Por Martín Ballonga.
Noticias y comentarios producidos en sociedad zaragozana, aragonesa, española y mundial
La jefa de comunicación de The Last Festival, Amparo Martí, como estaba aburrida, envió un email a la dirección del Pollo Urbano que textualmente decía así:
“Hola el Pasado 8 de Octubre, una trabajadora suya entró al recinto Parking Expo para desarrollar labores periodísticas. Quería manifestar mi descontento, ya que esta persona llegó a las 3 de la mañana sin previo aviso de que llegaría a esa hora, y lógicamente el personal de seguridad no estaba informado. Finalmente esta trabajadora entró al recinto, curiosamente sin libreta alguna o cámara fotográfica y acompañada por dos personas que pretendían únicamente disfrutar de la noche. Me gustaría, como jefa de comunicación de Parking Expo, que me dijeran el tipo de cobertura informativa que realizó su trabajadora. Así como ponerme en contacto con ustedes para que no vuelva a suceder lo mismo y previo aviso, pueda acompañar a la redactora, facilitarle su trabajo y resolver sus necesidades. Saludos.”
La aludida, Cristina Punter, Coordinadora de la sección de Música del Pollo Urbano le contesta del siguiente modo:
“ – ¿Para qué dais el pase acreditativo de prensa? Si luego no dejáis entrar en puerta y hay que buscar un responsable de organización, vía telefónica, para que se presente en puerta para poder acceder al recinto. ¡Qué gran Organización!
– Las acreditaciones de prensa en un festival competente y serio no obligan a ningún redactor a ir obligatoriamente y mucho menos a comunicar hora de llegada (ridículo y patético). En cuanto a que no comuniquéis y proporcionéis a vuestro personal de seguridad en puerta un listado de acreditación solo deja reflejada vuestra organización y profesionalidad.
– La libreta quizás la necesite la jefa de comunicación. Para apuntar 1000 veces: No diré más tonterías, ni mentiré y malmeteré contra personas que estén ejerciendo su trabajo.
– Aclarar que una redactora no es fotógrafa y por tanto no tiene porque llevar ninguna cámara para ejercer su trabajo. Aunque da la casualidad que siempre llevo mi cámara digital.
– Por cierto el día 8 de Octubre ni siquiera fui. Ah, y es de muy mala persona insinuar (mintiendo) A MI MEDIO DE TRABAJO que algún día de los que asistí, si fui acompañada, estos entrasen gratis. TODOS PORTARON SUS ENTRADAS PREVIO PAGO.
– Aquí está la cobertura informativa de los conciertos de THE LAST FESTIVAL (por si lo dudabais) de esta redactora entregada en su medio, en tiempo y plazo establecido con anterioridad.
No salgo de mi asombro, ante el trato recibido por esta persona, jefa de comunicación de THE LAST FESTIVAL, que seguramente tiene la misma vergüenza que profesionalidad. NINGUNA”
Desde luego, hay jefas de comunicación que están desnortadas…..¡Qué barbaridad!
El magnate de la prensa española, Juan Luis Cebrián, está que no para. Después de importar el Huffington Post con poco éxito, de hundir Prisa y de cargarse ‘El país’, se ha puesto en contacto con nuestro director, Dionisio Sánchez, para rediseñar ‘El pollo urbano’. De momento, siguen las negociaciones.
Juan Bolea ha presentado en Zaragoza su último parto, ‘El oro de los jíbaros’, y tiene como protagonista a Martina de Santo: dos personas desaparecen sin dejar rastro, salvo su cabeza reducida. La inspectora deberá emprender una investigación que le llevará a descubrir todas las extrañas prácticas de reducción de cabezas de los jíbaros. Fuentes cercanas a esta redacción nos han contado que quienes han leído el bodrio empiezan a tener síntomas de reducción de cabeza. Manolo Vázque Montalbán y su inseparable Pepe Carvalho investigan, desde el cielo, el caso. Y san Pedro les dijo: “¡Quiero la cabeza de Alfredo García!”.
Y encima se queja Bolea de que apenas se lee, y los pocos que leen –como él, suponemos-, leen libros de autoayuda, novelas históricas, culebrones sentimentales, bestsellerones y otras mamarrachadas por el estilo. ¿Se creerá Unamuno? ¿Le dolerá España? “A mí no me duele nada, salvo esta puta muela que no me deja dormir”, dijo, en un ataque de ira jíbara. O de retórica barata jíbara.
Dice el juez y alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch (de nombre completo Juan Alberto Belloch Mauricio José Blas de Villamediana y Urquijo de Carvajal) que tenía un BMW CSI tres litros. Era tan de quinta mano que no tenía suelo. Si llovía se mojaba. El caso es que un ladrón se lo robaba todos los viernes. Y aparecía el lunes. Lo curioso es que cada vez el coche estaba mejor. El tío le arreglaba cosas. Un día, no es broma, se lo devolvió en la calle Voluntaria entrega. Y le cogieron. El caso era que presumía de coche ante su novia. Le juzgaron… ¡y cayó en su sala! Belloch pidió inhibirse y el ladrón dijo: “¡Qué me juzgue Belloch!”. Y, claro, le fue bien. Tan bien que se llegó a comprar el nuevo modelo de BMW CSI pero con un litro más. Y empezaron a multarle por aparcar en doble fila, en triple fila, en paso de jirafa y así, hasta que se lo embargaron. En la subasta, y a coste irrisorio, el alcalde se hizo con el nuevo modelo BMW cuatro litros. La vida circular del juez y alcalde.
Luis del Val dice que Jaime de Armiñán no le aburre y que le excita su curiosidad. Y lo compara con José Luis Garci, a los que le sale, dice, “un análisis poético de las tribulaciones de la clase media”. Le dejó a Del Val ‘El amor del capitán Brando’ una huella imborrable en su educación. A nosotros nos parece Armiñán –como Garci- un aburrido, un pelmazo, un blando, un academicista, con una pretenciosidad totalmente inadecuada. Luisito, Luisito…
Cerca de cincuenta mil personas han pasado ya por la exposición en la Lonja del pintor zaragozano Eduardo Laborda, que permanecerá hasta finales de este mes de noviembre. Para celebrar el éxito, el autor de ‘La bella dama sin piedad’ hizo una fiesta privada en su casa, en la mejor tradición de los guateaques de antaño. Por ahí se dejaron ver César Sánchez, María José Gracia Lacal, José Manuel Fandos, Javier Estella, nuestro colaborador don Quiterio… La noche se alargó y no se dejó títere con cabeza. Bailes, copas y buen rollo. ¡Que se repita!
A Ángeles de Irisarri, autora de una trilogía sobre la reina Isabel, le gusta la serie televisiva sobre la reina de Castilla y el rey de Aragón, y destaca la fidelidad con la trama general: el ascenso al trono de Isabel, su evolución en el reinado y su historia con Fernando. A nosotros nos da la i-risa-rri (utilizan el vocablo ‘majestad’ en vez de ‘alteza’, pues el término no empezó a usarse hasta el siglo XVI), por sus licencias creativas, por falta de fidelidad a la historia y por ser más pesada que una vaca en brazos. El médico judío Lorenzo Badoz le diagnosticó su mal ginecológico. Eso debe ser.
El subdirector del Pollo, Carlos Calvo, gran conocedor de la literatura en Aragón, está preparando un tríptico ensayístico de todos los escritores (y escritoras) de esta comunidad o afincados en ella. Dará cuenta de la producción anterior al siglo XX, la del siglo XX propiamente dicha y los que han publicado en este XXI. Habrá sorpresas, conociendo a nuestro compañero: un estudio crítico –y completo- sin parangón, diciendo las verdades del barquero, ensalzando a los buenos –que los hay- y señalando a los que se creen escritores y no saben, los pobres, que no lo son. Que se preparen. Nos vamos a divertir.
Lo de Lola Ester es de juzgado de guardia. Se marca un artículo en ‘El periódico’ que produce sonrojo, al hablar de la huelga de autobuses y, sin venir a cuento, termina diciendo que el bar Entalto es un nido de grapos o de grapas. Con este tipo de periodismo, a Lola Ester ya empiezan a llamarla la nueva Federica Jiménez Losantos. Y no vale pedir perdón con la boca pequeña. Esta es como el cabrón de Heydrich, que, después de haber asesinado a millones de judíos, anunció que renunciaba a su licencia de cazador de conejos. La Lola nos lleva al huerto…
Hace ahora dos años que se construyó el párking del parque Bruil y aún no ha salido a concurso público. En su lugar había un solar donde aparcaban su coches doscientos vecinos. Ahora, ni solar, ni parking, ni nada de nada. Pero mucha patrulla multera, a doscientos euros el papel (o la foto), unas cincuenta multas por día. Vergonzoso. Ni en el medioevo recaudaban con tanta cara dura. Y, encima, los vecinos tienen que aguantar a los agentes en una taberna del barrio, tomando café a todas horas, con su coches patrullas encima de las aceras y riéndose. Pero, ¿de qué se ríen? ¡Lo que hay que aguantar!
Lo de la carpa del ternasco en las pasadas fiestas pilaristas tiene su miga. O no. Te servían un bocadillo de goma con algo irreconocible y cocido dentro. Luego los hosteleros se quejan, pero no prima la profesionalidad. Eso sí, no pararán con las costosas campañas publicitarias, muchas de ellas con dinero público. ¡Al ternasco lo que es del ternasco!
