La conjura de los imbéciles / Jorge Álvarez


Por Jorge Álvarez

     Con este título y sin saberlo el escritor y periodista español Juan Jesús Armas Marcelo describió la situación por la que atraviesa la Argentina desde el último mes de 2019.

   Voy a reproducir una parte del extraordinario texto que escribiera para elcultural.com el pasado 23 septiembre del año en curso.

    “El imbécil es un tonto intenso que cree tanto en él y en lo que piensa que se supone invencible y mucho más inteligente y listo que todos los demás”.

   Excelente crónica. Si usted vive en la Argentina y le dicen que tiene que escribir para una revista que se edita del otro lado del océano tendrá, y sin esforzarse mucho, no menos de entre 30 temas para elegir.

   El menú va desde una cuarentena delirante que llegó a los primeros 222 días y que estoy seguro que ahora va por el récord que marcó la lluvia en la “Macondo” de Gabriel García Márquez donde “llovió cuatro años, once meses y dos días”.

    Puedo hacer referencia a que el gobierno en sólo nueve meses no dejó país sin pelearse por el espíritu patotero que caracteriza al peronismo. Opinó y pontificó contra todo, resaltando los errores y exhibiéndose como “ejemplo” con una prensa, salvo un puñado de periodistas, sumisa hasta el hartazgo. Y ahora va por la propiedad privada en otro intento de transformar a este país en una Argenzuela.

     Sin transporte de ninguna índole y sin miras de que esto se normalice el país hoy está dividido desde hace siete meses en 24 provincias y dentro de ellas dividido también en cada ciudad y en cada pueblo. O sea que retrocedimos un siglo. Sí, un siglo. O más. Y la culpa es de la prensa independiente y de Twitter porque informan de ello.

    Sin plan económico alguno – el billete de mayor denominación el de 1.000 pesos al escribir esta crónica era igual a uno de 5 dólares- ni tampoco para la pandemia porque la sanidad no existe.

    Le doy un ejemplo: si donde yo vivo un paciente necesita un implante de un marcapasos éste llegará desde la capital por una empresa de camiones demorando 6 o 7 días para recorrer los 1.200 kilómetros. O sea que sólo el azar determinará si sobrevive o no.

   Estamos sentados en el volcán y nos dicen que no entrará en erupción a pesar del humo y las explosiones que son producto del gobierno anterior.

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