Director: Dionisio Sánchez Rodríguez. El Pollo Urbano. Desde 1977 la primera revista de sátira política, información, ocio y cultura . Zaragoza. España. Nº 244. Junio 2025.
El final del año es también final de curso para muchos. Lo ha sido para mí, que he tenido la fortuna de que me tocase la lotería, y también lo ha sido para el quiosquero de la esquina, el hombre impertinente al que compro diariamente mi adicción a la letra impresa.
He de decir que no era mi intención opinar sobre la actual situación económica de Grecia y de los daños que puede originar a España, aun cuando sea por los más de 25.000 millones de Euros que adeuda a nuestro país.
Por Guillermo Fatás.
Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza
Asesor editorial del Heraldo de Aragón
Pedir que se pruebe algo que, por naturaleza, no puede ser demostrado tiene nombre en nuestra cultura: “probatio diabólica”, la prueba del diablo. Contra ella acabó Occidente por adoptar el principio general –en derecho, pero no únicamente- de que la carga de la prueba corresponde a quien acusa. Es un buen apoyo de otro principio igualmente justo y vigente, el de la presunción de inocencia.
Por fin se termino el 9 de Noviembre. Cataluña vivía de nuevo la realidad, es decir el paro, el copago sanitario, los problemas de la enseñanza, más preocupados en el Catalán que en la formación de los educandos.
Por María Dubón
Confieso que llevo unos años agobiada. Desde que perdí mi empleo, el futuro es una fuente de incertidumbre que ha transformado mi carácter y me ha vuelto negativa.
Por José Luis Bermejo Latre
Profesor de Derecho administrativo de la Universidad de Zaragoza
Refiere Sosa Wagner (reciente víctima de la vileza y el sectarismo político patrios) cómo en las Sonatas de Valle Inclán hay un pasaje en el que el marqués de Bradomín se pregunta para qué sirven precisamente las diputaciones provinciales. Siglo y decenio después, esta vez ya fuera de la novela, ahí seguimos.
Por Eugenio Mateo
Todos llevamos con nosotros un cementerio de recuerdos, sarcófagos de emociones y osarios de desencantos. Una carga que pesa, incluso asfixia con un dolor que persiste al paso del tiempo. La memoria duele en las ausencias, clasificándolas aun habiéndose difuminado sus contornos, como hitos intangibles de un código asumido.
Muchas veces, un quiosco es la cocina donde se cuecen las respuestas a todas esas preguntas que atormentaron a Aristóteles. ¿Existe un bien tan obvio que constituya un fin en sí mismo, un objetivo tan deseable y autojustificado que no tenga sentido cuestionarlo? El quiosquero, dios de tanto ateo, sabe que desde que tenemos madre, que suele ser bastante pronto, el hecho de ser alimentados es algo más que una función fisiológica