Julio Marín: el expresionismo de la piel de la libertad

161JulioMarinP
Por Jesús Soria Caro

      Suspensiones corporales es una exposición en la que Julio Marín nos muestra como la piel y el propio cuerpo son utilizados como soporte expresivo para crear formas, dibujar figuras imposibles en las que el organismo humano desafía todas las leyes, las de la gravedad, las de lo cómodo de una mirada educada desde las imposiciones de lo que tenemos que ver como normal y lo que no.

   Desde la antigüedad han existido rituales de suspensión corporal, como los realizados por la tribu Mandan, que habitaba en los bancos del río Missouri. La suspensión del tipo Oh-Kee-Pa fue derivada de este ritual. El propio fotógrafo nos anunciaba en el catálogo de la exposición:

   Muchas personas van a ver estas fotos de muy diferente manera, unas como otra forma de expresión, y otras con cierto rechazo, quizá producido también, por su apariencia, tatuajes, incrustaciones. Cuando los conocí, pregunté porque hacían las suspensiones, tú con la fotografía, me contestaron, intentas expresar algo ¿no?, nosotros colgándonos, y a la vez superamos miedos internos, que todos los tenemos.

   Se nos propone todo un desafío visual hacia una nueva mirada, lejos de la vieja perspectiva con la que se nos ha dirigido en nuestra forma de entender la realidad. Hay algo cercano al expresionismo al deformar lo convencional, cambiando así lo que educa nuestra visión hacia otras posibilidades diferentes para ver así el mundo con más libertad. El autor también recoge en su exposición fotográfica el proceso previo de preparación de estas formas humanas casi contorsionistas de su piel, dando lugar a cuerpos-objeto artístico que no solo desafían la gravedad, sino que dinamitan nuestros prejuicios hipócritas que nos hacen sentirnos incómodos ante la piel agredida por estos amarres aparentemente agresivos, cuando somos insensibles ante otras violencias psicológicas, morales y sociales que se efectúan en la sociedad. Aquí se encuentran las imágenes que muestran el proceso de preparación de estas suspensiones.

    El proceso requiere su técnica, hay todo un equipo que participa en la colocación de las cuerdas y enganches.

      En sí mismo todo este ritual previo recogido en la exposición a es tan espectacular como el resultado final que se obtiene cuando están los participantes suspendidos en el aire.

    Destacamos las siguientes imágenes finales:

     Analizando técnicamente la imagen vemos como el peso visual (la importancia temática de la fotografía) se encuentra a lo largo de la diagonal que se efectúa descendiendo en dicho trazado visual desde la parte superior izquierda a la inferior derecha, realizando dicha línea de mirada tal y como leemos, es decir, de izquierda a derecha, siendo dichas diagonales esenciales en la lectura del contenido de la fotografía. Frente a las líneas rectas que son las que representan los soportes que sostienen el cuerpo, la figura humana no es paralela, está inclinada lo que muestra una ilusión de dinamismo, logrando evocar el movimiento, proponiéndonos a su vez una forma dinámica de ver el mundo más allá de todas las formas heredadas desde las que lo observamos. El cuerpo-objeto que ya es obra artística ha sido lanzado a lo infinito de todas las posibilidades.

   En este caso el impacto nace de la unión de los artefactos metálicos y las cuerdas que se adentran en lo humano, sin embargo, la imagen es bella, parece un ser libre de todo lo que nos impide volar, no se somete ya a las leyes que implican pisar el suelo de la realidad, está por encima de lo establecido, parece una figura alada, mitológica, procedente de un orden ajeno a todo lo conocido. El trazado de la diagonal visual nos distribuye la imagen. También se respeta la sección aurea y el peso visual de la cabeza y el tronco quedan en el centro de esta división tripartita en lo horizontal y en lo vertical. La perspectiva poética del artista capta la imagen desde atrás como si esta volara fuera de nuestra visión limitadora, lejana de lo libre.

   Aquí el peso visual ha sido dejado fuera de la sección aurea, lo que tiene un efecto poético ya en la propia composición que persigue desafiar las leyes visuales del equilibrio clásico. Es una mirada que nos fuerza ya en su técnica formal a ver de otra manera, a saborear estas formas ajenas, agresivas, hermosas en su diferencia.

   Julio Marín nos interpela con la violencia de estas formas hermosas, alejadas de nuestra mirada cómoda, libres, cercanas al expresionismo, deformando una realidad falsa y cruel, para aprender a mirar desde otros ángulos, haciéndolo desde otra manera más libre y sin prejuicios.

Artículos relacionados :