Por ManuelMedrano
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Cuando ya empiezan a producirse eventos culturales presenciales, con bozal y tal pero físicos, y tras haberse demostrado quién puede y quién no…
…seguir elaborando y poniendo a disposición del público contenidos culturales de forma virtual, llega a mis manos un escrito o manifiesto llamado “Acuerdo por el Futuro de Zaragoza”, producido en este mes de junio y firmado por grupos políticos municipales, por representantes empresariales, sindicales y vecinales. No digo nada de los contenidos generales, me limitaré a comentar los del apartado CULTURA, más con espíritu de observador que otra cosa.
Casi se podía haber dejado como único contenido el principio: “Zaragoza es una ciudad milenaria de rico patrimonio y cuna de creadores”. Queda bien como eslogan y no compromete a mucho. Luego nos habla de “fomentar la cultura en la calle”, “creación de contenidos”, “seña de identidad de Zaragoza” y combinación de “eventos icónicos, de trascendencia nacional e internacional, con los modelos de producción local”.
Vale, muy innovador no es, y no está jerarquizado ni priorizado. Supongo que lo primero es crear contenidos, que refuercen las señas de identidad de Zaragoza (muy amplias pero también parcialmente difusas), que luego se transmitan al público “en la calle” y, finalmente, que cristalicen en eventos icónicos, sea eso lo que sea aquí.
Luego vienen las medidas más o menos concretas, aunque incompletas pues, si está bien el “apoyo a las compañías zaragozanas en las programaciones municipales”, no se contempla la consideración, apoyo y refuerzo de los movimientos asociativos culturales, antiguos y muy potentes en Zaragoza y que ya se mueven a nivel nacional e internacional, desde hace muchos años.
Se habla también de programaciones basadas en el “talento local”, que sin duda lo hay, aunque a mí el uso de la palabra “talento” me da mucho miedo, porque los talentosos/as los define como tales, con frecuencia, la concesión de favores institucionales, con lo cual caemos en el vicio español que, en este caso, no es el “capitalismo de amiguetes”, sino la “cultura de amiguetes”. Este que escribe siempre se ha asombrado de que pasen cosas como que a una sola empresa cultural se le concedan, desde el Ayuntamiento de Zaragoza, varias partidas cuantiosas que, al menos en esos casos concretos, no son incompatibles. Es decir, “empresas” culturales totalmente subvencionadas.
También se menciona el impulso de las programaciones culturales en los barrios, y luego de “facilitar la programación de estos espectáculos en los festejos de los barrios”. Vaya, ya empezamos a mezclar festejos con cultura, festorros con formación ciudadana, ruido con enriquecimiento intelectual. Así, llevamos años viendo cómo entidades chabacanas (más que culturales) organizan pachangas callejeras a las que siguen no más de 20 o 30 personas, molestan a todo el mundo, cortan calles, desvían autobuses, y cobran la subvención. ¿Cultura? ¡Jajaja!
Se mencionan las galerías de arte (muy bien, pero otra vez no a las asociaciones artísticas, que reúnen cientos de miembros y llevan décadas funcionando), la coproducción de espectáculos en los espacios culturales de la ciudad (esto no es nuevo, y está viciado con frecuencia), de proyectos internacionales (muy en general), de “cesión gratuita de equipamientos municipales como lugares de exhibición artística” (¡pero si esto lleva haciéndose un montón de años!), de “cesión gratuita de soportes publicitarios municipales para la promoción de la actividad cultural no solo pública” y, si se puede, de aplazamiento del pago de impuestos municipales y de la exención total o parcial de tasas.
Nada nuevo. Tenemos festejos por cultura, talento por barrios, creación por “en la calle”, cortar y pegar de aquí y de allá. Bien que cuando tiene que firmar el documento mucha gente, se diluya todo. Pero siendo tan general y desordenado, en el corta-pega se podían haber esmerado un poquito más.
De momento, y mientras es obvio que aquí sí hay mucha gente que, aunque paga impuestos y se esfuerza por generar y promover cultura, “se queda atrás”, ya hemos detectado lo que podría ser uno de esos “eventos icónicos de trascendencia nacional e internacional”, promovido por una entidad empresarial creada en noviembre de 2019, ya durante esta legislatura bien entrada. ¡Por favor, que esto es muy viejo!
