¿Quién es el padrino de Morenito de Maracay? / Dionisio Sánchez

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Por Dionisio Sánchez

     Hace ya muchos años que con la salida de Juanjo Vázquez  del área de cultura de  la DPZ se creían terminadas,  en esa institución,  las prácticas dirigistas y censoras propias de los primeros paracaidistas y comisarios marxistas que se amparaban y ejercían cual chinches  bajo las alas del inocente socialismo que aterrizó en las  instituciones.  El todopoderoso  Vázquez llegó, incluso, a crear  y subvencionar a  un grupo de pintores/activistas para revolucionar y “marcar” el concepto de pintura joven y moderna por el que debían   apostar los neoartistas que quisieran “tocar marro” siendo las demás tendencias  pictóricas puras especulaciones de la derecha intransigente y fascistoide o monicacadas indignas de un estado obrero, socialista y revolucionario.

    Naturalmente, a él le fue muy bien y después de recorrer todo el mundo funcionarial conocido en Aragol  llegó a viceconsejero de cultura y a tocar sutilmente (o no) ladrillo caravista (el azar y dios impidieron que de su mano se perpetrara el zancocho del espacio Goya). A día de hoy, todavía,  disfruta orientando la kultura urbana alentado por la mano izquierda del también concejal rojo, millonario y revolucionario Jeromín de las Graveras. Unos personajes, por tanto, que parecen incombustibles.

     Su sucesor en el cargo provincial y en los dirigismos varios – aunque con menos clase, sin duda-  fue el rural Romero Romerillo, hombre con criterios artísticos más cercanos a considerar el grosor de la boina de los artistas y sus afinidades al de Egea  que a favorecer el entusiasmo de la libre creación de los jóvenes zaragozanos. Desgraciadamente, un juez, unos catálogos  y un silencio pertinaz por su parte, lo tienen en el dique seco y fuera  del ámbito de la toma de decisiones aunque, eso sí, cobrando religiosamente aún sin ser cristiano.

    Y en esas estábamos cuando aparece en ese puesto clave,  el de director de cultura de la DPZ, un viejo jotero de gomina (sin pelo y sin gomina por tanto)  del PP que sin tener ni puta idea del negociado, (al menos los anteriores socialistas eran licenciados), y que ha sido  catapultado a ese rico chollo luego de haber demostrado su incompetencia más absoluta organizando la campaña electoral de  su antiguo compañero de partido y candidato a alcalde de Zaragoza que fue Domingo Buesa. Pero el rumbero debe tener padrinos sin duda pues se hace difícil comprender, si no,  por qué lo amorran a  semejante puesto que ni lo sabe ejercer ni se lo merece. De cualquier manera, el joterillo se ha incrustado y ¡a vivir que son dos días! “¿Esto es pan comido, chavales!”- dicen que decía  mientras se aplaudía cada mañana. Pero…..Tan seguro estaba de su sencillita tarea que llegó un día gris cualquiera y a la primera de cambio, ¡zas!, “a salir en los papeles por tonto”. No pudo  reprimir su escasa formación  artística (ni de la otra, seguramente) y nos ha enseñado el plumero y las maracas “censurando” la presentación de una obra con la que nos iba a ilustrar la artista Gema Rupérez y que, esencialmente, consistía en una instalación donde 6 millones de lentejas doradas habían de recordar a los espectadores la lacra del paro a la que asistimos. Una crítica al poder tan inocente que dan ganas de hacerle ver al joterillo que meterse en ese charco es impropio ni siquiera de un concejal de cultura de una tribu de Zimbabue.

 

    Pero este nimio detalle no tendría importancia si no fuera porque nos da idea ajustada no solo de la ignorancia artística que lo aureola si no, además, de otra de las “virtudes”  que adornan a este tipo de personajes  que habitan desgraciadamente entre nosotros creídos de estar tocados por la mano de dios (Ignacio Daudén, Merceditas Gracia, etc.) y que no es otra que la soberbia. Está el bailarín creído que por su sola  voluntad pían las golondrinas o migran las grullas al norte del África negra teniendo, como tiene, un buen club literario de palmeros. Y, naturalmente cree el  presuntuoso que la ley no está hecha  para sus ínfulas. Y por tanto, a poco que esperemos, muchos estamos casi seguros de que veremos más zancochos tipo “romerillo” en esa brillante área que domina el pedante y que, desde luego, no serán melonadas de catálogos  de “¡ay, que se me han pegado dos euros!”

Un ejemplo de presunción.

     En Febrero de 2013, y de cara a  la organización de actividades de animación a la lectura en las bibliotecas municipales de la provincia de Zaragoza se organiza una convocatoria “digital” para que los interesados presenten proyectos y presupuestos. Naturalmente se piden méritos y experiencias a los aspirantes. Morenito de Maracay, como no podía ser de otra manera, obvia la propuesta abrumadora del personaje que nos ocuparía en este caso y elige a un grupete de amigos –supongo- que deben de ser aplicados en el arte del “sí,  bwana”  y en juntar letras para el deleite del  artista de la jota. Así las cosas y enterado de tan irregular elección, decido averiguar cuáles son los criterios que el jotero neocultureta y su departamento mantienen para conceder los miserables 2.800€ a los pobres bardos que se presentaron.

La primera en la frente

    Lo primero que acontece en el desarrollo de esta película es que la Diputación Provincial de Zaragoza no tiene registro. Bueno, no tiene modelo de instancia. Si quieres, te la fabricas, la  pones por duplicado y, entontes, te la sellan.

No me digan ustedes que esto no es, al menos, rarito. Aunque a la vista de los resultados no es raro si no consecuente ya que pasados cinco  meses, no he recibido contestación alguna por parte de los responsables de ese club cultural.

 

    La Instancia, por cierto, va dirigida a su jefe, el diputado José Manuel Larqué quien, de natural, se la habrá pasado al torpe joterillo para que responda adecuadamente al gilipollas   que la firma. Simplemente, si no hay gato encerrado, debería responder a la instancia del ciudadano en cuestión explicando los criterios que les han decido a adjudicar la miseria a unos u otros ¡Pues no, qué va! ¡El arrogante personaje de zarzuela no se digna responder! ¿Para qué vamos a contestar? ¿Por qué vamos a tener que dar cuentas de nuestros actos a cualquiera que nos las pida y, sobre todo, “por qué hemos explicar  cómo administramos nuestro dinero”?  Aquí tenemos el problema.

     Todavía Morenito de Maracay no se ha enterado que el dinero de la DPZ con el que a su departamento le dotan cada año, no es suyo. Todavía no se ha enterado que el manejo de los fondos públicos ha de ser exquisito, justificado, siempre transparente y, cómo no, sujeto a la ley. Item más: los ciudadanos tenemos derecho a preguntar y usted, como empleado público accidental, la obligación de responder. ¡Que no, Morenito! Que lo tuyo no es un cado ni una finca…. a ver si te enteras! ¡Que el sueldo te lo pagamos los que estamos en la puta calle! ¿Aún no lo has entendido? ¡Joder qué cruz!

    Y por cierto, ¿qué hace el diputado Larqué que no le dá puerta? ¿Esperará a morir arrastrado por la corriente? ¿Quién es el padrino de Morenito de Maracay?

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