Rinconcito latino: ‘Las giras orquestales: la revista musical’

Por Luis-Felipe Sánchez Ripollés

 “ ¡A dancer, a dancer, tout le monde, tout le monde …, la conga… ,  que llegó de La Habana a París, con Lecuona Cuban Boys…¡( Presentación del show de los Lecuona Cuban Boys)  https://youtu.be/lSVXp_Rzeuk

  Así cantaban los cubanos en París en los años treinta. Son los Lecuona Cuban Boys que llevaban el ambiente musical habanero a los cabarets europeos, en los cuales también se estaba desarrollando gran actividad. De toda esa época dorada del cabaret de los años treinta y cuarenta quedan algunos otros, testigos vivos resistentes a morir, como el Tropicana de La Habana y Le Moulin Rouge de Paris. En ellos se conserva el ceremonial manteniendo en lo posible todo el sabor de antaño, de manera que hoy el turista entra en ellos como quien visita un museo musical vivo, con un repertorio escénico fiel al pasado en la medida de lo posible y siguiendo el protocolo de entonces en cuanto a vestimenta, cena con champán, etc.

       El Tropicana de La Habana, al ser a cielo raso y en un auténtico vergel tropical, resiste todas las restricciones de la modernidad, hasta es posible que pueda con esta maldita pandemia, de manera que uno allí puede cenar con champán, hacerse cuantos cubalibres quiera sentado en su mesa y hasta fumarse un cohiba tranquilamente, mientras asiste a un espectáculo de coreografía frenética y luces envolventes, entre palmeras y bailarines, mientras se van sucediendo los números en el escenario principal sin interrupción durante dos horas, de manera que al final uno parece despertar de un brillante sueño.

    Pero el Tropicana no es solo coreografía y luces, es un centro del arte musical cubano, donde se ha estrenado buena parte de su repertorio artístico. Hay un librito del Instituto Cubano del Libro, Tropicana un Paraiso bajo las Estrellas, de Rafael Lam, donde se nos cuenta todo tipo de pormenores, desde su creación a  la serie continua de artistas que han pasado por allí en el pasado y los números musicales estrenados en el mismo. Su promotor, Martín Fox de ascendencia hispana, no escatimó medios para hacer de él un lugar prodigioso, contando con el apoyo de un tal Rodney, maestro de la escenografía. Por allí pasaron en los años cuarenta Rita Montaner acompañada al piano por Ignacio Villa «Bola de Nieve» y el bongosero Chano Pozo, que acabó en el ambiente latino de Nueva York, Merceditas Valdés, la voz afro de Cuba, y la voz guajira de los cincuenta como fue Celina González; y hablando de voces, la voz de Cuba, Benny Moré capaz de cantar y dirigir su Orquesta Gigante sin conocimientos musicales; más voces, del feeling Elena Burke y Omara Portuondo; la reina del guaguancó, Celeste Mendoza, con tanto temperamento o más que Celia Cruz, y artistas extranjeros como Nat King Cole y Josephine Baker, una gran amiga de Cuba que visitó varias veces. Todo sostenido brillantemente sobre el hilo conductor de una orquesta estable que anima todos los números musicales, un tiempo dirigida por Armando Romeu sobrino de Antonio Maria Romeu el de la famosa orquesta danzonera de los años treinta y cuarenta cuya brillante trayectoria siguió en los años sesenta su sobrino colaborando en la Orquesta Cubana de Música Moderna de Frank Emilio, de jazz latino, y en el grupo Irakere

     Para quien piense que una imagen vale más que mil palabras, valdrá este video hecho con mi cámara de fotos en 2016, para hacernos una idea del ambiente de ese «Paraiso bajo las Estrellas», : https://youtu.be/poWZkNqO5dI

     Tropicana se hizo leyenda, como nos dice Tony Évora en su Música Cubana (Alianza), a la altura del Moulin Rouge y Follies Bergére de Paris, o el Sands de Las Vegas. Vivió al compás de otros locales musicales habaneros, algunos salpicados por los problemas de la mafia americana, en los hoteles Nacional, Riviera, Deauville, Capri y Habana Hilton, el gigantesco edificio de La Rampa convertido en Habana Libre por los barbudos donde instalaron sus despachos revolucionarios y residencias, según vemos en la exposición del enorme loby de entrada. Hoy el hotel es de capital empresarial español. 

    Tony Evora, o el novelista-musicólogo Guillermo Cabrera Infante, nos describen este ambiente y de otros locales pequeños que hacían interminable la noche habanera, donde coinciden todos los protagonistas de esa música, bien en actuaciones formales o improvisadas. Benny Moré se lleva a sus músicos de copas después de la actuación para montar algún que otro número musical por ahí, o le compone a esa camarera anónima su mundialmente famosa Camarera de mi Amor :  https://youtu.be/oTXfYsUeF08 (clic aquí)
     

     Y este mundillo musical mezcla de jazz band y desgarrados boleros, nada tiene que ver con la música que se sigue haciendo en salas de baile de barrios habaneros marginales, menos turísticos, como la sala La Tropical, donde el guaguancó de Arsenio Rodriguez ya lo dice al cantar «… para bailar La Habana, para gozar Belén», donde lo exclusivo allí son otros géneros en torno a la rumba, el bongó y las claves. Y allí sigue su trayectoria hoy en día en un ambiente más de población de color, música bailable al margen del mundo del espectáculo y con no menos problemas, esta vez derivados del alcohol, que hasta el propio taxista se niega a ir por la noche, pero en donde lo mismo actúa una orquesta rumbera que los salseros Van Van.

     Todo este potencial musical debe tener salida. Nueva York,  Méjico, París, Roma, Berlín, señalan el destino de las primeras orquestas cubanas que salen de tournet en busca de fama y reconocimiento, además del hecho de ganarse la vida a falta de una industria discográfica y derechos de autor. O también se acude a acontecimientos excepcionales como son las Ferias y Exposiciones Universales, como la de Sevilla, a donde va el septeto de Ignacio Piñeiro, ocasión para la que compuso el famoso son Suavecito, como ya se vió.

     “Hacer las Américas”, es algo común en las formaciones artísticas españolas de tournet hacia América, tanto de teatro como musicales. Lo mismo hacen las agrupaciones cubanas pero en sentido inverso. El mismo tenor Fleta interpretó una ópera en el teatro Payret de La Habana, con la conocida anécdota de tener que tomar el barco por una escala lanzada desde el mismo, puesto que ya habían iniciado las maniobras de partida, tanto fue el entusiasmo que su actuación causó entre el público y que enardecido le seguía por las calles y le impedía llegar al barco.

    A Nueva York se va un jovencísimo Antonio Machín con su Orquesta Machín, dirigida por el flautista Alberto Socarrás. Interpretan boleros como En Falso, de Graciano Gómezen versión de danzonete de Belisario López, y No Sangres Corazón, otro danzonete de Armando Valdespí, grabado anteriormente con la Orquesta de Antonio Maria Romeu en 1929. Pero lo interesante es señalar la formación orquestal de esta Orquesta Machín, próxima al concepto de charanga, es decir, dos violines, flauta y piano, como base, además del contrabajo y la sección rítmica. Como ejemplo musical escuchamos Qué Linda Estabas Tú, grabación de 1933, de esas grabaciones de Nueva York :  https://youtu.be/dPFbHhDZcDQ

         Antonio Machín, que apenas supera entonces los veinte años, graba en Nueva York muchos temas latinos, vemos este de El Manisero con la Orquesta de Don Azpiazu, donde de paso nos sumergimos en el ambiente real de la época, tema del que vendió un millón de copias, convirtiéndose en el primer boom de la música latina que abrió el camino de la industria musical en todo el continente americano. Un tema del compositor cubano, pianista y director de orquesta Moises Simons, compuesto de una manera improvisada en un café de La Habana, y que estrenó unos años antes en Cuba la gran Rita Montaner, posiblemente en el cabaret Tropicana :   https://youtu.be/z2UU33oJY5g 

     Antonio Machín inicia en Nueva York su largo peregrinaje artístico, pasando luego a Europa donde la Segunda Guerra mundial le hizo recalar en la España de la posguerra.  De alguna manera supone para él un retroceso artístico, en sintonía con el retroceso que sufre la sociedad europea de posguerras, debido a una sociedad destrozada en todos sentidos, anímica y económicamente, pero su experiencia le valió para adaptarse a los tiempos que corrían y convertirse en todo un ídolo popular en la España de la postguerra, cuya memoria dura hasta nuestros dias. 

    En su época parisina, actúa en grandes salas como La Coupule, y de entonces es el tema Con Picante y sin Picante, otra versión del pregón El Tamalero estrenado en 1929 en Cuba también por Rita Montaner. Al piano y con su orquesta su autor Moises Simons, el mismo compositor del conocido tema El Manisero, gran celebridad musical en Cuba, en donde dirigió orquestas para la zarzuela y teatro musical cubano. 

     Observese la voz de Machín en este tema cantado con voz llamada de «bozal», en una impostura simulada de la voz para imitar la de los humildes vendedores de baja extracción social y cultural, por lo general voz atribuída a la población negra de baja condición social. Lo curioso es que puede observarse de una manera natural también en algunos cantantes cubanos populares:  Con Picante y sin Picante, con la Orquesta de Armando Valdespi : https://youtu.be/MqRvjkxEPbY

     La incipiente industria discográfica, televisiva y radial, obligaba a autores y orquestas a la actuación en vivo, a desplazamientos de todo tipo y tournés para ganarse el sustento. Y eso que las emisoras cubanas tenían añadida una sala de audición en donde paralelamente a la emisión radial se ofrecía al público asistente la actuación en forma de espectáculo, y no era raro entonces que algunos temas célebres se estrenaran en esas actuaciones radiadas.

     El mismísimo compositor, Ernesto Lecuona, autor de tantas obras para el teatro musical y para el género lírico, montaba su propia empresa musical, con la que hizo frecuentes viajes artísticos a España. En uno de ellos, en 1932, y como no podía ser de otra manera para un cubano acostumbrado al calor tropical, cayó enfermo de pulmonía en Soria. Tuvo que marcharse inmediatamente y su lugar al frente de la orquesta lo va a ocupar su pianista, el pelirrojo Armando Oréfiche, que con su piano blanco con ribetes dorados, le dará a la formación el aire alegre y divertido que el gran compositor no le daba, ocupado en otros menesteres de más altura, como la es música lírica y la zarzuela. Así que Armando Orefiche conduce a la orquesta, llamada ahora Lecuona Cuban Boys,  por los caminos del teatro musical de variedades, acompañando en ocasiones a figuras estelares de la época como Josephine Baker, Maurice Chevalier, Luis Mariano, Concha Piquer, etc. sin olvidar el buen repertorio lírico cubano de las composiciones del mismo Ernesto Lecuona : Siboney, Maria la O, Para Vigo me voy, etc., o de Jorge Anckermann, Flor de Yumuri; de Rodrigo Prats, Maria Belén Chacón, o de Moises Simons El Manisero y Cubana Kan, casi todas ellas extraidas de obras mayores del género chico y opereta cómica. El Manisero, de Moises Simons, ya comentado anteriormente, es de las pocas compuesta como tal, y además de forma improvisada, cuando al pianista y compositor se le ocurrió en un café de La Habana, haciendo las primeras anotaciones en una servilleta de bar, como hemos dicho.

    La misma facilidad compositiva la tenía Ernesto Lecuona, para quien no había otra cosa en esta vida que la música y el mundo del espectáculo. Su condición de soltero y abstemio total, le valió de mucho para tanta actividad. Niño prodigio del piano, realizó estudios superiores de música y organizó él mismo su porvenir como empresario musical. Con una rara habilidad para los negocios, vivía en la abundancia que derrochaba en infinidad de proyectos.

 L    o mismo compone La Comparsa : https://youtu.be/Ngk9AAx67vU llena de evocaciones a la música callejera afrocubana, como nos deja a los españoles pegada al oído para siempre su Malagueña. Su producción musical provoca vértigo. Maria la O y Rosa la China son algunas de sus zarzuelas célebres. Algunos temas universales suyos están sacados de estas obras mayores, así como del género chico y teatro musical, como su canto Siboney que estrenó Rita Montaner en el cabaret Tropicana y esa otra preciosidad, Damisela Encantadora, que cantaba como nadie su otra diva Esther Borja : Damisela Encantadora, por Esther Borja https://youtu.be/7IAUZ_SGduw
   

    Viajero infatigable, viajó varias veces a España en donde era recibido con honores en los teatros de Madrid. Estrenaba algún sainete lírico en colaboración y participaba en la vida musical donde era reconocido por los autores y dramaturgos más importantes de la España de entonces. Falleció en Tenerife, de donde era su padre, su última voluntad de ser enterrado en su querida Cuba no fue respetada por la familia, seguramente que por razones políticas, acabando su tumba en Nueva York, donde también era sobradamente conocido. Pero antes, en los años 1947, 48 y 49, volvió a Europa con una nueva formación, los Havana Cuban Boys, contando, entre otros, con Chico O´Farrill como trompetista y arreglista, que luego acabó su carrera en el ambiente jazzistico de Nueva York, y que ya mayor lo llegamos a ver en el Auditorio de Zaragoza, en los ciclos de Jazz de los años noventa. En 1954 Los Havana Cuban Boys regresaron de nuevo a Europa, actuando en el Salón Rigat y en Las Acacias de Barcelona, en Madrid y Sevilla.

    Según dicen Victoria Eli y Mª de los Ángeles Alfonso, del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana, en su libro La Música entre Cuba y España, el formato de jazz-band utilizado por los grupos musicales en gira por Europa, sigue el estilo de las orquestas cubanas de la época, como las de Alfredo Britoquien llegó a dirigir la orquesta norteamericana de Paul Withman, la de Don Azpiazu y la de Armando Romeo. 

       A España llegan orquestas en los años treinta, son la Orquesta Siboney de mismo Alfredo Brito, también el Trío Matamoros, éstos con su música de boleros-son y sus Lágrimas Negrasy el Negro Aquilino (Aquilino Calzado) y su orquesta Estrellas Negras, quién tuvo que ver con los inicios en España del jazz flamenco y que fue amigo del zaragozano Luis Araque, el cual le dedicó alguna de sus creaciones. En alguna de sus partituras reproducidas en el libro que comentamos, La Música entre Cuba y España, se puede leer en un sello : Luis Araque, Campoamor, 3, 1º, dcha., Zaragoza.

    Este Luis Araque, de Zaragoza, como comentamos en el número anterior del Pollo Urbano, desarrolló una gran actividad. Doctor en medicina, director de la tuna de Zaragoza, pianista y compositor. Para la tuna compuso el conocido tema La Tuna Pasa. Empresario musical, recorrió toda la España de posguerra con su espectáculo Melodías de Color, con Antonio Machín como figura estelar, para quien compuso temas tan conocidos como Ya sé que tienes Novio, Mañana lo Sabrás, entre otros.

    En estas salidas al exterior hay que destacar las giras a Méjico, que fueron más numerosas que a cualquier otro pais, sea por proximidad geográfica o por el nivel empresarial de su musical, además muy favorable a la música cubana y en algunos aspectos negativo por el fuerte poder que tenía la industria musical mejicana, y mucho más la norteamericana, capaz de imponer sus criterios comerciales a la hora de seleccionar los modelos para el espectáculo y el cine. La «mulata rumbera» próxima a los bajos fondos y el tratamiento superficial de congas y rumbas son arquetipos muy rentables y muy buscados en detrimento de la calidad artística, lo cual afecta a las producciones de los artistas cubanos. Con todo surgen algunas figuras de calidad dentro de este bajo ambiente como Ninón Sevilla, nombre artístico de Emelia Olimpia Castellanos a la que anunciaban como La Reina del Trópico : Ninón Sevilla, La Cocaleca con Orq :  https://youtu.be/5MhqwSCB_70

   En este ambiente logran destacar algunas figuras como Pérez Prado, ya comentada en el número anterior del Pollo Urbano, donde pudo desarrollar y difundir a todo el mundo su mambo a base de metales tipo big band. Pérez Prado se encontraba muy cómodo allí con su mambo aclamado en todo el mundo, defendiéndolo abiertamente frente a las polémicas de su autoría.  En un libro de la Editorial Letras Cubanas de 1986, la periodista cubana Erena Hernández entrevista a protagonistas principales de la música cubana. Allí pone frente a frente a Orestes López, el creador del mambo, y a Pérez Prado en dos entrevistas que hizo, una en México y la otra en Cuba con Arcaño, de cuya orquesta Arcaño y sus Maravillas salió el mambo de Orestes López en 1940. 

    La primera entrevista es con Pérez Prado, éste empieza diciendo que tocó primeramente en Matanzas, su tierra natal, con la orquesta de danzonete de Paulina Alvarez, luego pasó a la orquesta Casino de la Playa en La Habana tocando el piano, había estudiado piano clásico, y que por consejos del cantante Kiko Mendive, que hacia su carrera musical en Méjico, se marchó allí con vistas a desarrollar ese nuevo ritmo, porque en Cuba no encontraba oportunidades. Allí llevó una vida intensa en lo musical y de lujo en lo personal, con secretario y guardaespaldas. Cuenta que sus temas se difundían rápidamente por el mundo, como su Patricia en la película La Dolce Vita. 

      En la posterior entrevista con Arcaño este desmiente a Pérez Prado, diciendo que es un simple usurpador, y que su músico Orestes López fue su creador precisamente con un  primer tema titulado así: Mambo. Su vida musical, como la de tantos músicos cubanos, estuvo sujeta a mil abatares en la protección de derechos de autor, cobro en las actuaciones y grabaciones, muy distinta a la vida que llevaban los músicos cubanos en Méjico (Erena Hernández, La Música en Persona, edit. Letras Cubanas, 1986)

    Otras orquestas que se marcharon a Méjico son la de Silvestre Méndez y su Conjunto, Arturo Núñez y su Orquesta, Homero Jiménez y su Orquesta e Ismael Diaz y su Orquesta… etc., de las que hay amplio surtido en You Tube, donde de paso escuchamos las voces de Benny Moré, que desarrolló buena parte de su actividad como vocalista en Méjico en la orquesta de Pérez Prado, antes de regresar a Cuba y fundar su Orquesta Gigante; y también otra gran voz como es la de Kiko Mendive, quien llevó a Pérez Prado a Méjico.

    Los contactos musicales entre México y Cuba arrancan ya desde el siglo XIX, sobre todo con Veracruz, la costa del Yucatán, Mérida y la capital federal, el mismo trovero Alberto Villalón de la Vieja Trova ya viajó a Méjico en 1902 El timbalero cubano apodado Acerina obtuvo especial acogida, según leemos en el Libro del Bolero (Alianza Editorial, 2002), de Tony Évora, quien como siempre nos apabulla con su torrente de noticias de todo tipo, pero siempre bien documentadas. Nos dice que el tráfico a Méjico era corriente entre La Habana, el Yucatán y costa de Mérida y Veracruz, aunque fuera en humildes vaporcitos y cargueros, muy a propósito para el músico bohemio y primerizo.  Allí encontraron pronto un público aficionado al danzón cubano, creándose sociedades danzoneras en los centros de baile de esas ciudades que posiblemente todavía subsistan hoy en dia, nos dice Raul Martínez Rodriguez en su libro Para el Alma divertir (ed. Letra Cubanas), a su vez recogido de un artículo publicado en la revista Salsa Cubana, La Habana, nº 3, 1997, y que nos parece la mejor descripción en detalle de ese ambiente danzonero en Méjico, además de los escritos de Tony Évora. Nos enteramos del flujo incesante de músicos cubanos a tierras de más porvenir donde desarrollar su labor. Ya en 1905 cubanos como el ya citado bongosero Acerina, El Babuco o el arreglista musical Tomás Ponce Reyes inician la cubanización de las orquestas típicas mejicanas, siendo el célebre Salón México de la capital, con sus tres salones de baile, llamado por su actividad danzonera cubano-mexicana la Catedral del Danzón Mexicano. Y esta influencia musical alcanza al bolero mejicano en compositores como Miguel Lerdo de Tejada o Agustín Lara influidos por la danza habanera y el ritmo del cinquillo cubano del danzón, que si bien el bolero de la Vieja Trova nacido en Cuba, pasa de esta manera a Méjico y mantiene su embeleso nostálgico en Tejada y Lara, pero de vuelta ese bolero cubano pasa más tarde a Cuba hecho todo un machote bolerón amoroso para el disfrute de duos y trios.

     (You Tube: Benny Moré, canta Tambo https://youtu.be/wV0LlPVN_u4    /Pensamiento, Arturo Nuñez https://youtu.be/MeF_z01tj_0/  Por seguir tus Huellas, Kiko Mendive con Homero Jimenez y su Orquesta https://youtu.be/Mg_00Egfntc, Acerina y su Danzonera-Salón México https://youtu.be/1kkW_gwj8rs, etc.etc. son algunos de los numerosos temas de esta época mejicana que encontramos en You Tube)

     Los temas musicales de esta época ofrecen curiosas escenas culturales muy apropiadas para teatros y cabarets ambulantes. Así los temas Flor de Yumurí, Maria Belen Chacón y Cubana Kan, presentan un aire musical «oriental». Este aire en las composiciones cubanas es bastante corriente por el exotismo que conlleva, no es algo ocasional. Hay otras composiciones de este estilo que merecen la atención como son Ilusión China, de Julio Brito en interpretación de Antonio Machín, y La Rosa Oriental, de Ramón Espigul, con versiones del mismo Antonio Machín y Merceditas Valdés. Otros como Ismael Díaz y su Orquesta, con Kiko Mendive de cantante, componen también temas de este aire oriental, en Chinito, Chinito de Díaz-Felguérez. Este ambiente oriental tampoco le es extraño a la ciudad de La Habana, donde hay un barrio chino con restaurantes de gentes de esta raza y cultura, y que tienen su lugar en la historia cubana debido a una importante emigración de chinos en el pasado.

      Mención aparte merece el tema «africano», que no debe considerarse dentro del exotismo de los anteriores puesto que le pertenece por naturaleza al pueblo cubano, forma parte de su cultura más genuina, como lo vemos en Nicolás Guillen y su poesía negroide. En música Ernesto Lecuona, con temas como La Comparsa de los Congos y el mismo Siboney. Otros temas fuera de este exotismo y más metidos en la realidad cubana son los temas esclavistas. El «Lamento» es un tipo de canción que narra las desgracias de la raza negra al ser arrancada de su tierra africana para servir de esclavos en Cuba. Moisés Simons es autor del tema Lamento Esclavo. Hay otro Lamento Esclavo de Eliseo Grenet, que añade una nota de denuncia, más a tono con las reivindicaciones sociales y políticas, actitud que persiste en la música cubana posterior, como es el caso de Arsenio Rodríguez y su Esclavo Triste, dentro de este tono de denuncia : https://youtu.be/mVUCsvKBmPw

     El mismo Armando Orefiche, de Lecuona Cuban Boys en su gira por Europa, es creador de rumbas de tendencia negroide, pero endulzadas para la ocasión, para un ambiente de cabaret, como la Rumba Blanca, llena de efectos ambientales. También tiene la composición Anacaona, referida a las culturas autóctonas de la isla. Eduardo Sánchez de Fuentes fue un defensor a ultranza de la herencia musical de estos pueblos prehispánicos reflejada en cantos de areitos de los anacaonas y pueblos tainos, es el escritor de tantos libros musicales, gran compositor, como lo demostró con esa modélica habanera que títuló Tú, un tema orquestal lleno de fragancias cubanas que transformó en un canto casi patriótico con la inclusión de la letra su hermano Fernando. Miembro de la alta oficialidad musical cubana, Eduardo Sánchez de Fuentes relativiza la influencia musical europea y, lo más sorprendente, la africana, por la defensa de la música de las culturas aboríneges. Pero tuvo que ser la misma música culta quien le recordase que la cosa no era así, como es en las composiciones de música culta de vanguardia de  Amadeo Roldán y de Alejandro Garcia Caturla, y como ya habían hecho antes en el piano clásico Saumels y Cervantes. También don Eduardo demostró tener corazón romántico en Corazón, un tema de enamorado reflexivo que tan bien supo interpretar el Trio Taicuba allí en El Floridita, la Cuna del Daiquirí. Por cierto, no se nos olvide una orquesta femenina que también viajó al extranjero,  la orquesta Anacaona.

    Por último hay que señalar un nuevo tema exótico como es el hindú, con un tema llamado así: Hindú, de Armando Valdespí.

    Así que anotamos dos géneros de música exótica en la música cubana, que poco tienen que ver con su pasado y con su historia, que son  el oriental y el hindú, en cambio el africanista y el de los aborígenes cubanos, aunque a veces se desempeñen en el mismo ambiente y para los mismos fines, habrá que considerarlos dentro de la tradición cubana. Todo este temario exótico hay que situarlo en el contexto del teatro musical de variedades, para el que estaba destinado, como en las representaciones nacionales del teatro bufo, el sainete musical y demás géneros de variedades.

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