Por Gerardo Navarro
En pleno corazón del “Gancho” Pepín Banzo y Pepe Lirrojo regentan este insólito local y son los impulsores de este original proyecto cultural que nos adentra en el mundo de la magia haciendo un especial hincapié en los magos aragoneses.
El museo está ubicado en el sótano de un local en la calle San Pablo nº46; es un espacio abovedado que, al parecer, antiguamente se utilizaba como secadero de plátanos para abastecer al Mercado Central.
El Pollo Urbano se coló en una de las visitas guiadas en la que, el gran Pepín Banzo, hizo de maestro de ceremonias e introdujo a unos 40 niños y niñas de 9 años en el mundo del ilusionismo. Pepín nos esperaba en la entrada del local ataviado con una gabardina de terciopelo marrón y sombrero de copa en cuya visera descansaban una combinación de lentes y monóculos.
El atrezo, al principio, descolocó a los niños y niñas y un nerviosismo generalizado se apoderó de ellos (estoy seguro de que muchos pensaban que iban a visitar la mismísima cueva del Terror). Amablemente Pepín nos dio la bienvenida y nos condujo escaleras abajo.
Lo primero que sentimos fue un agradable olor a incienso… un espacio lleno de fotos antiguas y el torso de un maniquí con un vestido original que los antiguos magos utilizaban para intentar poner alguna nota exótica a sus actuaciones; y digo intentar porque antes no había internet y eso se nota a la hora de diseñar los vestuarios.
La siguiente sala estaba dedicada al escapismo. Allí nos habló de “EL Gran Judini y los niños y niñas quedaron boquiabiertos con todas esas historias reales que protagonizó rayando lo imposible. Después se centró en los magos aragoneses y, simultaneando trucos de magia, nos habló del Bilbilitano “Pepe Carrol”; de “Yao-Min”, nombre artístico que utilizó Mª Rosa Calvo (nacida 1942). Esta zaragozana, a la que llamaban “La Maga de Aragón”, comenzó su carrera en 1971 y tuvo que sufrir los sinsabores que tienen las mujeres para abrirse camino en un mundo de hombres. También nos habló de “Rahma-Khan” (Enrique Arellano, Tarazona); “Little Levi” (Jesús Relancio , Zaragoza) y Javier Antón. Este último, también zaragozano, obtuvo El Gran Premio Mundial en 1985. Siguió con “Rayers Sam” (Rafael Ayerbe) oscense que realizó una actuación en Japón vestido de Ansotano. Todo esto al mismo tiempo que podíamos ver instantáneas y numerosos objetos que pertenecieron a este gran elenco de artistas aragoneses.
Sin duda, fue una gran mañana en la que descubrí la gran relevancia que tiene Aragón dentro del Ilusionismo.
“El Sótano Mágico” en poco más de dos años de existencia se ha convertido en un referente a nivel nacional ya que además del museo, se programan numerosas actuaciones en las que tocan todas las disciplinas mágicas. Y como no podía ser de otra manera, El Pollo Urbano estuvo allí para contarlo.