Por Martín Ballonga
Un éxito sin igual del Pollo Urbano. Se trata de una sección con píldoras, runrunes y comentarios que nos llevaran por pequeñas pistas a caminos de interés asegurado para nuestros lectores.
La última jerominada. De visita a Bruselas, su próximo destino político, Jerónimo Blasco fue requerido por una gitana que le atrapó en la calle con el truco de que podía conocer su porvenir leyendo las rayas de la mano. Jerónimo accedió y la gitana le dijo que tenía que poner dos billetes de 50 euros, advirtiéndole de que si ponía tres billetes en vez de dos las predicciones podían ser más perfectas. Al final se tuvo que conformar con dos. La gachí se guardó el dinero y le dijo que esperase un momento, que iba a realizar una consulta previa con los espíritus encargados de la adivinación. Se fue a hacer esa gestión y hasta luego Lucas. No hace falta saber, en este caso, la opinión del sabio Salomón, que sin duda diría: donde vayas, Jeromín, no te olvides del hacendado Gimenín.
En el transcurso de un coloquio radiofónico le preguntaron a Fernando Gimeno qué insecto tiene el mismo nombre que un conocido marisco. “El buitre”, respondió. Gimenín cree que la langosta y el buitre son insectos.
Altercado entre Eloy Suárez, que naufraga otra vez en Zaragoza y se queda sin alcaldía, y un redactor de ‘El pollo urbano’. “Fue horrible”, nos explica nuestro compañero. “Se abalanzó sobre mí y empezó a decir unas cosas absurdas, inverosímiles, increíbles. Yo no sabía qué hacer. Y, encima, creo que le voté”.
Carlos Pérez Anadón también asumió el varapalo, pero menos, y el grito sordo de la derrota le llevó a citar a Falstaff, el pícaro tripón: “Los gobernantes se han puesto al alcance de los cañones del pueblo en la burbuja de la fama y han salido estampados”. Y, al final, no se cumplió el consejo del sabio Salomón: “El mejor alcalde, Anadón”.
Pedro Santisteve –abogado penalista, profesor de Derecho y ligado a los movimientos sociales desde su juventud- ha conseguido la alcaldía de Zaragoza y quita a los socialistas la hegemonía en el ámbito municipal. Y dejó un mensaje críptico: “Considero el arte de hacer política a lo que está expresando de la manera más sencilla una idea controvertida de la luz, el amor, la razón o la pasión. Un trazo que resume una historia. Porque dos monólogos no suman un diálogo. Ni dos soledades, una pareja”.
Javier Lambán, antes de presidir el gobierno aragonés, gracias a los pactos con Podemos y la Chunta, se arrancó por el ‘Begin the beguine’ de Coler Porter: “Los nubarrones dispersaron los placeres que habíamos probado. Por eso cuando oigo a la gente maldiciendo la oportunidad desperdiciada entiendo muy bien lo que quieren decir y no quiero que volvamos al principio”. Y se fue a su casa y, al parecer, se puso la película de Garci. El triunfo, aunque sea empujado por Pablo Echenique, es una gran oportunidad para volver a empezar con más inteligencia.
Noticia sin confirmar. Un canónigo de la basílica del Pilar se suicidó el pasado domingo lanzándose desde el púlpito contra la primera fila de bancos donde estaban varios feligreses escuchando su homilía. Al parecer, uno de los feligreses era Javier Lambán y al religioso le dio un ataque de ansiedad cuando un monaguillo entonó: “Alambín, alambán, alambimbombá, Lambán, Lambán, y nadie más”.
Dicen que buena parte del fracaso de Luisa Fernanda Rudi en las elecciones se debe al apoyo recibido por José María Aznar, que vino a Zaragoza para pronunciar su discurso. En sus ficciones y delirios napoleónicos, el expresidente siempre creyó que el universo le necesitaba y adoptó muchas veces posturas de chulo del barrio de Salamanca. O sea, un híbrido entre Godoy y Torquemada. Habría que citar a Kipling para resaltar más la importancia del buque que la del piloto: “Vale más la partida / que aquellos que la juegan, / que el barco es más valioso / que la tripulación”. Lo peor del PP está por llegar.
El cantante Juan Manuel Serrat canceló su concierto en Zaragoza por culpa de una inoportuna disfonía, que es un trastorno de la voz cuando pierde calidad. Hubiera sido deseable que este trastorno lo hubieran padecido muchos de los políticos en sus mítines de campaña electoral y así haber evitado escuchar tanta gansada. Serrat, en cualquier caso, se disculpó por no poder actuar y dio la siguiente primicia: “En realidad no nací en el Mediterráneo. Confieso que nací en el Atlántico, entrando, a mano izquierda”.
Hay un enorme cuadro de José Casado del Alisal que se titula ‘La campana de Huesca’ y que es una de las muestras más sobresalientes de la pintura histórica española del XIX. El monarca aragonés Ramiro II (siglo XII) muestra a los nobles de su corte las cabezas cortadas de otros nobles que habían conspirado contra él y que están extendidas sobre el suelo. Quería advertirles y escarmentarlos. Y colgada de una cuerda, a modo de badajo de la campana que había ordenado fabricar, muestra la cabeza del obispo de Huesca, el mayor conspirador según su criterio. Hoy, la cabeza de Rodrigo Rato cuelga como badajo de su propia campana en el lienzo del televisor. Es “la repera patatera”.
El periodista zaragozano Javier Millán ha obtenido el máximo galardón de la asociación de la prensa de Aragón por la publicación en el ‘Diario de Teruel’ de 29 reportajes donde reivindica la figura de algunos de los turolenses ilustres que se vieron obligados a abandonar España tras la guerra civil. Entre ellos, el cineasta Luis Buñuel, el arquitecto Francisco Azorín, el profesor Alfredo García Vicente, la pedagoga Palmira Plá, el artista Blasco Ferrer o el científico Augusto Pérez. Un gran trabajo del que ya dimos cuenta en ‘El pollo urbano’ a principios de año. Enhorabuena.
En realidad, la idea de que este trabajo titulado ’75 años del exilio republicano’ optara al premio fue de José María López, director de ‘Diario de Teruel’. Por su parte, Javier Millán llegó a Teruel para quedarse, ahora hace 25 años. En ese tiempo ha desarrollado una ingente labor como redactor, ha escrito más de veinte libros, ha participado en festivales de cine como los de Cádiz o Guanajuato, ha dirigido ciclos culturales, ha dado infinidad de conferencias y ha coordinado la revista cinematográfica ‘Cabiria’, de la que nuestro compañero Carlos Calvo ha sido colaborador. Y aunque no se considera un experto en nada, nosotros decimos que es el mayor experto en la obra de Luis Buñuel.
Además, su compañero de fatigas Miguel Ángel Artigas Gracia dice que “el premio ha sido un bálsamo, una alegría de la que todos sacamos pecho, porque ha recaído sobre un trabajo de enorme valor periodístico, histórico, literario y humano”. Y añade: “Corren malos tiempos para el periodismo, corren tiempos pésimos para la prensa escrita y corren tiempos nefastos para Teruel, una tierra que se desangra, se despuebla y se disuelve en el mar que se extiende entre Zaragoza y Valencia”. Estamos contigo, Artigas. ¡Abajo las caenas!
La editorial Páginas de Espuma, dirigida por el zaragozano Juan Casamayor, celebró su decimoquinto aniversario con la inauguración de la exposición de Daniel Mordzinski, conocido como “el fotógrafo de los escritores”, en el espacio recién creado para las muestras en la librería zaragozana Portadores de Sueños. Algunas de las fotos se hicieron en el bazar Quiteria Martín. Y el gerente del local disfrazó a José Luis Melero de pistolero, en la mejor tradición de la serie b del wéstern. Por la calle, de repente, aparecieron los indios. Y entre tanto indio pareció lógico que Melero tuviera un flechazo con una guapa seminola. ¡Oh!
En la revista ‘Descubrir el Arte’ del mes de mayo, dentro de su sección ‘Los 15 imprescindibles’, aparece la exposición de Eduardo Laborda e Iris Lázaro de su colección particular que actualmente se puede ver en el museo Pablo Gargallo de Zaragoza hasta finales de junio. Entre los otros imprescindibles se encuentran la National Portrait Gallery de Londres con retratos de John Singer Sargent, el Palazzo Cusani de Milán con guiños al clasicismo, la Casa Daros de Río de Janeiro con obras de artistas cariocas o la Kunsthalle de Hamburgo con la vanguardia feminista. Enhorabuena.
Una auténtica sorpresa nos pareció la versión de Eduard Costa que la compañía valenciana Anem Anant Teatre realizó del cuento de los hermanos Grimm ‘Juan sin miedo’ en el zaragozano teatro Arbolé. La dirección de David Durán, la escenografía de Enric Juezas, la iluminación de Víctor Antón, el vestuario de Pascual Peris, la música original de Jesús Serrano y las actuaciones de Vicent Pastor, Laura Giner y Nando Pascual conformaron un espectáculo total, un inteligente juego que trató al público infantil con el respeto que merece. Sin embargo, los altos precios o la poca difusión mediática no acompañaron. En la sesión del domingo apenas había una quincena de personas, o sea, cinco o seis familias. Y tampoco nadie irrumpió en la sala al grito de: “¡Que ya están las migas!”. Hay quien cree, todavía, que el pueblo es analfabeto.
Con quien sí comimos unas migas por su sitio fue con la gran actriz Adriana Ozores, buena amiga de esta casa y gran aficionada a ese plato. Nos contó las luces y sombras del cine español, de sus parásitos, de sus abrazafarolas, del poco sentido autocrítico de la profesión. Una mujer que no se casa ni con los pelotas ni con los estómagos agradecidos. Y, a los postres, confesó: “La escalera de Buero puede esperar; las migas, no”.
Después de ver el pasado viernes ‘Sálvame Deluxe’, Luis Alegre se zampó unas inmejorables migas a la pastora preparadas por su amigo Hermógenes. La digestión no pudo tener peor desenlace. Un trozo de pan sin deshacer se le quedó en la garganta y se quedó sin aire. Su cuerpo sin vida fue encontrado en los aseos de la taberna. Un final como en ‘La gran bouffe’, dicen que dijeron los allí presentes.
Belén Esteban, muy afectada, expresó sus condolencias a la familia y a los mil amigos del periodista (o así), profesor (de pocas clases), escritor (tan cercano, tan lejano), director de cine (y de alguna silla), intérprete de ‘La bien pagá’ (y de alguna jota navarra), zaragocista (como el cenizo del bar) y mil cosas más. El nuevo alcalde de Zaragoza, como no podía ser de otro modo, dictaminó mil días de luto riguroso. Descanse en paz.
Y san Pedro, nuestro corresponsal en el cielo, nos informó que allá le esperaba Luis Buñuel, y el calandino sermoneó al lechuguino: “¡No volverás a utilizar mi nombre en vano!”. Y le dio una sonora colleja, en la mejor tradición de Amparo Baró, la cual gritó a los ángeles y arcángeles que la acompañaban: “¡Ya está aquí el de las migas!”…
Alfredo Saldaña, siete años después de su poemario ‘Humus’, acaba de publicar otro libro de versos titulado ‘Malpaís’, publicado por La Isla de Siltolá. De nuevo, el poeta aragonés horada el lenguaje y las posibilidades de la palabra para explorar devastaciones e incertidumbres. La presentación se hizo en la librería Central y los maestros de ceremonias fueron Nacho Escuín y Fernando Sanmartín, en unas intervenciones con mucha miga.
El festival de flamenco impulsado en Zaragoza por José Luis Cortés (alias ‘Panoja’) ha tenido de todo, bueno y menos bueno. Entre sus actividades, vino en persona el promotor musical, jugador de póquer y cineasta Gonzalo García Pelayo, cuya filmografía se ha podido ver en la filmoteca. Con su cine, dice nuestro experto de ‘El pollo urbano’, se le puede quedar a uno cara de póquer. O de acelga, como a un sacristán cualquiera. El póquer, ya saben, requiere silencio. O un murmullo. Nunca ruido.
El festival de La Almunia de doña Godina entregó el premio Florián Rey al cineasta José Luis Cuerda, quien también estuvo en Zaragoza un tiempo antes en la presentación de ‘Tiempo después’, su primera novela. Su película de culto es ‘Amanece que no es poco’, que se proyectó en el certamen almuniense, pero a nuestro experto en cine nunca le ha convencido, pues le parece una castaña, de un surrealismo mal entendido, ecléctico y falto de progresión narrativa. Nosotros lo sentimos por los ‘amanecistas’, pues lo que dice nuestro ‘calvo’ va a misa. A dios rogando y con el mazo dando.
En una reivindicativa gala de los premios Max de las artes escénicas, el zaragozano Julián Fuentes Reta ganó dos de las preciadas manzanas por la obra ‘Cuando deje de llover’, un drama familiar escrito por Andrew Bowell que retrata miserias del pasado y del presente a través de una saga familiar. La obra también se llevó una tercera manzana para Susi Sánchez como actriz de reparto. La más reivindicativa de la fiesta fue Rosa Maria Sardà, quien, tras recoger el Max de honor, dedicó su discurso a nuestros gobernantes, a los que quiso regalar “una buena butifarra para que les aproveche durante las largas vacaciones que espero que tengan pronto”. Dicho y hecho. De las migas a la butifarra.
Con la muerte de Jesús Hermida estamos en lo de siempre. Todo han sido parabienes. Pero la verdad es que el reportero le quitaba interés a la noticia para convertirse él en el protagonista absoluto con ese estilo histriónico y exagerado. Todo, en fin, show e hipóstasis, ego y narcisismo, sin dar nunca un palo al poder, servil hasta el bostezo. En Zaragoza tenemos a unos cuantos periodistas de esta calaña que ‘critican’ al sistema obedeciéndolo. Es el bochorno del periodismo, con migas o sin ellas.
Alma nómada y cosmopolita, escritor, viajero, compositor, autor multimedia, conferenciante, director y guionista de audiovisuales, Carlos Villarrubia presentó en la zaragozana sala de la Pantera Rossa su último libro, ‘Zona sensible’, una exploración de los lenguajes emocionales. La presentación, acompañada de guitarrista y cantante, fue modélica, elegante, cautivadora. La sala, medio vacía. Pocos (los del núcleo duro cultural, pese a estar informados, no acudió ninguno), pero bien avenidos y llenos de sensibilidad. Al terminar el acto, la decena de personas que estuvimos nos fuimos a cenar unas migas en la taberna del Tío Aniceto. “¡Que ya están las migas!”, se oyó gritar al cocinero…
Entre cientos de aspirantes de todo el mundo, Daniel Ariza Gracia y Diego García Yagüe son los dos aragoneses que han ganado el premio de arquitectura Global Schindler Award 2015, convocado por el fabricante de ascensores. Por cierto, ¿por qué si sube y baja se llama ascensor y no descensor? Nosotros abogamos por un nuevo vocablo: asdescensor. Como el tranbús.
La cofradía de la borraja y el crespillo de Aragón organizaron un acto académico en el que Moncho Borrajo fue nombrado cofrade de honor y se le impusieron los ornamentos institucionales de la hermandad. Luego se acercaron al monumento de Joaquín Costa, en la plaza Santa Engracia, un homenaje en reconocimiento a su labor en favor de la agricultura aragonesa. El presidente de la entidad, Ángel González Vera, se ha lucido. ¡Abajo Borrajo! ¡Arriba la borraja! ¡González Vera, dimisión! Y el humorista –o lo que sea- pretende regresar en diciembre. ¡Horror!
Como de envidiosos está el mundo lleno, la cofradía aragonesa de la acelga ya está haciendo los trámites necesarios para otorgar a José Sacristán el título honorífico. Para ello, habrá un pase de la película ‘Cara de acelga’, su debut como director de cine. Ya lo dijo Salomón, la acelga es un plato molón.
Nuestro responsable de la sección de gastronomía pollera, Miguel Mendo, nos da la receta de unas inmejorables migas a la pastora. Se pone un recipiente hondo con aceite y se rehoga el sebo para que suelte la grasa. Mientras se añade el chorizo y la longaniza finamente picados, se puede emplear el tiempo leyendo el último acto de ‘Historia de una escalera’, de Buero Vallejo. Una vez terminada esta lectura, se agrega la cebolla picada. Hasta que adquiera color transparente se puede disfrutar de un poema de Antonio Machado. Una vez leído, echar las migas ligeramente humedecidas y sazonadas. Bajar el fuego y cocer lentamente dándole vueltas a menudo. Antes de incorporar el ajo picado a mitad de cocción, debe dar tiempo a leer el primer poema de ‘Romancero gitano’, de Lorca, y otro cualquiera de Miguel Hernández. Rectificar de sal y humedecer con agua si hiciera falta. Mientras se deja reposar podemos hojear un Muñoz Seca o un Poncela, para recordar el ‘Estudio 1’ de nuestros tiempos. A continuación, servir las migas bien calientes, acompañadas de granos de uva, cebolla tierna o incluso pepinillo en vinagre. Si es viernes y coincide con ‘Salvame Delux’, la cena tiene que ser perfecta. Esa es la clave. No la de Balbín.
