Por Andrés Sierra
Un buen día tenía que comprar un par de diarios, así que fui a la papelería de un amigo, pero me hizo la puñeta.
Mis dos diarios costaban seis euros pero me cobró siete porque me daba dos diarios más de prensa desechable para mí puesto que esas ediciones no las necesitaba para nada. Su escusa es que las tirara yo al contenedor de reciclaje de papel… bien los podía tirar él, puesto que no tenía nada mejor que hacer.
Ahí empezó mi “extremaunción” por decir algo. Ya me había pasado una cuestión semejante, pero bueno eso es otra película que ahora no viene al caso.
Una noche aparece de pronto un cura al lado de mi cama con hisopo y todo, yo me asusto enormemente claro, le pregunto qué es lo que quiere; me dice “darte la extremaunción”.Pienso que es un derroche de imaginación, resulta ser solamente un sueño y nada más.
Sí es cierto que en personas creyentes –lo manifiesten públicamente o no- ese último paso antes de la muerte lo tienen que dar a ser posible. Hay ocasiones impredecibles donde un cura con su hisopo no puede estar, por ejemplo en un accidente de tráfico donde hay muertos.
Ha venido a mi memoria el recuerdo Paco Bailo, colaborador del Pollo Urbano.
Hable con él varias veces. La primera vez al preguntarme por una palabra escrita en un artículo mío, la palabra en cuestión ya no la recuerdo, pero sí que daba pie a ¿confusión? Lo curioso es que Paco tenía referencia del vocablo y me preguntaba por mi parecer.
Yo hasta ese momento no lo conocía de nada, pero estaba claro que leía la revista, y para mi mayor sorpresa un artículo mío, ¡vaya por lo menos hay alguien que me lee!.
Me contó un poco su vida, e incluso fue de los primeros en escribir en la revista cuando todavía se hacía en papel. Muy buena gente y muy pausado a la hora de hablar.
No sé si era creyente o no, pero si lo era, espero que le llegara la extremaunción.
También estamos los ácratas, o al menos agnósticos.
Todo puede suceder, pero desearía que si me voy a morir, no aparezca un cura hisopo en mano y me de la extremaunción, como me pasó en el sueño. A ver si una vez muerto me voy donde no toca y me hace la puñeta la extremaunción.