El habla de los antiguos porteños / Fabian Prez


Por Fabián Prez

   Por la época en que había concluido el conservatorio y terminaba el servicio militar, mis primeros trabajos como músico fueron como integrante  de  orquestas de tango de segunda línea, que todavía existían después de la decadencia del género.

   En ellas convivíamos los  “pibes” o sea los jóvenes con viejos músicos  que habían conocido la época de oro. Siempre voy a recordar su particular forma de hablar, con modismos, giros y frases ya totalmente en desuso por aquel entonces proveniente del “lunfardo” –argot, jerga propia del Rio de la Plata- y aún del “vesre” –donde se invierte el orden de las sílabas- claro está la música ciudadana abundaba de estos términos, y eran difundidos por artistas como (el francés) Carlos Gardel y Edmundo Rivero, entre otros. Este último en sus composiciones interpreta al lunfardo como un “sociolecto” dialecto propio de una clase social, acá en particular de la más baja e inclusive de los marginales y delincuentes.

    La etimología de las palabras lunfardas es difícil de trazar, así como sus particularidades sintácticas  y de entonación. Pero en general eran deformaciones de términos castellanos y adaptación de palabras de otros idiomas traídos por los inmigrantes, que a principio de siglo, claro está, eran muchísimos y muy variados.

    Por ejemplo a la policía se la trataba de “Yuta” que proviene del árabe shurta que significa agente del orden, pero también documento de identidad, cosa que los uniformados solían pedir a las personas en la calle.

    Una palabra curiosa era “Minga” provenía del genovés, una de las colectividades más numerosas,   traducía la palabra del italiano formal “Mica”, el refuerzo de la negación, por ejemplo “mica male” sería ”no está para nada mal” pero se usa en forma distinta, hasta hace no mucho se podía escuchar por ejemplo “¡Minga que voy a ir!” cuando alguien definitivamente no concurriría a algún lugar. Dicho sea de paso esta colectividad fundó el club de futbol más popular de Argentina, Boca Juniors, a cuyos simpatizantes se los conoce todavía como “Xeneizes” que significa genovés en este dialecto.

    “Bulín” es otra palabra notable de origen francés. Significa algo así como pequeño apartamento para citas amorosas. Los arquitectos galos solían dejar unos agujeros en la fachada de los edificios para instalar andamios para tareas de limpieza y mantención, las palomas los ocupaban habitualmente para aparearse. Se los llamaba Boulin. Un sinónimo es “cotorro” que viene del verbo “torrar” que significa dormir.

   El “vesre” se construía invirtiendo las sílabas, asi “Cosimu” era músico, “Gotán” tango, “Linvio” era violín, ¡qué ofri! Significaba que la temperatura era muy baja, alguien que práctica la delación es un batidor, que en vesre hace dortiva, pero es común escuchar aún hoy “ortiva”, el citado Rivero cantaba: “Era un bondi de línea requemada, con guarda batidor cara de rope” acá bondi viene del Brasileño y significa autobús, requemada muy conocida y rope, claro está, perro.

    Recuerdo haber escuchado siendo muy joven a una persona ya mayor decir “Para ir al cementerio de Chacarita, tomo un bondi o el Chadopyf “ que era como algunos porteños llamaban al metro, dado que fue construido por la empresa Compañía Hispano Argentina de Obras Públicas y Finanzas…

    Debo a uno de mis antiguos compañeros en las orquestas de tango, el haber escuchado una de las más puras expresiones del lunfardo. Refiriéndose a una mujer que había caído en la droga dijo “La nami se fajaba debute en cada naesqui” que debe ser decodificado de la siguiente manera:

Nami: curioso porque es el vesre de una palabra ya en lunfardo, mina significa mujer, en especial soltera o sexualmente atractiva.

Fajaba: Fajar es algo así como castigar, pero aquí alude al hecho de drogarse.

Debute: muy o mucho.

Naesqui: vesre de esquina, en cada esquina quiere decir con mucha frecuencia.

     Entonces el tango y su temática, que incluía a la vida prostibularia, al delito, a las carreras de caballo, entre otras cosas, estaba unido por una jerga en común (no hay que olvidar que muchos músicos tenían antecedentes penales, entre ellos el mismísimo Gardel), los carteristas por ejemplo hacían uso frecuente del lunfardo, es así que designaban a los distintos tipos de bolsillos con palabras como cachimba, chiquilín, los objetos a robar como Grilo (dinero), marroca (billetera), bobo (reloj de bolsillo, aunque también significa corazón), etc.

   Quilombo o su vesre bolonqui es quizás una de las palabras etimológicamente más antiguas de este slang porteño y todavía se usa con frecuencia. Según escuché alguna vez su origen se remonta a 1813, cuando se prohíbe la esclavitud en Argentina y muchos negros huían de Brasil hacia nuestro país para ser libres y se establecieron en comunidades  muy precarias y desorganizadas, de ahí que se designara con esta palabra -brasilerismo, que a su vez viene de África- a un prostíbulo o a veces una situación muy confusa.

    Siendo descendiente de friulanos y bearneses busque trazas de sus idiomas en el lunfardo pero no las encontré, se lo atribuyo a que estos pueblos son campesinos por vocación y llegado al puerto de Buenos Aires buscaban rápidamente radicarse en el interior.

   Si leyó mi nota le agradezco por su tiempo, y, señor lector, que le garúe finito.

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