Decreto Andaluz de Vivienda / Manuel Sogas Cotano


Por Manuel Sogas Cotano
http://zaragoza-sevilla.blogspot.com.es

ANDALUCIA: un ejemplo de la actuacion bancaria chantajista y especuladora

El gobierno que preside Griñán en Andalucía por definición es el gobierno de todos los andaluces. A mi personalmente no me parece, ni creo que sea objetivamente, un gobierno socialista por mucho que su presidente esté adscrito al PSOE, dado que este partido decidió renunciar deliberadamente con Felipe González a la teoría socialista.

No obstante es el gobierno de todos los andaluces, concretamente de casi ocho millones y medio de personas, que son a las mismas personas que la banca chantajea cuando chantajea al gobierno andaluz.

Griñán tampoco me parece un fuera de serie en materia intelectual ni un hombre que destile por doquier virtudes y cualidades morales que poder enseñar a los demás, que esa es la función del servidor público, según Aristóteles.

Por no parecerme no me parece ni siquiera honrado, en tanto en cuanto tenga sobre sus hombros la sospecha de los EREs y no quede meridianamente claro quienes se lucraron, mediante robo, con los fondos de los EREs. Sin embargo, Griñán es el presidente de todos los andaluces.

No me parece que sea socialista el gobierno andaluz porque los grandes medios de producción y la banca, instrumentos básicos mediante los cuales el gran capital fija,  determina e impone a toda la sociedad la política a seguir en función de sus particulares intereses, no han sido expropiadas y puestas sus funciones al servicio de todos los ciudadanos y ciudadanas, llegando incluso a remover de su cargo, cuando lo ha creído oportuno, al presidente de gobierno que no se ajustaba a sus intereses, como ya sucedió en su día en Aragón con el presidente Eiroa, hoy fallecido. O en Grecia e Italia más recientemente.

El gobierno andaluz ha decretado que determinadas personas (ni siquiera todas), las que cumplan determinados requisitos y corran  peligro de ser desahuciadas (puestas de patitas en la calle de un día para otro) tengan la posibilidad de permanecer hasta tres años en las viviendas que habitan, previa garantía del pago a la entidad financiera (banco o inmobiliaria) que promueva el desahucio por el tiempo que dure la ocupación con el límite de esos tres años.

Esta actuación del gobierno andaluz para evitar que algunas familias (no todas) que hoy tienen un techo mañana se vean en la calle, que debería constituir el a, b y c de la solidaridad humana más simple o de la moral y ética, cristiana o no, más elemental, la infantería mediática más soez, simple, deformadora y envenenadora de la opinión pública, con los planteamientos más retrógrados y viscerales, defensores de los intereses de los más ricos, que son los menos y que menos han trabajado (por consiguiente el robo no puede andar muy lejos de ellos), pretenden convertirla en diabólico principio del mal surgido de las más oscuras profundidades del averno diabólico-marxista-leninista-stalinista-felipista-cubista-palista-iranista y arista con ventanas a la calle, fundamento de los turbios y tenebrosos planteamientos de la izquierda más radical, germen del terrorismo archi provincial de viento en popa a toda vela con conexas conexiones al terrorismo de andar por casa y del que, ¡pero que me estás contando!, ha de ser vencido por las fuerzas del bien de los que son representantes Roberto Alcázar y Pedrín el de los palotes; el Capitán Trueno, David y Goliat y el primo de Zumosol en comandita con el Guerrero del Antifaz, el Espadachín Enmascarado, Jaimito, Pumby, El Soldadito Pérez y el Santiago que lleva a cuestas la Gran llave del cierre España a cal y canto por orden de la autoridad competente, que es el Fondo Monetario Internacional, con su Gerente corrupta al frente, haciéndole de alfombra de osito  peluche, el único, el irrepetible, el sin par. ¡Mariano Rajoy! Y, aquí ya es cuando se levanta el telón del circo y empieza la función.

A lo que no pasa de ser un aseguramiento de cobro durante tres años por parte del banco o inmobiliaria, mediante la garantía o aval de una institución pública a cambio de mantener durante ese tiempo en la vivienda a la familia que iba a desahuciar, sin que pierda y sin que se toque ni de pasada la propiedad de la vivienda, el gobierno andaluz,  ha tenido la infeliz idea de llamarle “expropiación de uso temporal de la vivienda”.

Sin duda se debe ello a que la noción de la política que tiene el Gobierno andaluz no socialista (hay que volver a matizar el no socialismo del Gobierno andaluz) sea más la del gesto hacia el exterior que la necesidad de transformar la sociedad, que es la esencia del socialismo: buscar y hacer realidad que para vivir nadie explote a nadie, ni política, ni ideológica, ni económicamente.

Siguiendo esta filosofía (que por cierto, ni es nueva ni exclusiva del gobierno andaluz) de llamar a una cosa por nombre distinto al que le corresponde, yo haré gala de mi planteamiento vital de hombre de la izquierda radical (ser radical es serlo de raíz, no es ser violento ni un come niños crudos, porque a los niños si antes de comértelos los cueces o los asas ya no eres un radical de izquierdas, sino uno de izquierdas común consensuativo, que consensúas, porque al niño, lógicamente, si antes de comértelo le preguntas: ¿asado o cocido?,  le quitas toda la gracia a la cosa) quitándome la careta de ovejita traviesuela, sopla gaitas y melenuda que llevo, mostraré mi más perversa faz lanzándome sin más y con los píes por delante, en plancha, cabeza bajo el sobaco, a la expropiación internacional, y así, tal cual lo están leyendo, de sopetón, al barman de la esquina donde suelo tomarme el cafecito mañanero, plan “expropiador” gobierno andaluz, le diré: ¡que te vengo a expropiar! No se me asuste, póngame el cafecito y ahí tiene el euro que cuesta el café que me pone y que yo le expropio, ¡con dos cojones!, incluida la expropiación necesaria y temporal aneja a la primera de la tacita, el plato, cucharilla, azúcar y cacho de barra ocupada, al igual que el espacio de local que necesariamente he de ocupar para que la expropiación dicha pueda ser hecha por entero. Y que muy buenos días tenga usted, señor barman, que mañana será otro día y volveré a practicarle una nueva expropiación, que es que le estoy cogiendo el gustillo a esto de expropiar.

Como digo, expropiación repetitiva que realizaré a partir de ahora, tipo gobierno andaluz: pago que fija el barman por el uso que hago del bien que consumo, café en mi caso, vivienda en el caso del gobierno andaluz,

Si la mujer del César no fuera una puta, que la es, no tendría necesidad de hacer ningún esfuerzo par aparentar decencia. Si el gobierno andaluz de Griñán fuera un gobierno socialista, no tendría pobrecito mío ninguna necesidad de lanzar cantos de sirenas para aparentar que lo es recurriendo al titular de la “expropiación”, porque si nos dejamos de tontadas y nos atenemos a la chicha del asunto, el Decreto sobre la Función Social de la Vivienda, cosa que por cierto ya está recogido en la Constitución, la cosa no va mucho más allá de que algunas personas de las que podrían ser desahuciadas no lo sean al menos durante tres años, con la correspondiente garantía publica al banco de que cobrará su correspondiente alquiler, de cobertura para los daños que pudiera sufrir el inmueble y, sobre todo, que es la esencia de la expropiación, que no se toca ni una coma de la titularidad de dicho inmueble a favor del banco o de la entidad financiera en cuestión.

O sea, señora cesarina o esposa del César, que es usted más puta que las gallinas de Catalina,  que ponían los huevos fritos. Así que no me venga poniendo la cabeza como un bombo acerca de su aparente decencia que a mi me da igual el César y su mujer.

Por cierto, que al César no hay que darle nada, lo que hay que hacer es cesar de darle cosas al César, porque todo lo que se le ha venido dando hasta  hoy no era otra cosa que lo propio ganado con trabajo propio en cuyo trabajo el César no participó jamás, que es mu cuco este César.

Que lo que yo digo es  que el gobierno de Andalucía no expropia nada ni a nadie con su Decreto sobre la Función Social de la Vivienda.

La función social de la vivienda no son ni palabras ni decretos, sino hechos. Y a estos hay que atenerse. Como el caso que sigue para que la especulación con un bien de uso como es la vivienda no se pueda especular.

En la esquina de las calles San Juan Bautista y Pablo Parellada, en el Barrio de La Paz de Zaragoza, hay dos bloques de viviendas, en total, 34, que fueron construidas a principios de los años 70 del siglo pasado, por la Cooperativa de Viviendas “El Camino”.

Aquellas viviendas fueron ocupadas por 34 familias de trabajadores con el sueldo correspondiente de la época (que como en esta, no era para tirar cohetes) que ni soñando podrían haber comprado un piso en aquellas fechas de no haber aquella Cooperativa.

Para la compra del piso no se dio ninguna entrada ni a la entrega de llaves se pagó cantidad alguna, ni nadie cobró el 10% por administración y gastos de gestiones como ha venido siendo habitual en otras “Cooperativas” de viviendas, es decir, que nadie ganó dinero con aquellas viviendas, salvo el constructor que no era cooperativista, Daniel Villarroya, que ganaría lo que fuera normal en un constructor, y el que esto escribe que no pasarían de 1.500 pesetas (salario de tres meses, 500 pesetas al mes). Y como consecuencia de que nadie ganó nada, o sea, que no se especuló o que, no se subieron los preciso de las mismas artificiosamente para enriquecer a nadie, los trabajadores en cuestión pudieron tener su vivienda.

El terreno se compró con un préstamo de la entonces Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja, avalado por unas personas con patrimonio que llevados por sus creencias cristianas y compromiso social adquirido accedieron al favor que les solicitamos los cooperativistas, y las obras se financiaron con la subvención de 30.000 pesetas por vivienda que daba el Instituto Nacional de la Vivienda; el 70% del costo de la obra que obligatoriamente prestaba el Banco de Crédito a la Construcción a todo promotor de obras sin excepción (y que se cargó Felipe González para entregarlo a la banca privada. Ni que decir tiene que con aquel Banco y con otros se podían hacer y se hacían trampichuelas, dado que todo esto se refiere al periodo tardo-Franquista) y las cuotas mensuales que pagaban los cooperativistas (en Julio y Diciembre, aprovechando las respectivas pagas extras, se pagaba el doble) que era de 250 pesetas. Terminadas las obras y entregados los pisos por sorteo (el sorteo se realizó en el hoy desaparecido cine del Barrio de la Paz (donde una vez cantó el cantautor andaluz, Manuel Gerena): en una caja de Farias vacía, papeletas con nombres de pisos y en otra, papeletas con nombres de socios, de cuyas cajas se fueron extrayendo las respectivas papeletas y adjudicándose los correspondientes pisos.

Adjudicados los pisos, cada socio se subrogó en la correspondiente hipoteca sin que se diera ningún caso de impago.

Se menciona este hecho real como ejemplo de que la vivienda no tiene que ser necesariamente un bien para ser utilizado estrictamente como valor de cambio para la especulación,  con el único fin de enriquecer a unos pocos tan solo porque ocupan un  determinado lugar en la sociedad, a costa de la necesidad y de trabajo de los demás, sino como un bien de uso que debe ser utilizado para el fin que se creó: vivienda. Y  también se menciona como justificación moral y ética, más allá de cualquier planteamiento político o ideológico, de la expropiación de viviendas (que de ningún modo es el caso del Gobierno andaluz) cuando estas están construidas en cientos de miles con el único propósito de enriquecer a sus promotores (los cuales poco o ningún dinero particular han utilizado para su financiación) en tanto que otros cientos de miles de personas no tienen vivienda, y además, se echa de sus viviendas por falta de pago a quienes las habían comprado (en condiciones crediticias abusivas en muchos casos) cuando tenían trabajo, y que de pronto se ven en el paro, en cuyo paro tienen gran parte de culpa precisamente quienes instan los desahucios: la banca y las grandes inmobiliarias ligadas de una u otra forma a esa misma banca.

La directiva europea 93113 de protección a los derechos del consumidor establece que las cláusulas abusivas que figuren en  los contratos no obligan al consumidor, y parece fuera de toda duda que es abusivo por parte del banco o entidad financiera que da un préstamo con la garantía de la hipoteca sobre la vivienda que se compra, que si por falta de pago se queda con la garantía ofrecida que es la vivienda, mediante un desahucio, además, el desahuciado una vez en la calle y sin la vivienda que compró que queda en propiedad del banco, le sigue debiendo al banco la misma cantidad que este le reclamaba, con lo que el banco o entidad financiera tiene en su propiedad el bien ofrecido como garantía y además la deuda que reclamaba, lo de que cumplirse estas condiciones, el desahuciado ya sin vivienda le tiene que seguir pagando al banco o entidad financiera por algo que ya es de su propiedad. Robo más perfecto, seguro y redondo que este es difícil de imaginar.

En base a esta injusticia clamorosa que se da en la Ley Hipotecaria española el presidente Griñán decide iniciar el proceso correspondiente para su pertinente modificación, lo cual no parece que pueda ser más lógico: modificar una ley que es injusta, a lo que hay que añadir que no cabe atribuirle a esa actitud de modificar la  Ley Hipotecaria ningún calificativo que se relacione ni con el Socialismo y mucho menos con la revolución, toda vez que el hecho de la modificación parte de la Unión  Europea, que no es ni socialista ni revolucionaria, y lo único que hace es denunciar una no correspondencia legal entre ella y España que clama al cielo, que es en esencia a lo que se aplica el presidente Griñán.

A qué fin o en base a qué tanto revuelo y alboroto como el que ha levantado el PP y sus medios de comunicación afines con respecto del Decreto de la Función Social de la Vivienda, que en nada toca la sacrosanta propiedad privada, uno de los misterios inescrutables del pensamiento capitalista, pero que sin pensárselo dos veces lo califican de “expropiación” como prueba de la impiedad Socialista que sólo piensa en expropiar, cuando en realidad y en todo caso la expropiación teórica a la que se refiere el Socialismo  se ciñe única y exclusivamente a los medios de producción privados que condicionan y determinan la economía de todo el país y en consecuencia, la vida de todas las personas que lo habitan, como medio de que las decisiones que afectan a todos no esté, como ahora, en manos de unas cuantas personas, sino de toda la sociedad.

La respuesta a la cuestión no cabe más que inscribirla dentro del marco de las apariencias con el jugueteo artificioso, vacío y palabrero de izquierda y derecha, que si no pasa de las palabras se queda dentro de lo que es la derecha, puesto que no se llega a poner en cuestión nunca los valores del capitalismo que en esencia, y sobre cualquier otro, es el acrecentamiento de los capitales.

Así, pues, el PP y sus medios de comunicación afines, al no tener argumentos que poder esgrimir contra su oponente natural que es el PSOE (pero si fuera socialista, que no lo es) no le queda más remedio que la demagogia, el insulto, la descalificación, para presentar al Socialismo ante la sociedad como el causante de todos sus malos, incluido los mas de 6.000.000 de parados que acaban de ser alcanzados con el gobierno del PP, que según él se debe a la mala política seguida anteriormente por Zapatero, que en realidad, poco se diferenciaba de la que práctica y tiene en proyecto seguir practicando el propio PP, razón por la cual no tiene ningún escrúpulo en llamar expropiación a lo que no es sino un aseguramiento a los bancos o instituciones financieras del pago del alquiler  por un periodo máximo de tres años, a cambio de que el que iba a ser desahuciado de momento no lo sea, y al cabo de tres años ya se verá.

Por su parte el gobierno andaluz al no hacer nada que se le parezca ni por asomo al Socialismo, salvo alguna que otra traca de palabras contra el gobierno de Rajoy, pero dejando las cosas como estaban, para parecer que hace algo (algo hace en el sentido que puede conseguir que algunas familias, no todas, se vean de patitas en la calle de un día para otro) que le diferencia y distinga como Socialista, llama expropiación (que debería ser) a lo que sencillamente es asegurar el cobro de la renta al “arrendador” por un periodo máximo de tres años, con lo cual no es que nos quedemos como estábamos, sino algo peor, porque dando la sensación de que se hace algo, como no se hace, el descontento social hacia el Socialismo crece, puesto que en definitiva quien podría resolver realmente los problemas tampoco lo hace, de manera que la conclusión no puede ser más lógica: todos los partido políticos y todas las políticas son iguales, lo que es radicalmente falso y contribuye de forma general a encontrar la solución a los problemas.

¿Podría la banca coaccionar al gobierno andaluz mediante el chantaje de no concederle más moratorias del pago de 470 millones de euros que se le deben, para impedir la aplicación del Decreto de la Función Social de la Vivienda y obstaculizar de esa forma el funcionamiento político normal  de la política en la Junta de Andalucía? Sin ninguna duda, podría. Cosa distinta es que lo haga.

Solamente con haber anunciado que no concedería más moratorias para el pago de las cantidades prestadas (470 millones de euros) a raíz de ser anunciado el Decreto reiteradamente mencionado, ha cumplido con su función política-ideológica de “aterrar” al personal haciéndole saber que aquí, lo mismo que allí, la que manda es la banca que para eso tiene el dinero, y que sin su consentimiento no hay político que haga nada si ella no quiere, lo cual es verdad, pero solamente a medias o a un cuarto de verdad. Al final de este artículo veremos el por qué.

Contra el chantaje mencionado de la banca no es menos verdad que también el gobierno podría hacer algo, como por ejemplo, suspenderle a las empresas a ellas supeditadas de una u otra forma, todas las concesiones realizadas en base al interés público por encarecer indebidamente el costo de los servicios “prestados”, por ejemplo: aguas, transportes, limpieza, seguridad privada, etc. Pero tampoco creo yo que el gobierno andaluz haga esto, porque no es socialista. Esto hay que repetirlo hasta la saciedad.

Podría hacerse también, pero no por parte del PSOE de Griñán, que ya hemos dicho que no es Socialista, sino por parte de Izquierda Unida (IU) que forma parte de su gobierno, y a la que se le atribuye la “malevolencia” de haber inspirado el Decreto de la Función Social de la Vivienda, empezar por reconocer el craso error político de llamar y hacer que se llamara “expropiación” a lo que no la es.

Corregir ese error político para decir la verdad, diciendo que en estos momentos no puede hacerse más que eso, que gente que puede estar en la calle de un día para otro se le podrá mantener por un periodo de tres años más en las casa que la banca les quiere quitar por falta de pago, pero nada más, y que eso no es resolver el problema de la vivienda.

Y que no se puede hacer más después de casi cinco años de incertidumbres y recortes sociales y derechos laborales adquiridos, porque  no se cuenta con el apoyo social mayoritario necesario para poder hacerlo, debido entre otras razones, a que ni los partidos políticos en particular, ni en general ningún movimiento político de izquierdas ha sabido proporcionado instrumentos de conocimiento y de análisis a las grandes masas para que tomaran conciencia de la importancia que tienen como agentes del desarrollo social, por lo que ahora ningún partido de izquierdas cuenta con el apoyo político y social mayoritario y necesario como para expropiar de forma efectiva y sin rodeos las viviendas vacías que tienen los bancos  y que no hayan sido financiadas con el dinero particular de los correspondientes presidentes de esos mismos bancos, es decir, que el promotor de viviendas, sea banco o cualquier otro, que haya utilizado préstamos bancarios ha utilizado dinero de otros y por tanto, ese dinero no era suyo, y como no era suyo en consecuencia las viviendas construidas y financiadas con ese dinero prestado tampoco pueden ser suyas.

Podría decir también Izquierda Unida (IU) al igual que cualquier otro partido, asociación o plataforma de izquierdas, que la banca, según informe del Banco de España de hace tan sólo unas semanas, tiene depositado en sus cuentas de particulares la cantidad de 1.570.000.000.000.000 (MIL QUINIENTOS SETENTA BILLONES DE EUROS), o sea, que no es de su propiedad, pero que sí lo maneja como si lo fuera, y total, si lo pierde, lo pierden sus depositantes, y la garantía de esa pérdida no la dan los banqueros, sino todos nosotros con los aumentos de impuestos correspondientes, saqueo de la sanidad, enseñanza, reducción de pensiones, alargamiento de la vida laboral, etc, que es lo que está pasando actualmente con los denominados ajustes y recortes sociales, que no nos viene impuesto como algo inevitable, quitando pantallas y palabras vacías, más que de los propios bancos. Y a esto me referí antes cuando dije que no todo el poder lo tiene la banca, que todo el dinero que maneja la banca no es de la banca.

Crear, pues, una banca pública es una necesidad imperiosa para poder plantearse con seriedad la salida de la crisis, de la que los desahucios, junto a los suicidios, al rompimiento de parejas, a la imposibilidad de que los jóvenes formen otras nuevas, los desequilibrios psíquicos, los desórdenes sociales, las agresiones físicas, la violencia verbal, las mentiras institucionalizadas, etc., no es más que una consecuencia, y hay que actuar sobre el origen del problema que es el modo de producción capitalista. Y, esto hay que decirlo, explicarlo, decirlo y volverlo a explicar, porque de otro modo y de aquí a no mucho tiempo, España va a llamarse Grecia.

El número de viviendas vacías en 2001 estaba alrededor de 550.000. Doce años después (2013) se incrementó casi el 50% hasta llegar al millón aproximadamente, de las que unas 150.000 están en manos de las entidades financieras o inmobiliarias, según la Consejera de Vivienda.

Si a partir de estos datos que representan la realidad objetiva se realiza un sencillo análisis teniendo en cuenta que se vienen realizando unos 45 desahucios al día y que la demanda registrada de viviendas de alquiler está en 50.000 personas, pronto se llega a la conclusión  de que el Decreto de la Función Social de la Vivienda no es en absoluto el instrumento adecuado para acabar con el problema de la misma., además de que no expropia absolutamente nada a nadie, sino que, para la derecha política y sus medios de comunicación (que en realidad debería decirse, medios de incomunicación, desfiguración de los hechos y envenenamiento de la opinión pública), con unas gotitas de falsedad de los hechos,  litros al por mayor de demagogia y mezclando el trigo con las ganas de comer, representa un elemento fundamental para desprestigiar de forma generalizada la idea de Socialismo atacando directamente al PSOE, que tiene bien demostrado que no es socialista, y a su socio de gobierno, IU (Izquierda Unida) a la que pretende “pringar” con el pasado más oscuro y menos socialista del PSOE e intentando hacerla cómplice del caso de corrupción más recientemente descubierto, como son los EREs, casos de los que IU debería desmarcarse de una manera absoluta, llegando incluso al abandono de sus responsabilidades de gobierno si ese caso no se aclara o toma el camino de no aclararse nunca que es lo más probable.

Y para la izquierda política nominal en la que lógicamente está incluida el PSOE, el Decreto de la Función Social de la Vivienda (excluido cualquier atisbo de expropiación) no pasa de ser un instrumento político de propaganda, más pobre que otra cosa, para justificar con palabras lo que no se ve correspondido con hechos.

Para los demás, que en realidad somos los que financiamos los instrumentos que se nos aplican para vivir cada día peor (porque es que es posible vivir mejor) y pagamos evidentemente sus consecuencias, los datos con los que comienza este artículo debería servirnos para tomar conciencia de la anarquía productiva del modo de producción capitalista, que para no nombrar la soga en casa del ahorcado llaman neoliberalismo, constatando:

1º) Si en 2001 ya había más de medio millón de viviendas vacías, ¿para qué se siguen construyendo otras tantas en los siguientes años? ¿No es eso un despilfarro absoluto de bienes materiales, tanto humanos como técnicos? ¿Si las viviendas son bienes de uso que sólo sirven para vivir, a qué se debe que estando vacías se sigan construyendo más?

2º) ¿La falacia atribuida al mercado como agente de atribuir recursos de manera eficiente, no queda absolutamente desmontada en este ejemplo de las viviendas (que podría ser aplicado a los alimentos, al vestido, a los automóviles, a las armas, etc.) en que se siguen aplicando recursos para construir un bien que ya sobra en el mercado y que además no cumple con la función para la que fue construido?

Los instrumentos de reflexión para que podamos responder a estas preguntas son los que nos deben proporcionar los dirigentes que se nos presenten como de izquierdas, para que seamos nosotros los que pensemos, y no ellos por nosotros, a fin de que nosotros y no ellos, seamos los que marquemos el camino y el paso para la transformación social.

Hasta tanto los más avispados dirigentes de la izquierda acaben de abrir los ojos para tomar conciencia de la necesidad que tenemos nosotros de disponer de instrumentos de análisis propios a fin de poder ver objetivamente la realidad, y en función de ello poder tomar decisiones racionalmente para ser delegadas en nuestros representantes, podemos ir pensando que las respuestas a las preguntas anteriores se pueden ir respondiendo en base a que:

a)     El capitalismo, llámese como se le quiera llamar, no pretende más que acrecentar los capitales como sea y a costa de lo que sea. Todo lo demás: libertad, orden, progreso, democracia, etc., no son más que los ropajes con los que se viste para conseguir su único objetivo: acrecentar los capitales, cuyos ropajes los abandona tan pronto como vea en peligro la consecución de su objetivo.

b)    Los capitalistas en su afán por acrecentar los capitales entran en lucha entre sí por incrementar la venta de lo que producen a fin de hacer crecer sus respectivos capitales, sin entrar en si lo que producen es beneficioso para la sociedad o no, y esto, dicho de forma resumida, es lo que origina la anarquía productiva y lo que determina las crisis.

c)     Y siendo esto así, que lo es, aunque no lo veamos ni lo queramos ver, cabe una pregunta lógica: ¿Si han sido y son las relaciones de producción capitalistas las que nos han conducido a esta situación, cabría esperar de esas mismas relaciones de producción la que nos saque de la crisis? La respuesta es sencilla: NO.

Pues, señores dirigentes del gobierno de Andalucía, más información de la de verdad, de la que sirva para hacernos pensar, y menos decretos para hacernos creer, que para hacernos creer, y por tanto engañarnos, ya está la derecha y sus medios de comunicación.

Isla Mayor 2 Mayo 2013.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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