Por Liberata
Esta glorieta bajo mi ventana
una extensión más amplia me recuerda,
donde en lo ignoto de mi edad temprana
diera en ser ignorante, vaga y lerda.
¡Qué intimo erial aquel, qué cautiverio
en que mi perspectiva pereciera!
Y ¡qué saeta, la que reluciera
atravesando el vasto cementerio!
Hoy hace frío en esta primavera
tantos años después, , aunque en lo alto
brille un sol que a las nubes ha vencido.
Y en este caminar, el de la espera,
siento mi corazón por el asfalto
arrastrarse vejado y resentido.