Por Carlos Calvo

     Al contrario que su poblada barba, y su característica gorra a lo Vicente Aranda, sus medianos ojos son ampliados por unas misteriosas gafas que nunca lleva. Son ojos muy inquietos, recorren cada esquina, analizan incansablemente cada movimiento.

     Demuestran, en fin, la increíble inquietud de este fotógrafo y cineasta zaragozano, de la añada del 73, que acaso pareciera inspirarse en el pensamiento del filósofo heterodoxo Walter Benjamin, quien decía que “una filosofía que no sea capaz de hacer filosofía con los posos del café no puede ser una filosofía auténtica”.

     Con más o menos granos, Jorge Nebra ha ido desarrollando una carrera que lo ha convertido en una de las referencias del hecho cinematográfico aragonés, desde los videoclips musicales, los spots publicitarios, los cortos (‘El coleccionista’, ‘La espera’), las series documentales de viajes por toda la geografía española que realizó en su día para vía digital (‘El camino más largo’ y ‘No pierdas el tren’),  desde la increíble y a la par dolorosa experiencia cubana en su primer largometraje de ficción ‘Habanece’ (que no es poco) y su inmersión en parte de la historia musical de nuestra tierra con su segundo filme, esta vez documental, ‘Tierra de cierzo’, un trabajo que nos representó en la sección oficial de INEDIT, uno de los festivales cinematográficos del género musical más importantes del mundo, hasta la introspección fotográfica de sus ‘Psychokillers’, una serie –en fase de creación- de más de un centenar de personajes ficcionados mayoritariamente del ámbito cultural aragonés que toma como referencia la estética del cine, la literatura o el cómic, para tomar cuerpo de libro con textos de su paisano -y buen amigo- David Lozano. Pero eso será en 2015 y lo harán mediante crowdfunding.

     Un autor ambicioso, necesario, que conoce bien los entresijos del cine realizado en Aragón, sus tejemanejes, a la manera de un laberinto de puertas y ventanas, porque el tiempo es el que tacha o despliega, el que desengrasa o desangra. Sabe Nebra que el poder del cine es de tal magnitud que todo avatar adverso a él, que todo ataque, daño colateral o frontal que lancen a su centro neurálgico, a su capacidad de supervivencia, no hace que pierda su fuerza, su capacidad mágica, casi sobrenatural, su condición de estandarte sólido e inexpugnable del ser humano. Un veneno, este del cine, que no solo no mata, sino que insufla vida como si de un dios que sabe de justicia poética se tratase.

     De esto y mucho más hablo con él, porque el cine, el buen cine, es un cúmulo de sueños y experiencias, de referencias literarias y artísticas, políticas y sociales, esas “cosas de la vida” que tan acertadamente reflejaba el gran Claude Sautet. Y esta entrevista, al mismo tiempo, sirve de sentido homenaje a Urko Serrate, recientemente fallecido y actor –en la piel de Sancho Panza-, junto al macarra hidalgo interpretado por Manolo Kabezabolo, del divertido y gamberro corto de Jorge Nebra ‘Don Quijote de la marcha’ (1999), que fue seleccionada por la filmoteca nacional como ejemplo de adaptación cinematográfica del clásico cervantino.

 -¿En esta sociedad hay más ‘quijotes’ o más ‘estesos’?

-Jajajajajaja. No sé si hay más de unos o de otros pero realmente los que más cunden son los segundos, pese a que solo hay un grandísimo Esteso. Gran actor por cierto.

 -¿De dónde viene tu afición por el cine?

-Siempre me ha gustado el cine pero llegué a él a través de la fotografía. Mi tía me regaló de muy crío una cámara de fotos y me lo pasaba mucho mejor dando vueltas con ella haciendo fotos y en el laboratorio revelando que con mis juguetes. Aquello era mágico, esa luz roja, ese olor a química, el poder transferir a un papel una imagen que habías capturado a través de aquella ventanita esa misma mañana. Capturar espacio y tiempo y tener solo la posibilidad de positivar un instante de vida en un papelito cuadrado es, simplemente, maravilloso. Años más tarde, llegó el digital y adiós sensaciones… Por eso siempre he sido fiel defensor de los soportes fotoquímicos.

 -¿Cuándo te enfrentaste por vez primera una cámara de cine? ¿Todavía era de pequeño formato, en milímetros?

Mi primera cámara de fotos la tuve con siete años, una pequeña compacta de 35mm. El cine llegó más tarde, a comienzos de los 90 y fue, cómo no, una 8mm.

 -¿Qué fue lo primero que rodaste?

-¡Buf!…, pruebas y más pruebas, como todos. Mucha videocreación, entonces era un formato que te permitía experimentar mucho y poder estudiar. A comienzos de los 90 no existía ni de lejos la cultura visual que hay hoy.

 -¿Cuáles son tus referentes cinematográficos?

-Me gustan directores que tengan cosas que contar, independientemente del género…  Me interesan mucho Clint Eastwood, Wong Kar Wai, Iñarritu, Tarantino, Scorsese … Hay muchos.

 -¿Qué tipo de cine te gusta o te ha marcado más?

-El cine social. Soy muy de drama.

 -¿Cuál es la película que más veces has visto?

-¡Buf!…, eso es difícil de contestar, pero supongo que mis trabajos en la sala de edición. En cuanto los acabo no los vuelvo a ver habitualmente hasta años después.

 -¿Cómo fue tu experiencia en la escuela cubana de San Antonio de Baños?

-Muy buena. El hacer esos talleres una de las mejores escuelas del mundo fue el detonante real para dedicarme a esto. Fue el detonante de ‘Habanece’, pero eso, ya, es otra historia de la que se podría escribir un libro. Fue un trabajo muy, muy, muy duro en todos los aspectos pero que me trajo grandes alegrías después.

 -¿Qué enseñanzas recibiste, en tu trayectoria, de gente como José Luis Borau, Joaquín Oristrell, Vicente Aranda, Daniel Monzón o Pepe Salcedo?

-Todas. El hacer siempre contínuos talleres con profesionales de ese calibre siempre es positivo. Y en esta profesión nunca hay que dejar de aprender. Me gusta estudiar cine. Me gusta hacer cine.

 -¿Qué aprendiste de publicitarios como Leo Solanes, Ricardo Albiñana, Jaime de la Peña, Pedro Aznar o José Luis Arruga?

-Lo mismo, actitud.

 -¿Existe un cine específicamente aragonés?

-Jajajajajaja… No. Existen directores que tienen su estilo. Yo tengo el mío y mis compañeros el suyo.

 -¿No crees que el País Vasco o Cataluña nos llevan mucha ventaja en cuanto al manejo fílmico?

-Sin duda, son las mejores políticas cinematográficas en España. Y de largo. Respeto y apoyo real a sus artistas. Igualito, igualito, que en Aragón…

-¿A qué cineastas aragoneses de tu generación consideras más cercanos, a modo de compañeros de viaje? 

Luis Añón, un excelente montador al que le debo mucho. Y Delgado, que soy muy delgadiano. ..

 -¿Consideras que Miguel Ángel Lamata nos debe, de una vez, una buena película?

-Miguel Ángel es un crack, es un tipo que hace el cine que le pasa por las narices, un cine gamberro con el que ha sabido entrar de lleno en una industria en la que es muy complicada su entrada y así lleva años. De todos modos, Lamata, con la próxima, estoy convencidísimo que se va a salir. Cuando se salga del género de comedia demostrará mucho más… Es un gran profesional.

 -¿No crees que Pablo Aragüés se equivoca en un tipo de cine que no conduce a ninguna parte?

-Bueno, Pablo va a su marcha y rollete, chini- chana. Hace un tipo de cine muy ‘teenager’ para mi gusto, no comparto su visión del cine, pero creo, sinceramente, que es un currela. A veces, sin embargo, realiza demasiada obra y de una manera muy rápida y poco analítica, y eso siempre juega en su contra, o, al menos, eso creo.

 -¿Qué piensas de Vicky Calavia como sucesora del malogrado Alberto Sánchez Millán?

-Jajajajajajajaja…  Perdona que me ría.  De todos modos, no creo ni en programadores ni en gestores culturales, que ni programan de una manera objetiva ni gestionan un carajo.  Y, cambiando de tema, pienso que Alberto era un crack y muchos le debemos mucho. Yo, al menos. Fue una pena que se nos fuera.

 -¿Es importante para el desarrollo del cine en Aragón un agitador cultural como Luis Alegre?

-Por supuesto. Luis es un tipo excepcional y creo que se preocupa de verdad por los compañeros y de la evolución del cine en su comunidad.

 -Luis Alegre y Vicky Calavia, en ‘Aragón rodado’, dicen que la diversidad paisajística, climática y sus gentes abiertas hacen del territorio aragonés un gran plató, un lugar ideal para que cineastas de cualquier sitio del mundo se interesen en rodar aquí sus películas. Sugiéreme un lugar para perderse por Aragón…

-Hay muchos, pero con el Matarraña y sus gentes tengo una afinidad especial.

 -¿Estás de acuerdo en la política de subvenciones tal y como se vienen ejecutando?

-Jajajajajajaja…  Subvenqué?… Ojalá un día podamos decir que tenemos una política de ayudas digna en vez de hacer el paripé.

 -Muchos de la cultura aragonesa que se califican de izquierdas no tienen reparos ahora en llamar a la puerta del señor Vadillo, cuando, en su momento, pidieron su dimisión. ¿No es una contradicción?

-El mundo es una contradicción. De todos modos, me gusta la política, pero procuro no hablar de ella, me entra mala baba. Más últimamente.

 -¿Hay en el cine realizado en Aragón más tontos que globos en una fiesta? ¿O son los listos?

-Quiero pensar que hay más ‘quijotes’.

 -¿Saben valorar los políticos e instituciones el cine que actualmente se hace en esta tierra nuestra?

-A los políticos e instituciones les falta apoyar de verdad, de una manera primero moral… Es bueno interesarse por sus artistas y apoyar el desarrollo de su obra. Un pueblo sin cultura no es nada.

 -Dice José Luis Cuerda que hacer cine en España ya no es heroico, “es un auténtico calvario”. ¿Ya no se puede hacer cine? ¿Se han establecido y arbitrado fórmulas legales para que no se pueda financiar una película?

-Si, de mucho se puede quejar el señor Cuerda. Lo mismo con lo mismo. A mí me encantaría recorrer muchos calvarios si recibo las mismas ayudas. ¡Venga, hombre!…

 -¿No taponan los Almodóvar, Amenábar, Bayona y demás otro tipo de cine más auténtico?

-En cierta manera.  Pero el problema base es el ministerio de cultura. Pienso sinceramente que las subvenciones y el apoyo de las televisiones deberían estar destinadas, principalmente, a la gente que lo necesita y que empieza, no creo que ninguno de los directores que has nombrado debieran disfrutar de ciertas ayudas cuando realmente podrían caminar ya solicos y dejar paso a los demás.

 -¿Debe rectificar el gobierno y reducir el actual 21% de iva a los espectáculos, el ‘ivazo’ que desde el uno de septiembre de 2012 lastra –según los representantes culturales- el crecimiento de estas industrias? 

-El cine debería de ser más accesible al público, no menos.

 -¿Crees que la caída del público, tasada en un 30%, es achacable al nuevo iva y que, por lo mismo, se han cerrado en España más de sesenta salas, lo que supone más de doscientas pantallas menos?

-Insisto, el cine debería ser más accesible al público, no menos. Es una vergüenza la política cultural de este país.

 -¿A buen tiempo mala cara?

-Yo procuro tener buena cara siempre que puedo.

 -Si tú fueses un producto, ¿cómo te venderías?

-No soy un producto, soy un ente… Jajajajaja…

 -¿Te han negado muchas cosas en tu profesión?

-No soy de mucho pedir. Pero sí, lógicamente.

 -¿Cuáles son los errores que has pagado más caros?

-Decir lo que pienso.

 -¿El talento necesita más mecenas?

-Sí. Pero eso debería ser obligación de las instituciones. La cultura es un bien, poco preciado en estas tierras, al parecer. Y así nos va.

 -Si te pongo un esmoquin, ¿cuánto tienes del agente 007?

-Siempre me gustó más ‘El doctor No’.  Me gustan los malotes.  James Bond es un cansao. Jajajajaja.

 -¿Comida, sexo o cine?

-Las tres. No me has dicho que elija una.

 -Ahí te he visto, Bernabé. ¿Qué película de cine negro define a esta España ídem?

-No es cine negro, pero no puedo evitar responder ‘Todos a la cárcel’.  Berlanga es el tipo, el dios, el director del cine de comedia español por excelencia. Para mí, es el creador audiovisual que mejor ha sabido reflejar nuestra manera de ser en una pantalla.

 -¿Has visto ‘El timo de la estampita’, con Tony Leblanc?

-Por supuesto. Un clásico de nuestro cine. De todas maneras, ¿crees que encontrarás a alguien de mi quinta que no la haya visto cuarenta veces?… Eso se debe a la gran política de programación de nuestras cadenas públicas. Jajajaja.

 -Si tuvieras una diana de dardos en casa, ¿qué cara aparecería ahí?

-Jajajajajajajaja… No soy una persona rencorosa, aunque déjame pensar… Jajajaja…

 -¿Qué es lo más extravagante que has hecho hasta hoy?

-Muchas cosas, todas indescriptibles… Jajaja.  Me gusta hacer el chorras.

 -¿Qué superpoder te gustaría tener?

-Ninguno. Lo que me faltaba ya, tener superpoderes…

 -¿Qué es lo que más te enorgullece haber conseguido en la vida?

-Saber apreciar los pequeños momentos que nos ofrece la vida por encima de todo lo demás.

 -¿De qué piezas de tu obra estás más satisfecho?

-‘Habanece’  y ‘Tierra de cierzo’.

 -¿En qué proyectos andas ahora?

-Pues ando con los últimos retratos de ‘Psychokillers’. Para el verano sería bueno tener el libro editado. Y estoy trabajando en el guion de un nuevo largo de ficción junto con el actor Alfonso Desentre.  Me gustaría rodarla en un año o así. Quizás mueva el próximo año también otro proyecto de peli que tengo parado hace tiempo y que creo que vale la pena. Y, por lo demás, pues el día a día: videoclips, fotografía…

 -De tener los medios necesarios, ¿qué te gustaría rodar? ¿Tienes algún guion escondido en el cajón?

-‘Ángel’. Es un proyecto que tengo escrito hace unos años pero que necesita una vuelta más y un primer apoyo económico para llevarlo adelante. No es un proyecto barato, por eso estoy escribiendo un nuevo largo de presupuesto más en corrección a los tiempos que vivimos.

 -¿Se puede vender felicidad, como hace Coca-cola, en tiempo de crisis?

Coca-cola vende Coca-cola, no felicidad.

 -Ahí te he visto, Bernabé. ¿Y a ti, qué te hace feliz?

Viajar y aprender del viaje.

 -¿Cómo te gustaría terminar esta entrevista?

Ya tenía ganas, ha sido larga de cojones… Jajajajaja…  Gracias, Carlos, ha sido un placer.