Confusión / Manuel Medrano


Por Manuel Medrano

      Querid@s amig@s, menudos tiempos nos han tocado vivir. Como en la película BLADE, donde un incauto piensa que ha ligado en la discoteca mientras suena “Confusion” interpretada por New Order, el personal creía…

….que estaba saliendo de la crisis de 2008 (prevista unos años antes por los avisados) cuando va y le montan un ciclón real y mental de marca mayor.

     Bueno, partamos de la base de que los tiempos turbulentos no se perciben igual, ni tendrán el mismo efecto, en todas partes. Y de que la sensación de incertidumbre y terror tampoco se fomenta igual según países. Así, me comentan varios amigos, el COVID-19 y sus aspectos e incidencias ocupa, generalmente, sólo el 5% de los informativos en U.S.A., tratándose el resto del tiempo sobre temas de política interior y exterior, economía, sociedad, elecciones y otros de interés. Como consecuencia deduzco que no intentan crear pánico, sino que dan la información pertinente y ya está.

   Aquí da la impresión de que el omnipresente ruido epidémico pretende ocultar otras cosas, como el rugido de hambre de las tripas. Demasiada política, poca gestión, ninguna seguridad sanitaria y jurídica. Las vergüenzas de nuestro sistema al descubierto, en su descarnada y cruda realidad: la capacidad de muchos responsables públicos es nula, cuando no letal para los administrados. Y algunas tribus-partido político sólo se preocupan de colocar a gente que no sabe hacer la “o” con un canuto para que les deban las judías y apoyen todos sus intereses, políticos y de los otros (incluso más, de los otros).

    Mientras, muchos españoles (y ciudadanos de otros países) se van dando cuenta de que, antes que las creencias y las ideologías, está la subsistencia básica y también de que, se quiera o no, el más brutal común denominador no es el pensamiento, sino un aparato digestivo que comienza en la boca y acaba donde ya sabéis. Este impertinente sistema de nuestro cuerpo, puede llegar a anular todo criterio u opinión cuando lanza sus alarmas y obsesiona los cerebros unidireccionalmente.

    Ponerme ahora a realizar disquisiciones sobre confinamientos, test, o vacunas, es perder el tiempo. Ya sé que soy muy pesado, y esto que voy a decir consta en bastantes actas públicas pero, para mí, lo único válido es obtener RESULTADOS. Y, por ahora, no los veo, en ningún sentido.

   Conste que creo firmemente que la actitud correcta es la que funciona, de un modo pragmático y con máxima eficiencia, y esto me vale para la sanidad, la economía, la defensa de fronteras y todo lo que se quiera. Pero, también, que es difícil confiar en gobernantes que están cambiando de opinión como cambia el camaleón de colores, según la ocasión. Y que, además, te imponen sus discutibles (y a veces perjudiciales) medidas con un despotismo incontrolado, presa del miedo a su propio futuro, y ocultando informaciones al pueblo llano y soberano.

   En fin, “Confusion”, y así como en la discoteca (rave party) de BLADE las chavalas guapas y los chavales macizos, todos “fashion”, resultan ser vampiros y casi se cenan al pardillo, nosotros podemos ser devorados por las apariencias, que ocultan a quienes son nuestros enemigos, definidos por la Revolución Francesa como “los enemigos del pueblo”.

   Aquí os dejo enlace al vídeo de la discoteca de BLADE:

https://youtu.be/UaNLBxUBGck

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