Los nuevos creadores / Dionisio Sánchez


Por Dionisio Sánchez Rodríguez
Director del Pollo Urbano
elpollo@elpollourbano.net

      La verdad es que nunca se había visto en nuestra ciudad tantos aspirantes al modo “artístico” como hay ahora y, sobre todo, en el apetecible terreno de lo audiovisual.

    Me cuenta el prolífico Don Quiterio, eminente y preparado crítico del Pollo, que en nuestra tierra se hacen más de ¡200!  “cortos” anuales. Esto parece un milagro aún teniendo en cuenta que a día de hoy, las herramientas de vídeo son baratísimas siempre y cuando la producción no sea muy exigente -como suele ocurrir en este interesante mundillo de los principiantes-.

    Lo único que yo lamento es que los artistas no sean más incisivos con la realidad que habitamos y , sobre todo, que no “machaquen” a los políticos que nos gobiernan para, simplemente, aspirar a una sociedad más justa. Si los políticos son obviados o jaleados por los artistas, al final, tienden a engordar –como le está pasando al joven concejal Cubero-, a sentirse profetas y a mirarnos con soberbia desde su  quadriga  de Dux  entrando por la  Porta Triumphalis de Roma. Es entonces cuando se entra –tal cual estamos nosotros ahora en Zaragoza – en un estadio general de “povertà artistico” que no es ni malo ni bueno sino “uno de los problemas de las sociedades (ciudades) pseudocomunistas y que no es otro que sólo los artistas trepas y los que están cerca del poder tienen posibilidad de prosperar como si se tratara de una sociedad medieval, por lo que todos los puestos relevantes así como las “acciones artísticas” quedan en manos de incompetentes”. Lo cual, se traduce también en pobreza, “pobreza artística”

     El creador, en mi modesta opinión, no solo ha de recordarle a los gilipollas que administran nuestra  cultura con esas trazas cesarianas, el consabido recordatorio Respice post te! Hominem te esse memento!”para que baje el pistón de su idiocia  sino que, además, su actividad debe ser transgresora respecto al poder, máxime en unos momentos como los que vivimos en los cuales el “poder” se ha convertido en el mecenas del artista. No hay más que ver que películas (no cortos) se están rodando en nuestra tierra y que “argumentos” más incisivos tienen todas ellas.

    También en el pseudocine local (en el teatro se vio, hace ya  muchos tiempos, que el objetivo artístico de sus practicantes de primera línea no era otro que hacerse burócratas para formar actores acríticos y empresas teatrales bajo las protectoras alas subvencionadoras de la administración) se están empezando a desarrollar este tipo de larvas que pronto, antes de que acabe la legislatura municipal, saldrán a la luz convertidas en mariposas de filmoteca, de filmcommisión o, incluso, de productoras asociadas a los pechos de la televisión autonómica para que los “artistas del pueblo” puedan poner sus huevitos en esa tele rural que disfrutamos y que nos cuesta un ojo de la cara. Dinero que, por cierto, no va precisamente a parar a los bolsillos de sus trabajadores.

    En fin, amigos, solo me resta recordar que durante la revolución rusa se inició un movimiento para poner todas las artes al servicio de la dictadura del proletariado. El  instrumento que se utilizó para ello se llamó Proletkult, abreviatura «Proletarskie kulturno-prosvetitelnye organizatsii» (Organizaciones proletarias de cultura e ilustración). Ya tiene el concejal de la cosa una buena idea , que le cedo gratis, para crear la ProKulZa y empezar a meter en el saco a todos los que, poco a poco, se van a convertir en mariposas.

    Queridos amigos, compañeros y camaradas ¡a caballo! ¡Yihíiii! ¡Salud!

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