Celestina, entre la vida y la muerte, llegó al Teatro de la Estación


PorJavier López Clemente
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   Es muy probable que Fernando de Rojas desconociera, cuando escribió La Celestina en la Castilla del Siglo XV, que los orígenes del amor cortés, según C.S. Lewis, fue un invento que surgió en la Provenza francesa del Siglo XII.

    De allí procede nuestra actual visión con la idealización de la persona amada, el sacrificio y el sufrimiento asociado al enamorado y ese amor triste emparentado con la melancolía. Un amor que se entiende como la reacción de las élites frente al amor folclórico y popular que se hunde en la prehistoria y llega hasta nosotros en la armonía y gozo de tres conceptos: Sentimiento amoroso, sexo y fecundidad.

    El amor cortés se puso de moda entre las élites europeas de la Edad Media tanto como moda literaria y como forma de vida. Rojas, sin embargo, se pregunta si los cortesanos españoles viven en la práctica el amor como una experiencia espiritual o, simplemente todo es retórica, fachada y disfraz para encubrir las relaciones erótica que al parecer recorrían las estancias de la Corte.

   La intención de Rojas es demostrar que el amor cortés es solo un lenguaje y La Celestina, por ese camino, desvela que la frontera entre el binomio nobles-amor espiritual y pueblo-amor corporal es una falsedad. Señores y criados aman de la misma manera. La obra transcurre en un tiempo de persecución, miles de mujeres son acusadas de  brujería y La Celestina, como tantas, es una de ellas dedicada a mediar entre señores y criados para que la magia del amor encuentre los caminos adecuados. Un trabajo que favorece la creación de conjuros y así, el placer alcanza el componente diabólico del hechizo que termina por relacionar amor, pecado y diablo. Esa es la lectura moral de la obra, y en esa tesitura hay que situar la muerte de La Celestina que, pagada con una cadena de oro, muere a manos de la avaricia de aquellos a los que había ayudado. Es aquí, cuando comienza la función que pude ver el pasado 24 de noviembre en el Teatro de la Estación: Celestina es un alma en pena que pretende ganarse el cielo.

   El viaje a la eternidad bien merece las mejores galas pero eso no basta para que una bruja llegue a los cielos. Así que Celestina justifica su vida que solo consistió en ayudar a los demás cuando era lavandera, perfumera y si, también maestra de virgos, curandera y si venía a cuento un poquito de hechicera. El viaje, sin embargo, se torna imposible porque, al parecer, “en la otra vida siguen existiendo las desigualdades y ausencia de justicia” que permite a recomendados el camino ancho del cielo, mientras el infierno es el lugar para los que lloramos de largo en el valle de lágrimas en el que vivimos.

“Celestina, 6 oficios, a saber” es una obra escrita e interpretada por la boliviana Maritza Wilde que nos regaló un texto delicado y jugoso, un interesante ejercicio literario que repasó la vida de una bruja, si querido lector, Celestina es una bruja y tal vez las brujas también merezcan ir al cielo.

     El trasvase literario al ámbito escénico tuvo un atrezzo tan luminoso como sobrio y, si la Maritza escritora deslumbra, la actriz comenzó con lo que yo sentí como cierta inseguridad, o vaya usted a saber porque me costó entender que Celestina no era el vendaval que yo tenía pre asignado en mi imaginario, quizás influenciado por  mi lectura de la obra de Rojas o el recuerdo de una Terele Pavez desatada. Tal vez por eso no era capaz de ver a la Celstina que Maritza construye. Todo cambió cuando advertí que frente a mis ojos, a un milímetro de distancia, podía sentir los latidos de una Celestina atemporal, una bruja, recuerden que ya lo he dicho, Celestina es una bruja que despliega sus estrategias para ganarse el cielo, que van desde la amabilidad, la enumeración y la súplica. No se ponga tieso querido lector, seguramente usted y yo tendremos que hacer lo mismo para ganarnos la gloria celestial. Ella nos cuenta lo obvio de su tarea y, desde una conciencia inmaculada, reclama que ella solo ha puesto claridad y vía libre a los más íntimos deseos en el terreno del amor y de la vida. Razona con clarividencia que si ella ha hecho el bien sin distinguir entre género o clase social se merece el cielo. Así que ante tanta barrera imprevista solo queda un grito para reivindicar con letras mayúsculas: JUSTICIA.

    “Celestina, 6 oficios, a saber” es un viaje que te permite leer que la salvación, vista desde la mirada y los ojos de otro, no depende de nuestros actos y que la injusticia, ese saco de sal, siempre va estar entre nosotros para lastrarnos la vida y acompañarnos en la muerte.

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