Poemas de Hugo Ester

Por Hugo Ester

Y FUE ENTONCES CUANDO LOS PÁJAROS COMENZARON A SUSURRAR AL HOMBRE.

Cuando la curiosidad

pilota la imaginación

y el placer del solitario se vuelve

tan común como el orgasmo

 

las palabras se escriben solas

los corazones se enfurecen y embrutecen

y los pájaros sobrevuelan alocados

el nuboso día de tormenta

anaranjado y pesado

mientras los tejados

me dicen que a partir de éste día

ninguno será en vano.

Mi humor cambia como el tiempo

y el porro es como el abrazo del oso pardo

que estrangula mi garganta,

porque la curiosidad está subiendo

y para arriba va también la imaginación a grandes zancadas

juntas las dos, hermanadas, mezcladas con el humo

por mi faringe agrietada por tragar

ésta saliva venenosa, como de pesadilla

que entorpece a la fiebre de las modas

y engrandece a la gente que conoce el aburrimiento

porque lo ve en los otros

porque los otros lo desprenden.

 

 

LOS DEBERES, AY! LOS DEBERES…

Cuando te debes marchar

es cuando

mejor estás

por qué será

si te debes marchar,

¡marcharte!

qué extraño deber

si es cuando

mejor estás

pero te quedas

qué extraño sería irte

y deber quedarte

¿te irías entonces?

Será así el deber

que siempre te hace

seguir bebiendo.

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