Calanda, Ascaso, Javierrelatre, Ayerbe, Tarazona, Campo, Canfranc, Benasque, Escarrilla…

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Por Don Quiterio

     Las bicicletas, ya lo contó hace cuarenta años Fernando Fernán Gómez, son para el verano. También los certámenes cinematográficos parecen tener un hueco prioritario en la canícula. El cine es ocio, diversión, pero también compromiso y un instrumento para la sensibilización.

    A lo largo de este incierto verano, tierno y lujurioso, que ya parece lejano con la vorágine del acontecer otoñal, preludio de la larga noche de un invierno sin actividades lúdicas al aire libre más allá de las que proporciona la llamada cultura deportiva, se han celebrado numerosas muestras de cine en distintas geografías de esta nuestra comunidad aragonesa.

    No se podrá quejar ahora Javier Espada después de la inyección económica que el recién nombrado delegado cultural de la DGA, Nacho Escuín, le ha dotado para el centro Buñuel en Calanda y su festival ‘22 x don Luis’. Está bien quejarse, porque el mundo es de los pesados, pero Espada nunca ha lanzado un solo recordatorio a otros festivales que pululan por nuestra geografía. Los olvidados, al final, son los otros, siempre con las migajas del banquete. Y con apenas unos cuantos euros han tenido que hacer malabarismos. Eso del compañerismo parece un esfuerzo titánico de memoria e imaginación. Verdad y mentira no son más que herramientas al servicio del todo vale.

    Sea como fuere, el festival ‘22 x don Luis’, en su undécima edición, versó sobre el lema ‘El deseo y la pérdida’, y así se tituló la exposición de Jan Van Eden, pintor holandés afincado en Sabayés (Huesca), cuya esposa, la fallecida galerista oscense Pepa Santolaria, recibió un homenaje como embajadora del festival. La primera proyección de esta edición fue el documental de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado ‘La sal de la tierra’, sobre la obra del fotógrafo Sebastiâo Salgado. Por su parte, el mexicano Fernando Llanos presentó ‘Matria’, un documental sobre su abuelo, que lideró en 1942 un ejército ante un posible ataque alemán en México. Los largometrajes a competición reunieron ‘El violín de piedra’, de Emilio Ruiz Barrachina (premio al mejor equipo); ‘El cartero de las noches blancas’, de Andrei Konchalovsky (premio al mejor guion); ‘Cantinflas’, de Sebastián del Amo (premio del público y premio al mejor actor, Óscar Jaenada); ‘Más negro que el carbón’, de Diao Yinan (premio al mejor director), y ‘González’, de Christian Díaz Pardo.

    De los cortometrajes se vieron ‘La metáfora del piccione’, de Miguel Murciano (un turolense que se ocupó del taller de niños); ‘Safari’, de Gerardo Herrero; ‘Bienvenidos’, de Javier Fesser (premio del público y premio a la protagonista, la niña Anny Barrantes), ‘Ramona’, de Giovanna Zacarías, y ‘Dinner for few’, de Nassos Vakalis. De nuevo Aragón tuvo un papel destacado con una sección que trajo hasta Calanda seis cortometrajes de reciente producción: ‘Broken Windows’ (Ignacio Bernal), ‘Os meninos do Río’ (Javier Macipe), ‘180’ (Yago de Mateo), ‘Te escucho’ (Jorge Blas), ‘Espera un segundo’ (Germán Roda) y ‘Un millón’ (Alex Rodrigo). En la clausura se proyectó ‘El conquistador conquistado’, episodio de ‘Centro histórico’, realizado por Manoel de Oliveira, en calidad de homenaje y recuerdo a un maestro del cine que, como Buñuel, nos enseñó a vivir.

    La semiabandonada aldea sobrarbense de Ascaso celebró la cuarta edición de la muestra de cine más pequeña del mundo, un festival al aire libre que organizan los vecinos del lugar desde la coordinación de Néstor Prades y Miguel Cordero, quienes recordaron que esta muestra es también un grito de socorro a las administraciones públicas para que atiendan de una vez al medio rural. Precisamente en este 2015 se acaba el contrato con la entidad que suministra a la aldea energía de origen solar y, por ahora, ninguna administración ha dado un solo paso para poder conectar la aldea a la red eléctrica normalizada, cuya última torre de energía está a menos de tres kilómetros de Ascaso. Este año, como novedad, la única calle del lugar fue la sala de exposiciones que albergó la colección ‘Terra’ del fotógrafo brasileño Sebastiâo Salgado.

    Los protagonistas, en cualquier caso, fueron los filmes independientes y de autor, vistos bajo la noche estrellada del Pirineo, uno de los cielos más limpios de la península Ibérica. Se vieron películas como el documental de Orlando Von Einsiedel ‘Virunga’, sobre los últimos gorilas de montaña; ‘Los días sin Joyce’, de Agustín Oso Tapia y Anna Soler Cepria; ‘Soy Cuba’, del ruso Mijail Kalatozov; ‘El rayo’, de los españoles Ernesto de Nova y Fran Araujo, una recreación de ‘La Odisea’ de Homero protagonizada por un inmigrante marroquí en España; ‘Loreak’, una producción española dirigida por José Mari Goenaga y Jon Garaño, o la animación francesa de Marc Boreal y Thibaut Chatel ‘Ma maman est en Amerique et elle a rencontré Buffalo Bill’. También se proyectaron cortos dirigidos por Jaquín Villalonga, Óscar Verdaguer, Artur Molina, Rubén Sainz o Juan José Zanoletty. El premio Ascaso, que reconoce a aquella persona o institución que más ha hecho para acercar el cine de autor al medio rural, recayó en Tesa Giner, una persona muy vinculada a movimientos ecologistas que vive en un pequeño pueblo del Maestrazgo de Castellón donde tienen un festival muy similar al altoaragonés. El acto del galardón estuvo acompañado por la música en directo del grupo grausino de folk Mosicaires, que presentaron su primer disco, ‘Rechirán’.

    Una de las proyecciones estrella de la decimocuarta edición del festival fantástico y de terror Obuxo en  Javierrelatre, municipio de Caldearenas, en la comarca del Alto Gállego, fue ‘World of Kanako’, del japonés Tetsuya Nakashima. Se brindó un homenaje a la película ‘Regreso al futuro’ y varios escritores aragoneses debatieron sobre literatura y cine de terror. En esta edición se realizó un homenaje especial al cine oriental de género y nuestro compañero Antonio Tausiet fue miembro del jurado. El primer premio se lo llevó César Díaz por su corto ‘Zepo’, una buena muestra de animación, y el segundo fue a parar a manos de Clara Bilbao por ‘Prohibido arrojar cadáveres a la basura’, emotiva historia protagonizada por José Luis Cano.

    El festival que dirige Ángel Martínez se cerró con la proyección de los videominutos grabados por los asistentes y acampados en el antiguo cementerio (hay que tener ganas) del lugar. El ganador de esta sección fue el zaragozano Fran Martínez y su ejercicio ‘Manualidades’. La clausura incluyó una sesión de proyecciones aragonesas protagonizadas por el zaragozano Antonio Bellido y su película experimental ‘Rumbo al paraíso fiscal’, acompañada del cortometraje del turolense Javier Macipe ‘Os meninos do Rio’. Precisamente con la colaboración del festival fantástico y de terror Obuxo, se celebró la octava edición de los llamados ‘Cortos al raso’ en seis localidades de la comarca del Alto Gállego: Artosilla, Puello de Jaca, Escuer, Escarrilla, Latre y Senegüé. Por su parte, el centro de congresos de Barbastro acogió, por segundo año, dos sesiones de la muestra de realizadores oscenses que permitieron al público disfrutar de trece cortos firmados por directores de la provincia.

    También se celebró el concurso de cortometrajes ‘Villa de Ayerbe’, en el que se pudieron ver ’40 aniversario’, de Enrique Sánchez (premiado); ‘Antoine’, de Cyrus Neshvad; ‘Mírame’, de Héctor Herrería y José Luis Velázquez; ‘Acabo de tener un sueño’, de Javier Navarro; ‘Abrieron la velada Metros útiles’, de David Cervera; ‘El día más feliz’, de Gaizka Urresti; ‘Elemental, mi querido Watson’, de Javier Carreras; ‘El corredor’, de José Luis Montesinos (premiado); ‘Guida’, de Rosana Urbes; ‘Mi vida es el cine’, de Fernando Cayo y Bogdan Toma; ‘Soledad’, de Fran Moreno; ‘Cebra’, de Félix Fernández de Castro; ‘Don Miguel’, de Kote Camacho (premiado), ‘Casitas’, de Carlos Mostaza (premiado), o ‘El amor me queda grande’, de Javier Giner. Se pudo disfrutar, al mismo tiempo, del espectáculo de cine y música ‘Cinemasque’ a cargo de Luis Monzón, un ameno viaje por la historia de las bandas sonoras de películas.

    La muestra de realizadores oscenses llegó igualmente al ayuntamiento de Ayerbe, con unas sesiones compuestas tanto de documentales como ficciones y videoclips: ‘Tinta de humo’, de Walter Ospina y Juan Tabuenca; ‘Lágrimas de mujer’, de Juan Hernández; ‘Muchachote’, de Pedro Susín y Curro Domínguez; ‘Cartas desde Huesca’, de Chus Fenero; ‘Shared Dreams’, de Richard Domínguez; ‘Me enamoré del perdedor’, de Daniel Pardo; ‘Ainielle’, de Eduardo de la Cruz; ‘Solo pienso en ti’, de Lorenzo Montul; ‘La buena suerte’, de Elba Mairal; ‘Una canción de amor’, de Ramón Lasaosa; ‘Fuera del paréntesis’, de Iñaqui Sanjuán Pertusa, y ‘Don dinero’, de Orencio Boix.

    El festival de cortos de Tarazona, dedicado a la comedia –y a su insigne lugareño Paco Martínez Soria-, en su edición número doce, premió a Javier Fesser como mejor director por ‘Bienvenidos’, a Xavi Piñol por la música original de ‘Pulsion sangrienta’, a Elder Ruiz por la dirección artística de ‘La señora Jesús Mari’, a Ángel Amorós por la fotografía de ‘La propina’, a Oriol Puig por el guion de ‘It girl’, al actor Julián López por ‘Un mal trago’ y a la actriz Sonia Almarcha por ‘Los Cárpatos’. En la clausura del certamen que dirige Raúl García Medrano se reconocieron las trayectorias de Pepe Viyuela, Raúl Arévalo y Verónica Forqué, además de entregar el premio al nuevo talento aragonés a la intérprete zaragozana Elena Rivera, que interpreta a Karina en la serie ‘Cuéntame’. El público premió como mejor largometraje a ‘La final’, comedia romántica dirigida por Valerio Boserman, y como cortometraje más destacado de la cincuentena proyectada a ‘Óscar desafinado’, de Mikel Alvariño. La fiesta se completó con la proyección del corto rodado en el taller de cine bajo el mando de Rubén Pérez Barrena, la comedia musical ‘El casting’.

    El séptimo certamen de cortometrajes celebrado en Campo, y que dirige José Miguel Garanto, seleccionó diez cortometrajes que se proyectaron ante más de cien personas para su posterior puntuación a criterio del público. ‘Casitas’, dirigido por Javier Marco, consiguió el primer premio, dotado con una cesta con productos típicos de la zona. El resto de los cortos puntuados, de más a menos, recayeron en ‘Nadador’, ‘2037’, ‘El corredor’, ‘Un lugar mejor’, ‘Bikini’, ‘Lugares comunes’, ‘Hostiable’ y ‘El actor’. El único trabajo que no consiguió puntos fue ‘Time alter time’. Su director no piensa tirar la toalla.

    La estación internacional de Canfranc fue la sede de la primera edición del festival de cine Transfronterizo. El contenido de esta cita se compuso de dos documentales, uno en francés (‘Des brebis et des femmes’, de Laurence Fleury) y otro en español (‘Encrucijada de Sanz Briz’, de José Alejandro González Baztán, del que hacemos una reseña en esta sección), y de siete cortometrajes, tres en francés y cuatro en español: “Kédéba’, de Elhachmia Didi-Alaoui; ‘Kijima stories’, de Laetitia Mikles; L’île à midi’, de Philippe Prouff; ‘Laisa’, de Carmen Gutiérrez; ‘Trilogía de una ribera’, de Nacho Arantegui; ‘Os meninos do Rio’, de Javier Macipe, y ‘El día más feliz’, de Gaizka Urresti. Las proyecciones se realizaron en el vestíbulo de la estación. El certamen se integra dentro de los ejes de actuación en la promoción de la cultura y el patrimonio a ambos lados de la frontera. Le deseamos una larga vida.

    Benasque disfrutó de su octava edición de la pequeña muestra de ‘Cine Invisible’, que organiza la asociación Guayente, donde se proyectaron ‘Guadalquivir’, ‘Loreak’, ‘Magical girl’ o ‘Aragonés Espés’ y se impartió un taller de animación para jóvenes a cargo de Jorge Gastón. Y en Zaragoza, como parte de la programación oficial de las fiestas del barrio de las Delicias, el teatro de las Esquinas acogió durante tres tardes la decimotercera muestra de cortos de cineastas aragoneses que dirige Jesús Marco, donde Leonor Bruna recibió un homenaje a su trayectoria como actriz y, al mismo tiempo, vio cómo se premiaban dos cortos de alumnos suyos: ‘Nemo’, de Felipe Sanz (al mejor actor, Armando del Río) y ‘Milkshake express’, de Miguel Casanova (a la mejor actriz, María José Moreno). También recibieron premio Santiago Capuz al mejor corto por ‘Manías’, Arturo Carrasco por su guion de ‘Rodando’ y Maxi Campo por la producción de ‘Descubriendo a mosén Bruno’, centrado en la figura del famoso cura de Saravillo.

    Unos festivales cinematográficos, en fin, frescos como las bicicletas. Y acabado el tierno verano de lujurias y azoteas, maldita sea, es el tiempo de los tordos. El verano, en efecto, deja paso a las hojas caídas, la lluvia y las botas, y el otoño llega con la alegría del vino y el incendio de los crepúsculos, pero también trae nuevo estrés, la enfermedad del siglo con bajada del ánimo, disminución de la serotonina, insomnio, pocas ganas de trabajar. Lo de los olvidados es otra historia. O tal vez no. Si celebrar y aprovechar a Buñuel es una novedad, que Belcebú nos coja confesados.

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