Director: Dionisio Sánchez Rodríguez. El Pollo Urbano. Desde 1977 la primera revista de sátira política, información, ocio y cultura . Zaragoza. España. Nº 242. Abril 2025.
Somos muchos los que creemos que los artistas y sus obras son el exponente de la salud de una sociedad. A la vista de los últimos acontecimientos ocurridos con el “reparto” de las migajas que el ayuntamiento de Zaragoza destina a incentivar proyectos culturales hemos de convenir que el mundo artístico zaragozano está grave.
Pero no está grave porque ellos las soliciten, lo cual ya indica un estado de indigencia preocupante, sino por cómo aceptan con resignación los creadores que dichas ayudas sean botín de guerra del “repartidor”, su esposa y los amigos de ambos.
Esta actitud del gerente de Zaragoza Cultural, (con largo recorrido en iniciativas cuando menos sospechosas en su peremne paso por las distintas administraciones donde ha construído sus nidos)) es propia de un género caciquil que creíamos desaparecido de nuestra tierra aunque ahora aporte vocabulario de progresismo desfasado y , como siempre, manejando pasta pública.
Pero todavía peor es que CHA e IU (formaciones que apoyan al gobierno del juez y que alardean de su modesto ideario de izquierdas) permitan que este funcionario sea quien siendo parte, reparta con esos criterios propios del siglo XIX, el dinero común de todos los zaragozanos destinado a esas miserias económicas para que nuestros artistas no desfallezcan por inanición. Eso por un lado. Y por otro añadir también que no entendemos que el Partido Socialista permita que semejantes individuos tengan ese poder en un gobierno que, al menos teóricamente, se ampara en sus siglas. Por tanto, el señor Lamban debería exigir a Belloc la fulminante destitución de semejante pájaro de cuenta.
Y finalmente, querríamos hacer una reflexión al oído de nuestros músicos, pintores, videastas, poetas y demás practicantes urbanos de las artes: mientras los artistas sigan enviando proyectos a ese gerente y a ese equipo cultural, han de saber que sus nombres tan solo servirán para hacer bulto y disimular las ayudas que el interfecto reparten discreccionalmente a sus amigos ¡¡Vázquez, dimisión!!
Parecía que nunca iba a llegar el día, pero por fin estos serán los últimos pilares donde veremos en sus poltronas a los hombres que más han hecho por nuestra desaparición. Naturalmente ellos nunca han dado la cara pero sus entornos, compuestos por fieles servidores de baba facilona, han interpretado rastreramente sus deseos y han intentado hasta el hastío la defunción del Pollo Urbano privándole de lo que por Ley le pertenece: la publicidad institucional.
Pero, acostumbrados como estamos desde hace muchísimos años a sobrevivir en la trinchera aunque el barro nos llegue hasta el cuello, ya hemos visto pasar infinidad de cadáveres por la puerta de nuestra redacción. Y los suyos, casi es seguro que también los veremos. Ese día, el Pollo, naturalmente, hará un número extraordinario que será nuestra educada manera de celebrar su ausencia de nuestras vidas y de la colectividad zaragozana.
Realmente es imposible encontrar en la reciente historia de la ciudad un trío tan nefasto para los habitantes de estas orillas del Ebro. Su soberbia y sus ínfulas de personajes que están por encima del bien y del mal han tocado techo. Su propio partido (¡que desgracia tenerlos como militantes!) les ha puesto proa al pairo. Ya veremos, ahora que andarán sin escudo, como aparecen las sirenas ofendidas y nos deleitarán con sus cantos, que, a buen seguro, no entonaran ninguna honrada melodía.
En la redacción hemos abierto las puertas y ventanas. Quedamos a la espera de aire nuevo porque lo necesitamos. La asfixia de su sola presencia era ya insoportable.
Queridos colaboradores y lectores del Pollo gracias por vuestra confianza y el ánimo que nos habéis infundido para hacernos llegar a puerto tras esta -que se nos antojaba-, interminable travesía. Buen Pollo para todos.
De normal, la expresión “Cuando cante el lucano” viene referida a un hecho que se va a retrasar mucho en el tiempo o bien que no se va a realizar. Por eso, cuando uno espera cobrar de un facineroso, el interlocutor que nos acompaña y que sabe de nuestras cuitas suele decir: “Perico, amigo, tú cobrarás cuando cante el lucano” Con dicho aserto, se entristece Perico e, incluso, puede darse a la bebida el pobre Perico…
Pero también es sabido que, a veces, en Aragón, sobre todo, los lucanos pueden ponerse a cantar sin freno y es entonces cuando la risa se vuelve floja al ver la cara de los que creyeron que jamás esas cosas (que “cantara el lucano”, decían sotovoce a su audiencia cercana) iban a suceder.
Este, como habrán adivinado, es el caso, en realidad epopeya, de la batalla que “El pollo urbano” lleva manteniendo últimamente con los responsables de los gabinetes de comunicación del Ayuntamiento de Zaragoza y el equivalente de nuestra muy amada Diputación General de Aragón. La señora Ventura y el señor Daudent nos han venido ninguneando desde sus acorazados puestos de trabajo que, por cierto, pagamos todos, negándonos un derecho traducido a euros vital para cualquier medio de comunicación y que no es otro que el cumplimiento de la Ley de la Publicidad Institucional que ambos se han pasado por el arco del triunfo y no queremos imaginar que con la anuencia de sus respectivos jefes, el señor Belloch y la señora Rudi.
¿Por qué está nervioso Gimenotti?
Según todo parece indicar el concejal del PP, Jorge Azconetti le ha cogido la medida al representante genuíno del “corcho socialista”, el eterno Ferdinand Gimenotti, y en la pasada comisión de Hacienda hubo gritos, aullidos, lamentos y bramidos por parte del que parecía templado vicealcalde.
Desde El Pollo Urbano queremos romper una lanza por el concejal de Cultura, Proyectos Interestelares, Ferias del Nabo, Barras Bajo Mano, Centros de Historias de amigotes, Teatros Armeros, Rayas del Plano y Áridos en general, don Jeromín de las Graveras y pedirle, por favor, que no se vaya del Ayuntamiento, que no nos deje huérfanos de su ingente capacidad para meter la pata en la ciudad de nuestros pecados con el dinero público que ahora ya sabemos, por cierto, que no es de nadie.
Desde aquella mañana del 15 de Junio de 1808 cuando los zaragozanos se enteran por boca del Teniente del Rey, Vicente Bustamante, que tres escuadrones de los temidos lanceros polacos del Regimiento del Vístula habían abierto brecha en las tapias existentes entre las puertas del Carmen y del Portillo, nunca había habido en la ciudad una noticia que dejara tan estupefactos a los zaragozanos.
Después de cinco años trasegando bytes en forma de informes, artículos, música e imágenes, el ordenador central de la redacción del Pollo Urbano, el pasado día 20 de Febrero, decidió migrar a mejor vida dejándonos un empandullo extraordinario que, naturalmente, nos ha hecho reflexionar mucho sobre la indefensión en la que nos encontramos de tanto y tanto fiar a la desconocida tecnología que nos hace usuarios experimentados e inútiles mecánicos del más sencillo ordenador.
El desastre puede ser histórico la espera de lo que nos digan los técnicos de Samsung y encargados de intentar devolver, al menos parcialmente, el imponente disco duro que murió tan súbitamente y sin previo aviso.
Ya falta muy poco para que entren en vigor las normativas de transparencia que harán que no sea posible que el ínclito director de cultura de la DPZ, Moreno Bustos, nos chulee y obvie las preguntas que le hicimos en junio de 2013 (¡que ya vale!) al respecto de unas ayudas que concedió la institución para “animación a la lectura en las bibliotecas” y que con su silencio nos están sonando cuando menos «opacas» o «dactilares»
Menos mal que se ha terminado este año inmisericorde aunque los efectos colaterales de su devenir con la inestimable ayuda del gobierno pensamos que van a ser atroces.
En lo que respecta a Aragón la amnesia y parálisis absoluta del gobierno popular por un lado y por otro los delirios del alcalde Belloch, ajeno totalmente a los problemas de la gente, están sumiendo a la ciudadanía en una situación de nerviosismo contenido preocupante.
Es muy difícil a todas luces, mantener esta situación de hipocresía galopante donde hemos de convivir, silbando, tanta gente que no alberga esperanzas de mejora con la desfachatez de los que nos gobiernan que siguen pensando que la cosa no va con ellos y que con distribuir cuatro migajas a los afines van a ser capaces de contener la injusticia que asola el patio.