NO SE NOS MEEN ENCIMA, POR FAVOR

    Era ya lo que nos faltaba. No está contento el equipo del Gobierno municipal con borrar del mapa las ayudas a los más desfavorecidos, subir los impuestos hasta un sangrante 5% (lo que, naturalmente les permitirá chupar sangre de currela por un importe aproximado de unos 16 millones de euros) si no que, además, hacen alarde de su soberbia y siguen pensando que la obligación de los ciudadanos es ponerse a silbar ordenadamente, sin originar tumultos y haciendo alarde de buena educación, cuando por suerte llegan al ruedo los rumores de sus arbitrarias decisiones.

   Los sufridos y ya tarados zaragozanos despedimos el Año Viejo con la noticia de que a dos compañeras de viaje del consistorio, Carmen Corral (PSOE) y Blanca Blasco (PAR), les agradecen desde alcaldía los servicios prestados endilgándoles unas nóminas millonarias pagadas con ese dinero público que según ellos “no es de nadie” para que finalicen el año 2011 con cierta alegría y lo arrancamos con la noticia de que a la Jefa de Comunicación del Excelentísimo Ayuntamiento, Mercedes Gracia, su mismísimo marido, el Vicealcalde Fernando Gimeno le sopla y firma un decreto a través del cual le empluma 64.795,50 € del ala para que se vaya haciendo a la idea de lo que está por venir.

   Realmente es difícil, sin remontarnos a épocas pretéritas, encontrar ejemplos tan descarados de uso interesado del dinero público. Desde estas páginas podemos afirmar rotundamente que el Gabinete de Prensa del Ayuntamiento de Zaragoza no sirve esencialmente para nada más que no sea intentar elaborar informaciones tipo “potitos” para suministro de los medios domeñados por esa eminencia gris a la que se le ha puesto el sueldo millonario. Y todo ello con una agravante manifiesta: su incompetencia es tal que ni siquiera manejando fortunas sabe quedar bien con medio alguno ya que su premisa como la de su entorno, es la del absoluto vasallaje que ha de conllevar el hecho de ser signado a despótico dedo con una pseudo campaña publicitaria municipal, obviando manifiestamente la Ley de Publicidad Institucional 16/2003.

   Desde el Pollo Urbano queremos llamar a todos los partidos a la reflexión y la cordura. Estando como está el patio, no son de recibo estas decisiones: ni por la situación económica de la ciudad, ni por la catadura moral que demuestra el firmante ni por la incompetencia manifiesta de la receptora del óbolo. ¡Un poco de dignidad! O. al menos, apaguen la luz, intenten cegarnos los ojos, nos tapen con cera los oídos y nos cosan los labios la próxima vez que se nos quieran mear encima.