Por Édgar Valdemar Rojo y María Ángeles Cuéllar Sánchez
Como profesores acompañamos a unos alumnos el pasado viernes, 6 de mayo, a la octava edición del Concurso de Cristalización, organizado por los institutos…
….de Síntesis Química y Catálisis Homogénea y de Ciencias Ambientales de Aragón y las Facultades de Ciencias y de Educación de la Universidad de Zaragoza.
Había entre todas las presentaciones del concurso una que nos llamó la atención. Fue la de los alumnos de la asignatura de Ciencias Aplicadas a la Actividad Profesional, de 4º de la ESO del IES Segundo de Chomón de Teruel. Nos gustó la conexión entre ciencia y cine, algo no tan frecuente en el mundo académico ni tampoco en la realidad social en la que nos movemos.
Acompañados los estudiantes Daniel Cárcel, Guillermo García y Mario Rabadán por la profesora de Química, expusieron los resultados del trabajo científico llevado a cabo, explicando el proceso de formación de los cristales que habían obtenido mediante la cristalización de fosfato monoamónico (ADP) y a los que habían dado color haciendo uso de colorantes naturales, como la crocina del azafrán, la clorofila de las espinacas, los carotenos de la zanahoria o la betanina de la remolacha, y artificiales provenientes de refrescos de naranja y cola.
Declararon que la investigación en el laboratorio les estimuló a trabajar en equipo y afianzó sus conocimientos previos sobre el nombre y uso de materiales de laboratorio, así como del conocimiento de las normas básicas de seguridad a seguir. Debieron cumplimentar un “cuaderno de laboratorio” en el que cada día dejaban constancia de los materiales y reactivos utilizados y de los resultados obtenidos (forma y dimensiones del cristal, masa, intensidad de la coloración, etc.)
Presentaron el resultado de su trabajo de investigación maridado con el cine surrealista y el cubismo ante el jurado, compuesto por Rosa Mª Bolea, vicerrectora de Política Científica de la Universidad de Zaragoza, Francisco García, coordinador adjunto del área de Matera del CSIC, Luis Alberto Morellón, decano de la Facultad de Ciencias, José Mª Fraile, director del Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea, ISQCH, (CSIC-UNIZAR), María Martínez, directora del Instituto Universitario de Investigaciones en Ciencias Ambientales de Aragón, IUCA y Blanca Bauluz, coordinadora del proyecto. Nos gustó como hicieron un homenaje al cineasta Segundo de Chomón, padre de los efectos especiales cinematográficos, y a otro ilustre cineasta aragonés, Luis Buñuel. Recrearon un banquete, con un “menú surrealista” en el que, entre los platos a elegir, podíamos encontrar los siguientes:
Cristal onírico Dalí de fosfato monoamónico filamentoso al aroma de remolacha
Puntas de cristal Bretón con base de zanahoria
Filamentos Lorca cristalinos de espinaca en polvo con guarnición vegetal
Delicias Buñuel de ADP al naranja de metilo
Agua Miró acompañada de ADP cristalizado en puntas monolíticas
Refresco Kahlo de naranja con cristal estrellado
Refresco Magritte de cola con toque de cristal
Ante ellos, relacionaron el proceso científico de la obtención de cristales (concentración de la disolución, variación de la temperatura de enfriamiento, recristalización, etc.) y la geometría regular, característica principal de los cristales con el arte cubista. Además, recrearon una cena en alusión a una famosa escena de la mítica película El discreto encanto de la burguesía, que hizo ganador del premio Óscar en 1972 a nuestro calandino universal.
En esta edición participaron 1563 estudiantes y 77 profesores de diversos niveles educativos, que, desde el mes de diciembre, habían estado desarrollando sus proyectos. Durante la celebración de la final, el jurado valoró su dedicación, el rigor científico y la originalidad de este proyecto, galardonándoles con uno de los tres accésit concedidos, junto a los tres premios principales.
Adjuntaron a la mesa dispuesta para esta “cena surrealista”, junto a la información científica relativa al proceso de cristalización, la siguiente información, a modo de exposición divulgativa de la conexión entre el cubismo y el surrealismo con su proyecto artístico- científico.
GASTRONOMÍA Y SURREALISMO
Luis Buñuel en El discreto encanto de la burguesia nos sienta ante un banquete onírico. Sus invitados son unos burgueses que viven situciones imposibles, oníricas, subversivas.
La película narra la historia de Rafael Costa, embajador de Miranda, y el matrimonio Thévenot que están invitados a cenar en casa del matrimonio Sénechal, por un malentendido tienen que ir a un restaurante. Al llegar, no pueden cenar porque el dueño ha muerto. A partir de dicha situación, las reuniones de este curioso grupo de burgueses se verán siempre frustradas por las circunstancias más extrañas, algunas de estas son reales y otras son el fruto de su imaginación.
Es sentido de esta obra es claramente subversivo: se pretende censurar los valores imperantes en la clase burguesa. Su argumento se puede resumir fácilmente: seis personas adineradas intentan celebrar una ostentosa cena en un ambiente lujoso, de calma y paz. Pero siempre se lo impide alguna situación surrealista: se equivocan enigmáticamente de fecha, alguien muere en el restaurante, o, cuando intentan quedar, llegan a la casa un equipo de paracaidistas en maniobras. Cuando logran finalmente reunirse para comer los encontramos en un escenario frente a un pollo de goma asado mientras, a su espalda, los espectadores no paran de gritarles porque aún no han empezado a declamar el texto.
Esta última escena no es la única que se muestra como el sueño de uno de los protagonistas. Hay más situaciones oníricas que trastornan al grupo, que nunca consigue sentarse a la mesa, de forma que sus deseos, tan civilizados como superficiales, nunca se cumplen. En otra secuencia asistimos a un sueño dentro de un sueño: según avanza la película, cada vez hay para el espectador menos referencias. El mundo real y el onírico se fusionan para alumbrar una supra-realidad : el surrealismo cinematográfico.
Pese a todo, este “teatro real” de situaciones imposibles y reveladoras de la hipocresía de las clases altas, no consigue que los burgueses protagonistas pierdan las formas: se aferran teatralmente a sus actitudes convencionales, a sus gestos amables en los que puede olerse la hipocresía. Nunca pierden los papeles (porque en realidad nunca dejan de interpretarlos), poniéndose y quitándose las máscaras de las apariencias sociales y las normas de la perfección moral que de ellos se esperan.
El surrealismo era un movimiento que pretendía escandalizar, atacando la hipocresía social de la burguesía. Hay una anécdota, a este respecto, que puede que definir la película, esa es la de la ceremonia de entrega de los premios Óscar en 1972. Cuando se hizo oficialmente pública la candidatura de El discreto encanto de la burguesía a Mejor Película Extranjera, Luis Buñuel, que por entonces contaba 72 años, declaró a la prensa mexicana estaba totalmente seguro de que su obra sería galardonada: había pagado los dólares que costaban la concesión del premio.
Cuando sus declaraciones se publicaron, todo Hollywood protestó y el productor de la película, Serge Silberman, tuvo problemas serios para contener la ola de indignación provocada por sus declaraciones. El discreto encanto de la burguesía obtuvo el Óscar y Buñuel volvió a su gusto surrealista por el escándalo, declarando: “Los norteamericanos tendrán sus defectos, pero siempre cumplen su palabra”.
EL CUBISMO Y EL ARTE DE LA GEOMETRÍA IMPOSIBLE
Otra de las vanguardias presentes en este banquete onírico es el Cubismo, movimiento que pretendía destruir la realidad lógica y reconstruirla en formas geométricas, mostrando su rechazo a la historia y su proceso de alienación contra la libertad del hombre. Aquí os proponemos una cena onírica, surrealista y cubista que combina la geometría de estos cristales como representación de ese lenguaje artístico del cubismo, combinándose con la lucha surrealista por romper la realidad y entrar mediante los sueños a lo más profundo de la libertad humana perdida.
