Aburrimiento total

   El aburrimiento se deriva de la falta de cosas interesantes para ver, escuchar o hacer (física o intelectualmente) cuando se está ,sobre todo, viviendo en una ciudad como la nuestra.

   De nada sirven las soflamas fatuas de nuestros próceres incitándonos a participar de sus intereses pacatos. Es muy difícil emborracharse cuando el anfitrión solo bebe agua mineral sin gas, tal cuales nuestro caso.

   El prócer cultural solo bebe de sí mismo, con lo cual, es muy difícil compartir entusiasmo.Se han acabado, por tanto, las horas fáciles de la comprensión.
La ciudad, nuestra ciudad, esta mas que muerta. Vamos a decir, por decir algo, que está remuerta.

   Y, desde luego, de ello no tienen la culpa sus ciudadanos que están día a día pidiendo árnica mirando al cielo tal si la bóveda celeste pudiera sustituir la ignorancia cultural que demuestran nuestros políticos.

   Está claro que esta faceta de la vida les importa una miserable mierda. Aunque, como suele suceder en estos  casos de suma ignorancia, todavía se crea que primar un montaje de cuatro memos citando  a Baltasar Gracián es un gesto de cultura en vez de una estulticia suprema.

   Baltasar Gracián no es cebada de catetos, queridos amigos en la ciudadanía.

   En fin. Que aquí seguimos bordando el tiempo y repasando costuras. Queremos a nuestros lectores y nos dan asco los que sobrevuelan sobre nuestras pobres alas de papel de arroz. ¡Ay como nos gustaría tener cartuchos contra sus caras! ¡Ay!