Escuchadme un minuto y poco más, por favor.


Por Lourdes Fajó

Escuchadme un minuto y poco más, por favor.

No voy a hablar del desorden arquitectónico

Ni de las fábricas solitarias que echan humo como locas

Ni del poco sentido común del hombre

 

Porque hoy, miro a mi alrededor y me enamoro de todo

Porque sin vosotras y vosotros no estaría aquí creyendo en la poesía

Porque no sé que tiene Veruela y su monasterio

 

Y es que, miro a mi alrededor y me enamoro de todo

 

       De tu mirada

       De su sonrisa

De la voz matinal de mi marido y sus besos que llenan  las mañanas

              De los mayores que vuelven al tacata

De las manos, que trabajan

 

Y es que, miro a mi alrededor         y me enamoro de todo

 

De las nubes que tiran agua llenando charcos

De los rayitos de sol que llegan desde Ainzón

De la luna, que el día 23 será nueva

 

Y es que,    miro a mi alrededor y me enamoro de todo

 

De la fantasía que me excita llevándome al orgasmo

Del creador de las sombras que calienta mi espalda

De los abanicos que bailan prisioneros en las manos

 

Miro a mi alrededor y me enamoro de todo

 

De la fiesta de las libélulas, esos caballitos del diablo

De los aplausos que suenan como gotas de lluvia sobre el asfalto

De la campana que anuncia el fin de una agonía

 

Hoy   miro a mi alrededor

 

                        y me enamoro de todo…

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