Por Alberto Delso
ARCO cumple treinta años, con algunos cambios, no sé si obligados por la crisis o porque tocaban; menor tamaño y nuevo director: Carlos Urroz.
Dicen que ha reducido el tamaño, pero los mismos pabellones de otros años, el 8 y el 10 han acogido a 197 galerías de 21 países. Este año Rusia es el país invitado.
Respecto a la adaptación a la crisis, no se refleja en los precios de las obras expuestas, fotografías a 20.000 euros y una obra de Antonio López, decían que se pedía un millón de euros por ella. Ni siquiera en el precio de la entrada para la gente de a pie, han tenido consideración alguna, 32 euros costaba la broma.
Si nos ceñimos al contenido, no pretendo hacer una crítica de arte, ni soy crítico, ni pretendo serlo; sencillamente haré un recorrido mostrando lo que yo pude observar y lo que las obras expuestas me sugirieron.
En primer lugar me llamó la atención ver muchas obras repetidas de otros años, supongo que otra vez la crisis es la culpable de esto.
Choca ver como muchos artistas se vuelven cada vez más ecológicos y optan por el reciclaje, ¡es una maravilla!, todo sirve para crear arte, las latas de cerveza vacías, maderas viejas, neumáticos de coche, ropa vieja, muebles inservibles, azulejos de reformas,….. hasta la calceta o puntilla como la que hacia mi abuela, sirven.
Se aprecia también una exaltación de la naturaleza, como muestra de esto, vean la obra de la gallina sorprendida ante el huevo que acaba de poner, o el loro en el alto de un armario, o la composición realizada con huevos.
También la naturaleza sirve como tema recurrente en muchas fotografías.
La fotografía y todas sus variantes, parece que cada año proliferan más, es importante ya el número de obras expuestas y por los precios elevados que se pagan por ellas, es evidente que tienen demanda.
Aunque la escultura no es tan abundante como la pintura, pero al tener la ventaja de mostrar el espacio real, tiene la capacidad de sorprender y llamar más la atención; aparecen desde fuguaras abstractas hasta figuras humanas superrealistas, o toro con puntillas, o especie de diosas griegas también con bordados, o cristos provocadores, o animales disecados, o construcciones con azulejos, o metros inmensos de madera, u órganos sexuales desproporcionados…….mejor vean las fotos y juzguen.
Algunos montajes un tanto espectaculares como el correspondiente a el periódico El País, que se ha traído a su stand, todos los muebles viejos de oficina que tenía y los ha suspendido del techo, consiguen un resultado cuando menos sorprendente.
Respecto a la pintura, ¿qué decir?, tal vez se esperaba más de los pintores rusos, es posible, como me apuntaba mi amigo Santos, que los pintores alemanes son los que tiene más “fuerza” y están creado las obras con más carácter.
A simple vista llamaba la atención ver como el personal se amontonaba para poder ver “la panorámica de Madrid” de Antonio López, es evidente que la pintura hiperrealista tiene tirón.
Varias galerías presentaban obras de autores reconocidos del siglo XX, alguna obra de Botero, alguna de Saura.
Proliferaban obras de imitadores, ¡perdón!, quería decir con influencias de artistas reconocidos, pinturas negras al estilo de Saura, abrigos pegados al lienzo a manera del discutible Tapies, tal vez menos newcubistas que en otras temporadas.
Era curioso observar la cantidad de obras pintadas sobre papel, formatos grandes, pequeños, de todo; no sé si será también a causa de la crisis o es una demanda del mercado al tener estas obras precios más asequibles.
No se que decir de las obras audiovisuales, montajes con televisiones antiguas mostrando perros, o televisiones de plasma colgados en la pared repitiendo una escena o un movimiento. Abundan, pero no veo al personal detenerse mucho a admirar estas obras.
En una feria como esta, no pueden faltar las obras provocativas y un tanto snob, parece una característica necesaria para estar en la vanguardia del arte.
Cuadros para todos los gustos, vean, vean las fotos! y juzguen ustedes mismos, pero accesibles para pocos bolsillos. Dicen que en momentos de crisis, invertir en arte es una buena opción, será verdad, lástima no tener algo suelto para este fin.
Ah!!! Se me olvidaba, a todos los agricultores que no saben que hacer con las plantas malas que crecen en sus campos, aquí tienen la solución: hacer obras de arte con ellas y a forrarse.
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