Por Martín Ballonga
La última jerominada. “Los zaragozanos tendrían que estar orgullosos de mi gestión en el ayuntamiento. Si al final me voy, muchos se acordarán de mí, de mis desvelos, de mi gran labor en el crecimiento de la ciudad y sus recursos, y no le auguro nada bueno al que me sustituya”, dijo, quedándose tan pancho. Los augures suelen anunciar el apocalipsis. Lo malo es cuando las estrellas solo caen en la cabeza de los profetas.
En una de las parroquias del centro de Zaragoza se celebraba el pasado domingo una concurrida misa. La homilía transcurría con normalidad hasta el momento de la proclamación del evangelio, en el que de pronto sonó un teléfono móvil de alguien sentado en los primeros bancos. Después, en la consagración se repitió la escena, ante la mirada incómoda del sacerdote que predicaba. Este, ni corto ni perezoso, puso un letrero en la siguiente misa: “Para hablar con Dios no necesita el móvil”. La persona que interrumpió el acto religioso resultó ser Dolores Serrat, que la llamaban de las altas esferas para intervenir en la pelea que se estaba produciendo en la feria del libro, a tortazo limpio, entre Dionisio Sánchez y Jerónimo Blasco. El combate lo ganó nuestro director, como Dios manda.
Al enterarse de lo sucedido, el arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, más conocido como “el dueño del melonar”, afirmó: “Todavía somos unos primerizos en estas prácticas, y poco a poco iremos aprendiendo a servirnos de ellas y habituándonos a que siempre sumen y no resten. Vale la pena dar gracias a Dios por las nuevas tecnologías y darle gloria bendita usándolos para su servicio. Esto es también liturgia”. Con el móvil y repicando.
El parecido físico entre el pintor José Luis Gamboa y el escritor Juan Domínguez Lasierra dio lugar a un equívoco en la mejor tradición del surrealismo. Presidiendo Lasierra una mesa redonda acerca de la revista ‘Crisis’, junto a Sergio Abraín y Eugenio Mateo, el político socialista Javier Lambán, al terminar el acto, se acercó al ponente y le pidió un óleo sobre su figura. Lasierra, sin entender nada, accedió al requerimiento por no quedar mal con semejante autoridad. El resultado, con la ayuda inestimable de Abraín, tenía un aire al ‘eccehomo’ famoso. Lambán, una vez lo vio concluido, explotó: “¡Que no soy borjeano, cojones, que soy ejeano!”.
Tambien resulta sorprendente el parecido físico (e intelectual) de nuestro subdirector, Carlos Calvo, con el actor teatral Carles Sans. Tanto es así que el brazo derecho (e izquierdo) de Dionisio Sánchez se acercó a saludarle al teatro Principal, con ocasión de la representación de ‘Bits’, y quedaron a comer al siguiente día. Y pergeñaron la broma del mes. Al finalizar una de las funciones, nuestro intrépido redactor se puso en la salida a saludar y a firmar dedicatorias y hacerse fotos con todos los asistentes que se le acercaron. Uno de los que cayó en la trampa fue un reconocido cultureta de la ciudad. ¿Se imaginan quién? Por cierto, ¿es Calvo o es Sans el de la foto? Pueden visitar los blogs.
Quienes se armaron un lío de la hostia con esto de las identidades fueron los responsables de la exposición en torno a Emilio Alfaro. En la inauguración, unos hablaron del padre y otros de la gracia de su hijo, confundiéndolo todo. Un asistente, enojado, exclamó: “¡Ni Dios ni Jesucristo, que venga el Espíritu Santo! Por cierto, ¿quién es el de la foto? ¿Es el padre? ¿Es el hijo? ¿Qué ocurrió entre tu padre y mi madre?
Noticia sin confirmar. Luisa Fernanda Rudi suspendió todos sus actos de su función política al acudir al teatro Real de Madrid para asistir a la zarzuela en tres actos de Federico Moreno Torroba, con Plácido Domingo en el papel de Vidal y Nancy Fabiola Herrera en el de Luisa Fernanda. En el palco se encontró con Pilar Urbano y la presidenta aragonesa le espetó: “¿Estás tonta o qué?”.
Entre listas de espera, unificación de áreas, salud mental o el copago, Ricardo Oliván cierra sus múltiples frentes y cierra filas con un contundente: “¡Menos pastilla y más zapatilla!”. Para dar ejemplo, lo podemos ver todos los fines de semana haciendo ‘footing’ en las riberas del Ebro. Ya lo dijo Salomón: la dicha siempre es buena, so melón.
¿Debe continuar Fernando García Vicente como Justicia de Aragón? El jurista zaragozano opta a su cuarto mandato, sobreviviendo a gobiernos populares y socialistas. La misión de este cargo es ser la mosca cojonera para defender los derechos y libertades de los aragoneses. Sin embargo, sus empleados están hasta el gorro de su narcisismo, de su egolatría y de sus malos modales. De hecho, para su cumpleaños, le regalaron un dvd de la película ‘El déspota’, aquella en que Charles Laughton ejercía como un auténtico tirano. La bronca fue de las que hacen época.
Al tener constancia de que un guardia celebraba la llegada de la hora del almuerzo subiéndose a la mesa de la comisaría y disparando al techo, el afán controlador del ayuntamiento zaragozano que preside Juan Alberto Belloch está estudiando que los miembros de la policía municipal pasen controles aleatorios de alcohol y drogas, como en lugar de agentes del orden fuesen adolescentes problemáticos. Beber y llevar pistola es una conducta temeraria, aunque a John Wayne y Clint Eastwood les salía generalmente bien. No está mal que se sometan a controles quienes hacen los controles. Más que nada para que sepan lo que se siente al ser obligado a soplar por el alcoholímetro, temiendo de pronto que el cacharro sea hipersensible y reaccione ante las copas que habías pensado tomarte y la lectura irresponsable de Charles Bukowski.
Que se lo digan, si no, al torero Ortega Cano, que tendrá que cumplir la peor ‘cornada’ de su vida en la zaragozana cárcel de Zuera por la muerte de Carlos Parra en el accidente que provocó cuando conducía con una tasa de alcoholemia que duplicaba los límites legales. El torero, en cualquier caso, no se merece las invectivas y los desprecios que está recibiendo, entre otras cosas porque nadie está libre de un accidente de tráfico con culpabilidad o sin ella. Además hay una familia devastada que sufre y que merece todo el respaldo y toda la compasión. Oscuras heridas del alma que no cicatrizarán…
Un juez imputa a Montserrat Caballé por fraude fiscal de medio millón de euros. Por sus vínculos con Aragón (está casada con el tenor Bernabé Martí, de la localidad zaragozana de Villarroya de la Sierra), el ayuntamiento de esta ciudad inmortal creó en 2008 el concurso internacional de canto que lleva su nombre. Este año se celebrará en septiembre e iba a acudir como reclamo. Pero el concejal de la cosa ha rehusado la invitación al percatarse de que a la soprano se le ha puesto otra vez la cara con la que cantaba a la suerte en el último y vilipendiado anuncio de la lotería de navidad. Lo que está claro es que la Caballé seguirá cantando, aunque sea delante del juez.
Siempre que puede, Luis Alegre cita a su amigo Hermógenes y su taberna del tubo zaragozano. Apologéticamente escribirás y gratis comerás (y beberás). Hasta tal punto que en un programa televisivo, hablando de las peculiaridades linguïsticas de cada comunidad al son del éxito de ‘8 apellidos vascos’, el de Lechago se llevó a los buenos chicos de Oregón Televisión -¡enhorabuena por el premio Iris!- a las puertas de ese garito, en un acto de publicidad indecente. Y encima nos sale con el chiste del ‘seiscientos’. En fin…
La vida social de la ciudad recupera una taberna clásica, el Gallizo, para ganar un sitio céntrico de bebida y tapeo que ojalá nos recuerde a una de esas coctelerías de gran hotel en las que no echan sombrillitas ni bengalas en las copas. Suerte a su nuevo propietario, Pedro Morillas.
La guardia civil ha detenido al director del AVE noroeste –y a otros funcionarios- acusado de falsear mediciones en la línea Madrid-Zaragoza-Barcelona para generar un sobreprecio y ganar ilícitamente seis millones de euros. José Blanco fue quien puso la firma al modificado de la obra. Muchas aves y muchas aves. O sea, muchos pajaritos y muchos pajarracos.
Agapito Iglesias planea dejar el Zaragoza en manos de un condenado por fraude, Mariano Casasnovas, penado en firme a dos años de prisión y un millón de multa por haber defraudado cientos de miles de euros a hacienda. Al final, tendremos que ir a ver a nuestro querido equipo de fútbol al patio de la cárcel de Zuera. Con los reclusos. ¡Cualquiera canta un gol!
El nuevo consejero de hacienda de la DGA, Javier Campoy, creará cuatro nuevos órganos de gestión del dinero público para supervisar y coordinar la ejecución presupuestaria y controlar el gasto. ¿No tiene la administración suficientes resortes como para que sean necesarios nuestros estamentos? ¿Para qué sirven, pues, las jefaturas de servicio? ¿Y las direcciones generales? ¿Y la propia intervención?
Domingo Buesa ha sido nombrado hijo adoptivo de la localidad oscense de Jaca, por su contribución a difundir su historia y sus tradiciones. Quizá hoy más que nunca se hace necesario que los conocedores e investigadores de la historia profundicen en su autenticidad y divulguen los hitos de nuestro pasado con rigor. Por fortuna no nos faltan tales eruditos para alumbrar nuestro futuro.
La serie documental ‘Templarios’ ha contado con la colaboración de José Luis Corral para acercar al gran público la vida de estos cruzados ataviados con el manto blanco con cruz paté roja y enfrentados a muerte con los almorávides. Fueron claras las consignas de los productores hacia Israel del Santo, director y guionista: “Si quieres rigor historicista no te olvides del agudo novelista”.
Todo indica que asistimos a una acelerada descomposición del bipartidismo del que tantos lustros se han beneficiado PP y PSOE. Los resultados de las elecciones europeas avisan por dónde van los tiros. Los dos grandes partidos, de luto riguroso, mal lo han digerido. En Aragón, la ‘popular’ Luisa Fernanda Rudi y el socialista Javier Lambán se encomendaron, aturdidos, a la parábola del payaso que escribió el filósofo danés Soren Kierkegaard para reflejar la dificultad de transmitir mensajes de supuesta transcendencia. Para echarse a reír. O para echarse a llorar.
Nos recuerda la referida parábola nuestro director Dionisio Sánchez. Trata de un circo ambulante que sufre un incendio. El director, en pánico, ordena a su empleado más veloz que vaya a pedir auxilio. El empleado resulta ser un payaso, vestido para salir a escena. El payaso llega al pueblo más cercano y grita, ruega, implora: solo consigue carcajadas. Los vecinos ven a un payaso, no a un hombre desesperado. Nadie consigue superar la incongruencia entre el mensaje y el emisor. Y el circo arde por completo.
Y entre tanto incendio, el rey Juan Carlos I se va sin que lo echen como hicieron con su abuelo Alfonso XIII o su tatarabuela Isabel II. Todos pensamos que se iba Ana Mato, pero el que se ha ido es el monarca. En plena crisis institucional, Felipe VI, su hijo, será proclamado rey, si no se rompe la cadera antes, mientras IU, Podemos y Equo piden un referéndum. El sucesor ha encontrado trabajo y puede independizarse. Y la Academia General Militar de Zaragoza, en la mejor tradición del toque de corneta, interpretó la despedida: “¡Ya se va el pájaro, ya se va el pájaro!…
