que es poco probable que el glifosato provoque un riesgo de cáncer.

     Otros productos químicos usados en agricultura han sido denunciados como peligrosos.  La Agencia de Protección Ambiental de California dice que hay evidencias abrumadoras del vínculo del clorpirifós con problemas neurológicos en niños.

    «Este pesticida es una neurotoxina», declaró el Secretario de Medio Ambiente de California, Jared Blumenfeld. Debido a que el gobierno federal ha permitido su uso continuo, California se está uniendo a Hawái, Nueva York, Oregón, Connecticut y Nueva Jersey, que tienen prohibiciones aprobadas o tienen proyectos de ley en consideración para eliminar clorpirifós del mercado.

    En el año 2015 la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró cinco pesticidas como cancerígenos «posibles» o «probables». El herbicida glifosato (compuesto activo de Roundup, uno de los herbicidas más vendidos) y los insecticidas diazinón y malatión han sido clasificados como «probablemente cancerígenos para los humanos». Al mismo tiempo, los insecticidas tetraclorvinfos y paratión han sido designados como «posiblemente cancerígenos para el ser humano».

   Pese a los avisos de agencias oficiales advirtiendo del peligro del uso de productos químicos en la agricultura y jardinería, estos se siguen usando en gran escala. Es más, España es la campeona de Europa en el uso de productos químicos en la agricultura. La industria de productos químicos para la agricultura facturó en España 1.100 millones de euros en 2016, siendo el país de Europa que más ha consumido en los años que van del 2011 a 2015: un promedio de 73.000 toneladas anuales.

   Estos productos conocidos como agroquímicos, fitosanitarios o pesticidas, son sustancias químicas que matan insectos y malas hierbas. La industria defiende que son inocuos para el ser humano y que permiten alimentar al mundo.

    Pese a que la industria defienda el uso de la química en la agricultura, cada día son más las evidencias científicas de que muchos de estos productos agroquímicos son dañinos, pese a no hayan sido prohibidos, probablemente debido a los grandes intereses económicos detrás de su producción.