Por Dionisio Sánchez
Director del Pollo Urbano
elpollo@elpollourbano.net
Si conseguimos salir de esta, ya tendremos mucho conseguido para esperar a la otra que son muchos los que están convencidos que ya no traerá corona el puto virus sino boina, un signo más popular …
…y obrero, tal como sueña el Conde Duque de Olivares y Galapagar. El lenguaje en manos de los ricos transforma la convivencia y, siempre, a su favor. Así, pasaremos del coronavirus al boinavirus y el Conde Duque quedará tranquilizado y en su salsa madrileña. Salsa de la que , por otra parte, en Aragón, gracias nuestro gran cocinero cincovillés, desconocemos sabor, olor y textura.
En un alarde propio de su gran capacidad literaria y de acopio, Carlos Calvo, nuestro brillante subdirector , hace un viaje por esta celebración pollera bicentenaria y uno –incluso yo- me quedo asombrado de la gran cantidad de colaboradores de pluma presta y gozadores de la libertad de la palabra que nos han acompañado en esta apasionante singladura de humor y periodismo abierto a todos los registros del arte. No era baladí que en nuestro blasón inicial estuvieran esculpidas en el cuché de las primera portadas en papel: “Revista especializada en Artes”.
Doscientos números y no solo alardeando de buena salud, sino que hemos superado con creces todos los registros que nos han aparecido en este viajar por la red. El número de usuarios, el número de visitas a la página ,el número de lectores exclusivos, la difusión en los nuevos soportes….
Porque, claro, cuando el Pollo empezó a piar en internet, los lectores tenían que mirar nuestra revista en sus ordenadores. Y es, evidentemente por ello, que nuestra gran expansión primera se produjo entre los trabajadores de las diferentes administraciones porque los ordenadores caseros y menos aún, los portátiles, no estaban al alcance de cualquier ciudadano. Pero nuestros técnicos, previsores, contemplaron a tiempo la futura difusión pollera vía móvil. Teléfonos, tabletas y portátiles capturan cada mes El Pollo Urbano.
Y llegados a este punto he de agradecer la gran ayuda que desde nuestro nacimiento han tenido las empresas ligadas a internet. En la prehistoria, Kobo Sistemas e Iniziativas (donde acabamos dominando el famoso “Dreamweaver” , una aplicación informática destinada a la construcción, diseño y edición de sitios y aplicaciones Web basados en estándares. Este programa fue creado inicialmente por Macromedia y tras la desaparición de esta compañía pasó a manos de Adobe System. Sangre, sudor y lágrimas nos costó aprender dicho programa pues, como paletos de ribera que éramos, justo habíamos acabado la EGB de las Olivetti eléctricas. Y el mundo del ordenador se nos presentaba como un misterio inaccesible.
Pero como siempre pasa cuando la idea está clara, necesitábamos un medio de comunicación y, además, potente, que proyectara nuestras ideas y actividades hasta los confines del Universo. Y aunque parezca un farol simiesco, la cuestión es que lo conseguimos. Metimos la nariz en la radio por internet (de la mano del gran Fernando Berlín, director y fundador de http://www.radiocable.com/), y montamos la primera televisión dedicada al medioambiente difundida por internet, vía satélite, amén de hacernos campeones en la radio y la televisión convencional que había entonces.
Y el Pollo aquí seguía dándonos cobertura y no dejando que la historia nos la contaran otros.
Y reanudando estas reflexiones con la importancia de las empresas vinculadas a internet, apareció, por fin, en nuestras vidas Francisco Soláns y su empresa https://neodoo.es/ que ofrece servicios integrales de ingeniería informática bajo el paradigma tecnológico del software libre y estándares abiertos. Con ellos, entramos en otro mundo, la galaxia WordPress que es un sistema de gestión de contenidos, enfocado a la creación de cualquier tipo de página web. Y hasta hoy que hemos lanzado a la red este número 200 que va dedicado a todos los que han hecho posible que lo hayamos logrado en este volátil -¡y más ahora!-mundo periodístico.
Cada día que amanece, el número de tontos crece y es por ello que cada día va a ser más necesario un medio como el Pollo Urbano para que la palabra no tenga que volver a la clandestinidad si no está alineada con el poder. Estos tiempos que corren de estrategias globalizadas y poderosísimos instrumentos mediáticos hacen necesario, como siempre, la acción personal, lo local, la palabra libre. Volvemos y hoy más que nunca, a ser un quiste en el jamón. ¡Ojala que pronto, antes de que asome la “boina virus” podamos juntarnos para celebrar la ocasión!
Amigos, compañeros y camaradas ¡A caballo! ¡Yihiiii! Salud!
