Por Luis Gareta
Fotos: Rafael Esteban
La Pascualilla de nuevo abre sus puertas, pero ahora las copas no son de noche, normalmente las copas son de vino, de cerveza y además se pueden acompañar con tapas, raciones y con una gastronomía muy cuidada.
Lucio Lanzán, que abrió hace casi cinco años La Taberna el Broquel en el Gancho, apostó por el Casco Histórico, y demostró que no es necesario estar ubicado en una calle transitada o elitista para hacer funcionar un establecimiento de hostelería basado en la calidad, en el producto y en la profesionalidad.
En estos momentos el Casco Viejo de Zaragoza, es una cicatriz, calles desiertas y vacías de día y bronca y suciedad de noche, Lucio se ha propuesto cambiarlo y por eso ha abierto La Pascualilla en la Calle Contamina de Zaragoza. El Casco Viejo puede volver a tener vida y la vida pasa por la hostelería, por la hostelería de calidad.
La Pascualilla comenzó su andadura hace dos meses, ya se está asentado como negocio y gracias a la Pascualilla ya han puesto la vista muchos hosteleros en el Casco Viejo.
Soplan vientos de cambio y con la Pascualilla ya han empezado los cambios ¡Suerte y enhorabuena!
