Los Logros de un gestión eficaz / José Angel Biel


Por José Angel Biel
Vicepresidente del gobierno de Aragón
http://joseangelbiel.es

    Estos días hemos iniciado una campaña de comunicación desde el Partido Aragonés para dar a conocer algunos de los proyectos que hemos impulsado desde el gobierno durante la última década y que ya son una realidad. Creo que uno de los signos de madurez de una sociedad democrática es que se juzgue a los gestores de la cosa pública cada cuatro años, pero con conocimiento de causa.

    La campaña, por cierto, está sufragada con fondos propios del partido, porque en estos momentos los presupuestos públicos deben destinarse a otros cometidos.

    Hace doce años, en 1999, este partido convulsionó la política de la Comunidad al propiciar un cambio de gobierno en Aragón y pactar por primera vez con el Partido Socialista. Desde entonces, una buena parte de la derecha aragonesa no nos habla. Pero es esa parte de la sociedad que siempre vio al PAR como una fuerza auxiliar, en lugar de entender que era un socio de gobierno con un proyecto propio y que en determinadas ocasiones podía discrepar. El cambio de estrategia no fue por ganar más protagonismo en el gobierno; fue, fundamentalmente, porque nuestro entonces socio no cumplió los acuerdos programáticos y no entendió nuestro papel.

    Entonces nos encontramos con un dirigente socialista que intentaba recomponer el partido tras una turbulenta etapa que no viene al caso recordar. Iglesias entendió que el PAR no era una fuerza auxiliar, sino parte del gobierno y, como tal, necesitaba poder desarrollar su propio programa político. Comprendió también que había que propiciar el acuerdo en todo lo posible, intentando aparcar aquellas cuestiones que generaran tensiones en el seno de la coalición.

   En el debate del pasado mes de septiembre dije que “nunca sabrá el Partido Socialista lo que le debe al señor Iglesias” y hay que reconocer que también los aragonesistas debemos estar agradecidos a la especial sensibilidad con la que siempre nos ha atendido. Esta próspera etapa se termina y creo que es justo que los electores sepan qué hemos hecho estos años en el gobierno: donde no “hemos estado”, sino que “hemos sido”.

    Somos un activo importante dentro del gobierno y hemos dado cumplimiento a la mayoría de las propuestas con las que nos presentamos en 1999. Es cierto que otras no han sido posible, bien porque las circunstancias no lo han permitido o porque nuestra posición minoritaria nos ha impedido imponer nuestro criterio. Decía un catedrático de Derecho Mercantil que “para ser tajante hay que tener tajo” y nuestro tajo son nueve diputados. En más de una ocasión he dicho que si con nueve diputados hemos hecho lo que hemos hecho, ¿cuánto más haríamos si los aragoneses nos apoyaran de forma más decidida?

    La campaña de estos días recalca dos ideas: la primera, que sin la autonomía muchas de las cosas que han propiciado el desarrollo de Aragón hoy no serían una realidad, porque un estado centralista nunca habría apostado por plantear proyectos ambiciosos en el territorio, en esta tierra a la que amamos con pasión. Y la segunda, que el Partido Aragonés tiene magníficos gestores que han sabido poner en marcha multitud de proyectos transformadores de la sociedad.

    A un gobierno no sólo hay que pedirle que administre, eso lo saben hacer los tecnócratas. A un gobierno hay que pedirle que gobierne, que invente donde no hay nada, que arriesgue por determinadas iniciativas, que sea valiente. Y creo que lo hemos sido. Hemos impulsado proyectos que ningún otro partido hubiese puesto en marcha, por dos razones: porque tenemos gestores y porque confiamos en las posibilidades de esta tierra. Y hay que decir que no todos confían en las capacidades de los aragoneses. Tenemos buenas ideas y gente capaz de ponerlas en marcha.

    Así creo que nadie puede cuestionar el rotundo éxito de MotorLand, que en pocos meses fue capaz de demostrar a todo el mundo no que sabíamos hacer un circuito, sino que éramos capaces de hacer el mejor circuito del mundo y de organizar la mejor prueba del campeonato de MotoGP. Nunca antes un circuito debutante había logrado este galardón y fue la consecuencia del trabajo, capacidad e ilusión de mucha gente. Pero también la consecuencia de una apuesta política, la del Partido Aragonés.

   ¿Quién puede negar que Dinópolis ha sido el revulsivo turístico que Teruel necesitaba y merecía? Decenas de puestos de trabajo, nuevas infraestructuras hoteleras y un millón y medio de visitantes en una década han transformado la ciudad. Y todo eso con menos de la mitad de inversión que costó el pabellón puente de la Expo de Zaragoza.

    Cuando la deslocalización de empresas del sector industrial castiga con fuerza a nuestro país, algunos supimos ver que era necesario generar en Huesca una alternativa de desarrollo que no pudiese irse fuera. Un proyecto basado en el talento, en la investigación, en las nuevas tecnologías, con puestos de trabajo de alta cualificación. Hoy en día Walqa es un modelo de desarrollo para muchos parques tecnológicos y en él trabajan ya mil personas. Y sigue creciendo.

    Tres ejemplos de confianza en nuestras posibilidades, de buena gestión que han permitido dinamizar económicamente zonas concretas de Aragón y que atienden a un modelo de territorio vivo, donde los aragoneses que no residen en Zaragoza también tienen una oportunidad de trabajo.

    En medio de esta profunda crisis económica, este es el modelo por el que hay que seguir trabajando. No basta con ser austero, eso propiciará instituciones saneadas, pero lo que es necesario es que sigamos confiando en Aragón, en los aragoneses, y que desde lo público impulsemos proyectos de desarrollo tan bien ejecutados como estos tres. Hay muchos más ejemplos, y en los próximos días los iremos desgranando.

    Lo que hace falta es más confianza en Aragón y en los aragoneses.

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