Por José Luis Lomillos
Tan solo unos pocos privilegiados tuvimos el placer de asistir el pasado 9 de Septiembre a la presentación de la exposición de Cuarto Milenio en el Palacio de Congresos de Zaragoza, entre ellos un servidor, en representación de vuestra revista favorita: El Pollo Urbano.
A las 12 de la mañana y con puntualidad casi británica, sin hacer esperar al personal, aparecen Iker Jiménez y Carmen Porter escoltados por gente de Cuatro – Mediaset. Nos reciben a la entrada con un pequeño dosier informativo y sin más preámbulos Iker se lanza al ruedo a pecho descubierto durante más de una hora como el auténtico profesional que es. Le da igual que la gente que le escucha sean 2 personas, 20, 2.000 ó 2 millones… su interés, emoción y ganas de comunicar son siempre inmensos. Por su parte Carmen hace lo suyo argumentando también algunas partes de la exposición mientras Iker aclara su garganta dando pequeños sorbos a un refresco de cola.
En pocos minutos mi mente viaja al pasado, a mi infancia… escuchándolos se me aparecen Félix Rodríguez de la Fuente, Jiménez del Oso, Carl Sagan, Lovecraft, Fumanchú, Bruce Lee, Farrah Fawcett Majors y Elvis… Recuerdo también pasajes de algunos libros: El Triángulo de las Bermudas, El Retorno de los Brujos, La Quinta Columna… Y algunos sabores: el de los bocadillos de chorizo de Pamplona, la tortilla de patatas con calabacín y cebolla o la sopa de pescado con tapioca. También percibo el olor a palomitas, helado y ambientador que había en los años 70 en la puerta de Galerías Preciados.
“Los Visitantes” vienen con la lección bien aprendida. Han dividido su Nave del Misterio en 10 áreas temáticas: Zona oscura, Clásicos, CSI, Chamán, Criptozona … Han pasado tantas horas investigando el caso de las caras de Bélmez que cuando se plantan delante del decorado que reproduce la cocina dónde aparecieron los rostros parece que estuvieran tan cómodos como en el saloncito de su casa. Arriban también con una nueva maqueta del pueblo viejo de Belchite creada exclusivamente para la exposición de Zaragoza.
La exposición es una muestra de recreaciones de objetos, personajes, animales y enigmas constituida por unas 300 piezas salidas del taller y las manos de Juan Villa, escultor y artesano. No voy a entrar en debatir la calidad técnica de las reproducciones, solo diré que algunas son excelentes y otras no tanto.
No han descubierto la Piedra Filosofal, pero sí que han sabido darle una vuelta a algunas fórmulas ya existentes y ocupar así un hueco que generacionalmente y por méritos propios les pertenece. Son conscientes de que hay un sector muy crítico con las cosas que hacen y nos lo hacen saber sutilmente a los allí presentes, pero Iker-Carmen son Peter Pan–Campanilla y nosotros Los Niños Perdidos.
Finalmente les planteo estas preguntas a algunos de sus detractores que se escudan en el teórico y falso anonimato de los foros de Internet: ¿Quién no ha cantado nunca de viaje en el coche canciones de Rumba Tres y Los Chichos o ha llevado alguna prenda de ropa animal print o con tachuelas? ¿Quién no ha visto luces extrañas estando acampado en un recóndito lugar? ¿Quién no ha pensado alguna noche que se desdoblaba y estaba teniendo un viaje astral? ¿Quién no ha tenido nunca una sensación de déjà vu o déjà vécu? El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
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