“Entretelas” o llevar a Chejov al terreno de la comedia


Por Javier López Clemente

     Eduardo Haro Tecglen, en una de sus críticas teatrales allá en los primeros años ochenta, contaba que el estreno de La gaviota de Chejov en 1896 supuso un fracaso porque los actores representaban demasiado a sus personajes y como el autor ruso decidió no volver a escribir teatro.

    Entonces entró en juego la opinión de Stanislavsky que acababa de fundar el Teatro de Arte de Moscú y convenció a Chejov de que su obra precisaba de un halo naturalista en la declamación de los diálogos y el modo de interpretación. El giro fue radical y La gaviota fue un éxito. Ese es el riesgo que asume la compañía zaragozana Teatro con Botas en su  aproximación al universo de Chejov que, lejos de los cánones establecidos por Stanislavsky para insuflar a los personajes una vida interior basada en la veracidad conjugada por lo físico y lo emocional, se lanzan a una trepidante comedia construida sobre arquetipos. Y la apuesta fue un éxito si atendemos a la ovación final que el público les dispenso el día del estreno en el Teatro del Mercado.

    Javier Vázquez, autor de “Entretelas” ha escrito en las redes sociales que para escribir esta comedia ha hilado cuatro cuentos de Chejov gracias a la inspiración que obtuvo al descubrir que el abuelo del escritor ruso había sido comerciante de telas y esa era una buena excusa para trasladar la acción a una tienda de retales llamada La Gaviota, por la que pasaran personajes originales de Chejov y otros que Vázquez introduce para conseguir el juego dramático que le interesa. De esta manera – aunque se aprecia la intención por definir personajes que no han llegado a ser lo que han soñado, y se vislumbran relaciones entre diferentes clases sociales que retratan una mirada crítica – la sensación que tuve fue que la ironía y el sentido del humor para afinar ese dibujo social se había sustituido por un tono elevado en la interpretación y la inclusión de chistes, chascarrillos y otras chanzas que, cuanto más se alejaban del universo Chejov que yo esperaba, mejor eran recibidas por gran parte del público.

   Dentro de la representación destaca el vestuario de la función diseñado por El taller de Sesma como la mejor herramienta para un viaje al siglo XIX, pero también se echa en falta la construcción de atmosferas diferentes para cada una de las escenas y así, tanto la iluminación como los decorados, se perciben como elementos estáticos que juegan en contra del desarrollo dramático.

   La apuesta de Teatro con Botas con respecto al universo Chejov es acudir al modo original de representación en el que prima la teatralidad, el personaje subrayado por gestos y alguna característica propia que lo individualiza. Este acercamiento es posible gracias a la experiencia de los actores que demuestran una gran solvencia y destreza en este tipo de trabajo actoral que recibió el premió del aplauso del público al ritmo de los sones rusos que coreografiaron el saludo final de la compañía.

El blog del autor: https://lacurvaturadelacornea.blogspot.com/

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