Por Andrés Sánchez Stuckler
…No será la última vez, que grandilocuente a la par que torpe y previsible hace su entrada, con eso sí.., un toque rancio entre almizcle y rape que a la mismísima Agustina de Aragón le hubiera hecho encoger la nariz, que no los hombros.
“Miedo” a equivocarse hace ya tiempo que paso el testigo a “Certeza”, certeza de la reprimenda o el mas que seguro consejo del observador desconfiado e impaciente que se retroalimenta de un stress altamente vírico que el mismo genera.
Sin duda preocupante, pero no mas que este escenario se haya convertido en algo familiar y cotidiano.
Donde hay confianza da asco…. ¡Si.!, pero… ¿y si eliminamos el factor confianza por su inexistencia?, el resultado del producto no varia ¿Entonces..? quizás el fín, si justifique los medios.
Sin descuidar mi aseo, pues esto no tiene disculpa, ya seas arrendador o arrendatario, invito, sugiero, o es más.., impero “Foutez le camp!”
¿Qué sucede, sucedería? El control de mando, ha perdido el mando, o el control, o las dos cosas.
Se entiende, se entendería como un motín de un solo individuo, se descompone el escenario, la función es un desastre, se cierra el telón.
