Ralp Murfy entrevista a Los Drunken Cowboys


Por Ralp Murfy

     Formados en el 2009 en Zaragoza cuentan con cuatro discos, su último trabajo se llama “Invocatio Ad Deos Etilicorum (2020)”.

   Un disco que recoge la experiencia adquirida de los más de diez años que llevan haciendo música en la cual nos encontramos folk, western, country… pero sobre todo mucha juerga. ¿qué buscabais en este nuevo disco, un cambio o una continuidad?

    Sacar un disco es como cumplir años. Cada etapa de la vida te regala una experiencia nueva y en este caso apostamos por el folk norteamericano a modo de viaje, un encuentro con las raíces de la música de las montañas, el whisky de destilación propia y los bailes en mitad del bosque al anochecer.

-De la grabación del disco se ha encargado el gran Diego García que ha trabajado con Ara Malikian, entre otros tantos y ha sido grabado en los estudios Audio Feeling. ¿Por qué elegir a Diego?

   Si quieres los mejores resultados tienes que trabajar con los mejores. Fue una elección sencilla.

He podido leer que es un disco conceptual, un disco para pasar una noche al lado de una hoguera de juerga. ¿Tiene que ver esta fiesta con el título del disco “Invocatio Ad Deos Etilicorum”?

  Sin duda. Los dioses etílicos siempre nos han tratado con simpatía. Somos unos paganos empedernidos. Si les haces las debidas ofrendas, suelen escuchar tus plegarias.

-¿Cómo surgen las historias que cantáis en vuestras canciones?

   Cada canción surge de una necesidad. Hay historias que necesitan ser contadas, solo hay que saber buscarlas. En este disco hay personajes llenos de bondad como una mujer que se dejó la piel con su camión en los años 60 en las carreteras de EEUU criando a su pequeño, auténticos villanos que venden su alma al diablo o instrumentales que unen las melodías tradicionales que han forjado la historia de los pueblos que se asentaron en las montañas. Cada disco tiene una deuda con sus ancestros y el folk de Norteamérica está lleno de historias de todos los lugares gracias a la inmigración que portaba una muda limpia en una vieja maleta y un instrumento en el otro brazo.

-¿Cuál es vuestra playlist para ir de viaje a un bolo?

     Depende del momento. Desde Hank Williams a los Manowar, pasando por Mike Olfield, el maestro Morricone o el nuevo disco de una banda con la que hemos compartido escenario. Hay que aprender a escuchar, sin duda una de las deudas pendientes del siglo XXI.

-En vuestros conciertos hay baile, fiesta, brindis…es posible en la actualidad un concierto de Los Drunken Cowboys con el público sentado.

   Hemos hechos varios tanto en Streaming como con público sentado en salas grandes. Es divertido cuando te cuentan que estabas en el salón de su casa mientras vaciaban el minibar o que les duele el culo de saltar en la silla. Es una buena manera de saber cómo se siente un cowboy después de una larga jornada. La música se escucha con los oídos, pero es cierto que el resto de los sentidos también quieren participar, en especial los que tienen que ver con el baile y el brindis.

-La portada del disco es una obra adaptada de la artista Julseen Moos. ¿Cómo llega a vosotros esta artista y que queréis contar con esta portada?

    Julseen es una artista experimentada con una expresividad muy tierna y divertida. Siempre hemos pensado que los dioses etílicos tienen un punto de bondad y alegría y ella era perfecta para este trabajo.

-Sois una banda de folk, pero hay un hueco para Miguel Ríos en vuestro disco. ¿Qué significa para vosotros este roquero?

    Miguel Ríos fue un pionero que se dejó la piel en el escenario. Mientras muchos estaban haciendo el imbécil en la televisión copando los medios él estaba girando arriesgando su carrera en cada concierto. Este país le debe mucho a este gran músico.

-Ya el año pasado en mayo comentabais que el sector de la música es uno de los sectores que más estaba sufriendo, ha pasado ya un tiempecito ¿qué opinión tenéis de cómo se está tratando al mundo de la cultura?

     Nadie en su sano juicio podría afirmar que a la cultura se le ha tratado con el respeto que merece. El sector está sufriendo de manera injusta e innecesaria. La cultura es un bastión para la salud mental y para el futuro de los pueblos. No podemos ocultar el hecho de que esta pandemia es una cuestión sanitaria y dejar de lado la cultura considerándola un juguete caro que no le compras a un niño o un capricho de segunda necesidad es un error grave. Sin cultura seríamos borregos en un rebaño u orcos en un lodazal. Supongo que alguien conocedor de este hecho le interesará que así sea. Debería de pensar en las consecuencias, porque los borregos son obedientes, pero los orcos son peligrosos y su concepción de futuro es aterradora.

-Y nos despedimos cantando “Gracias amigos gracias” brindando por que pronto podamos disfrutar de otra fiesta con vosotros. Gracias por vuestro tiempo.

    ¡Salud!

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