Por María Sarmiento
Los pasados temporales de viento que tuvieron lugar en la zona de Soria donde se encuentra la dirección general del ISSIPU además de abatir un gran chopo boleana, causaron otros innumerables destrozos en las instalaciones donde se encuentran las oficinas.
En su caída, enorme chopo destrozó la valla que rodeaba la caravana que sirve como odicina de la dirección general, cuatro sillas y una mesa. Además, una de las ramas golpeó el baúl delantero de la misma donde se encuentra la botella de butano y su repuesto. (https://www.elpollourbano.es/silvicultura/2016/04/los-vientos-abatieron-un-ejemplar-cincuentenario-en-la-chopera-del-issipu/)
Al no poderse reparar el cajón (estaba hecho de fibra de vidrio y su estado era lamentable), se buscó una solución alternativa para poder hacer uso de la cocina y la calefacción de la “roulotte” al tiempo que las botellas de butano quedaran al resguardo de la interperie.
También se instaló un nuevo toldillo isotérmico en la ventana delantera porque su predecesor estaba completamente ajado y ya no cumplía la importante misión para la que estaba destinado.
Todavía quedan muchas operaciones por realizar para que la chopera vuelva a estar en perfectas condiciones: hay que cortar y trocear el enorme chopo caído, segar la hierba, arreglas las vallas y repintar la utilísima caravana que sirve de oficina a los silvicultores. Todo un reto para los próximos meses ¡Suerte y ánimo en la empresa!
CARAVANA
Hergo Bambi de 1983
Las caravanas de la casa Hergo, de Vitoria, fueron durante años las reinas de los campings de España, por la cantidad de unidades que llegaron a haber en la calle. Como el resto de fabricantes sus años dorados fueron desde principio de los años ’70 hasta 1996, cuando dejó de fabricar caravanas para concentrarse en otros métodos de acampada, en el caso de Hergo en los mobilhomes. A 2013 su fábrica ya no produce tampoco estos últimos.
Las caravanas de Hergo siempre se caracterizaron por sus ajustadas dimensiones y peso, con uso de materiales muy livianos. Sus interiores siempre resultaron parcos a la vista aunque nunca a costa de la funcionalidad. Nunca llegaron a fabricar unidades lujosas con WCs fijo o con duchas grandes, ni con oscurecedores y mosquiteras arrollables, ni con tapicerías gruesas y cojines con guata y formas trabajadas. Al contrario, sus caravanas siempre eran más estrechas y con menos acabados supérfluos que ninguna otra de su categoría, en detrimento a menudo de camas o cuartos de aseo comparativamente grandes, pero en favor de su movilidad en carretera, donde resultaron siempre las campeonas gracias a lo cual cosecharon un gran éxito.
Al igual que muchas otras marcas españolas, apenas fabricaron caravanas grandes y matriculables. Las mayores caravanas turísticas de Hergo, incluso su Alaska 555, su caravana de los ’90 más grande de entre las que se vendieron un cierto número de unidades, resultaba tremendamente parca y pequeña de interiores comparada a su par de Moncayo la Viena 550. Sin duda Hergo fue la marca de los ruteros.
Ya no quedan apenas Hergos en buen estado. Las Gacela e Impala de los años ’70 están todas inutilizables para circular, de añejas, incluso muchas de las que han estado a cubierto. Las Starlike y CX (esta últimas con distribuciones realmente imaginativas para la época) de los ’80 no fueron tremendamente populares ni resultaron tan robustas como las anteriores. Las carrocerías de principios de los ’90 han resultado sufrir múltiples filtraciones en esquinas y juntas y las únicas unidades sanas son las que han estado todo el tiempo en manos cuidadosas. Y tanto de las series de tallas grandes Space y Prestige, como de las últimas series Plus, se vendieron muy pocas unidades.