¿ Me das la gaspia,Julín? (II) / José Luís Llera


Por José Luis Llera Gil

     Continuando con los primeros días de mi existencia en Zaragoza, lugar donde nací, inicié mis estudios en el Colegio de los Salesianos de la Ciudad Jardín.

     Debo decir que muchas personas confundían La Salle con los Salesianos lo cual fue una constante hasta muchos años después.

      Este Colegio situado en una gran superficie en las afueras de nuestra Ciudad, iniciaba sus clases diarias en aquel entonces con unos 150 alumnos, más o menos, formados a las 9 de la mañana en el patio y cantando una canción patriótica y otra religiosa y finalizando con un ¡ Viva María Auxiliadora, Viva San Juan Bosco o Víva Franco.

     La Ciudad Jardín situada al final de Avenida de Valencia, cercana a la Torre de los Patateros con dos grandes cantadores Joteros, llamados Antonio Royo (padre e hijo) y la finca donde fué asesinado el Cardenal de Zaragoza Soldevilla, tenía entonces  pocas viviendas construidas y muchos cimientos de otras ya que se interrumpieron los trabajos, hasta años más tarde en que los restablecieron  dos personas que tuve el honor de conocer, ligados a los Sindicatos y a Educación y Descanso, llamados Manuel Rodeles. Concejal del Ayuntamiento de Zaragoza,  por el Tercio Familiar,  y Mariano Laborda, este último además AA.AA. (antiguo alumno de esta Congregación en Barcelona).

    En esa época comencé a recibir la invitación de algún alumno mayor a representar funciones de teatro, según libreto de la Galería Salesiana.

     Mi primera obra fue SAN TARSICIO MARTIR y mi valedor José Luis Cuenca gran aficionado también a cantar tangos.

    Nuestro teatro estaba construido con ladrillo sin lavar  y a través de sus numerosas grietas entraba un frio horroroso que soportábamos estoicamente en invierno  los alumnos y los asistentes al Oratorio Festivo.

     A este último asistían los días festivos, un buen número de chicos de las Delicias y de la Avda. de Valencia, compaginando las funciones religiosas y las recreativas. Cuando se proyectaban películas, en aquel entonces mudas, actuaba de narrador D. Fidel Mª Martín, Director del Colegio.

     Desde ese primer momento comencé a tener una gran afición por el teatro y distintas Asociaciones ocupando cargos directivos.

    Así hizo que fuera presidente de  Circulo Domingo Savio, un Centro para los alumnos de unos 13 a 16 años de edad en la que pasábamos a ser Antiguos alumnos previa imposición de insignias en acto sumamente solemne para nosotros.

    Yo iba todas las tardes a jugar al ajedrez, teniendo como “rival” al sacerdote D. Mariano Mallada, fallecido unos años después en un accidente de automóvil cerca deL Princiado de Andorra.

    También comencé a ser monaguillo lo cual hacía que los domingos pudiera ayudar a Misa e ir con algún sacerdote a dar la extremaunción a algún anciano en sus últimos días.

    Puedo decir que en esa época, conocí a un grupo de jóvenes salesianos, llamados D. Valerio Zudaire, D. Rafael Peiró, D. Rigoberto Alós, D. José  Mentuy y D. José Antonio Marín.

    Cuando tenía 14 años, alguno de estos Salesianos nos“pilló” fumando no se qué clase de tabaco o fumaque,  y nos expulsaron a varios del Colegio. A los dos días nos aceptaron de nuevo no se por qué.

    Eramos sin duda un grupo de alumnos traviesos, y gastábamos bromas al criado Sr. Mariano cuando estaba barriendo o fregando las escaleras del edificio del Colegi

    Hice una gran amistad con el alcoyano Rigoberto Alós , con el que muchos días compartí el escenario en actuaciones para los jóvenes del Oratorio festivo,  en el que colaboraban como monitores Palacios, Jiménez (dos hermanos) , Tabique (mote),  Ferrer y Luis Sesé, qué fue Alcalde de Ejea de los Caballeros y Doctor en Medicina.

     La gran superficie del Colegio permitía que dispusiera además de un campo de fútbol, vestuarios y varios juegos de jardín, de un huerto con muchos melocotoneros y frutos de gran tamaño, que poco a poco fueron desapareciendo por algunas plagas que se les presentaron.

     El Oratorio Festivo, según las enseñanzas del Fundador de la Congregación Dom Bosco, tenía un funcionamiento ejemplar. Todos los asistentes, alumnos o no del Colegio, contábamos con un carné en el que los domingos y Festivos, nos sellaban en él  una flecha, como  que habíamos asistido a Misa y a la bendición por la tarde en la capilla del Colegio. Al final del Curso los Salesianos montaban una gran tómbola en un par de clases, donde se exponían muchos objetos, donados por los llamados bienechores, a los que obtábamos los poseedores del carné, utilizando las marcas de asistencia  para obtener alguno de los regalos a modo de dinero. Yo recuerdo que un año cambié mis puntos por un balón magnífico de Reglamento,

   Estos últimos años hasta que entré a trabajar en una  oficina, con cerca de 15 años, fueron sumamente felices para mí.

    Los Salesianos gozaban de una gran ayuda y consideración en la Ciudad, merced a las gestiones que realizaban permanentemente,  y todo aquel alumno que reunía unas condiciones favorables era colocado al finalizar sus estudios,  en una gran  empresa. Así me sucedió a mí  pero yo ya tenía la promesa de optar a una plaza en una Oficina  por lo que antes de los 15 años entré a formar parte de su plantilla en calidad de botones.

    Ciertamente que no se destilaban posibilidades económicas y que éramos  casi todos de familias de trabajadores de barrio, aun cuando algunos poseían unos conocimientos innatos destacados y fueron colocados en empresas grandes y Bancos de la Ciudad. Otros estudiaron, una carrera llegando a ser ingenieros o médicos.

    Así poco a poco, muy felizmente, llegue hasta los 14 años y ocho meses en los que merced a la amistad de mi familia con el Director General de la Feria de Muestras D. Alberto Manuel Campos, entré de botones en su Oficina cobrando el primer mes 250 pesetas. Es decir menos de dos Euros al mes. Tuve excelentes maestros que, juntamente con mis padres, me forjaron una educación meritoria en todos los sentidos.

    El mes próximo continuaré gustosamente con el tercer capítulo de mis vivencias e historia que siempre recuerdo con especial cariño.

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