JJ Beeme es entrevistado por Miguel Baquero


«El gigantismo de las cifras apabulla solo a los cretinos»
Joaquín Beeme
es entrevistado para el Heraldo del Henares por Miguel Baquero

      José Joaquín Beeme es un aragonés afincado en Italia desde hace diez años. Amante y practicante de la creación artística, al decir “creación artística” entiéndase de la forma más genérica, porque el proyecto de Beeme, que desde el año 2004, con la fundación de “La Torre degli Arabeschi” es toda una realidad, consiste en aunar en una sola obra el aspecto literario y pictórico (y también artesano y personal) de los libros con los que trabaja.

 

   La Torre degli Arabeschi edita (aquí no cabe el supuesto sinónimo “publica”) libros de tirada reducida, en torno a los 15 ejemplares, 30 como máximo, elaborados todos ellos manualmente por Beeme, numerados y firmados por el autor. Como cabe suponer, cada “libriccino” (o “librúnculo”, como se refiere a ellos el autor, o “libreto”, como también podría llamárseles) es una auténtica obra de arte tanto en lo referente a ilustración u originalidad de la composición, como en el aspecto literario que contiene.

    Pese a que suelen referirse a La Torre degli Arabeschi como una “microeditorial” por lo exiguo de sus tiradas, seguramente sería más propio hablar de una gran, grandísima editorial al margen del proceso industrial de fabricación de libros, de las grandes y fatigantes tiradas, de “los nubarrones de letras y los vientos barredores de folios”, como indica el gran cuentista Norberto Luis Romero, uno de los autores publicados por Beeme.

     Desde las orillas del Lago Maggiore, al pie de los Alpes, donde Beeme lleva a cabo su trabajo de orífice, cada cierto tiempo los libros de La Torre degli Arabeschi recorren el mundo al encuentro (que no a la caza) de lectores que sepan apreciar lo artístico de sus portadas, lo hermoso de sus encuadernaciones, lo cuidado de sus páginas.

 

   En esta ocasión, la exposición de La Torre degli Arabeschi ha llegado a Madrid (durante todo el mes de abril en el Centro de Arte Moderno, calle Galileo, 52), y allí tuvimos ocasión de contemplar la humilde magia de estos ejemplares y, posteriormente, de hablar con el editor-autor.

 EL HERALDO DEL HENARES: La primera pregunta parece inevitable: ¿cómo surgió la idea de crear esta editorial tan al margen, justo en el lado opuesto, del vocinglerío actual que domina la edición?

 JOSÉ JOAQUÍN BEEME: Sostengo que la guerrilla, la resistencia, la contracultura, se puede y se debe practicar en todos los ámbitos de la creación. Hay algo de vieja hidalguía en esto, de rabioso romanticismo one-man-show, pero, una vez tendida la tela, las arañas del espíritu se congregan por simple combinatoria de radicales libres. La Torre es mi pecado de soberbia respondiendo al aborrecimiento masivo.

 EHH: ¿Cómo eliges a los autores en cuya obra trabajas?, ¿por admiración?, ¿por amistad?, ¿o son ellos quien se acercan a ti y entre ellos y tú media la firma de un contrato?

JOSÉ JOAQUÍN BEEME: Lectura y complicidad, enamoramiento de unos textos, siguen, acompañan o anuncian una amistad. La deriva contractual, como todo lo que toca el comercio, la asesinaría sin remedio. A veces, también, publico al personaje más que a su obra: quienes han hecho de su vida un arte, los Wilde sin impostura, me merecen un gran respeto.

 EHH: En los maravillosos libros que constituyen la exposición, he visto que trabajas con multitud de materiales. Hay mucha técnica de collage: ensamblas maderas, telas, cerámicas, flores secas, por ejemplo, incluso empleas metales…

 JOSÉ JOAQUÍN BEEME: Lo yuxtapongo todo: tengo un collage por cabeza. Ahora en Madrid me he provisto de espléndidos papeles japoneses y nepalíes, pero también de llaves y fotografías antiguas del Rastro (por cierto, mis galeristas son además un templo ramoniano: qué felicidad). En mis “polilibros o libros de uso variable”, como decía Cortázar de los suyos, caben muchas cosas o muchos yoes porque mi género es la autobiografía, y mixta es la técnica congenial.

 EHH: Hemos visto, por ejemplo, una portada que incluye chapas de botella martilleadas para que tengan el aspecto de ruedas de un coche… Evidentemente, con técnicas como ésta se ha de ir trabajando cada ejemplar por separado, uno a uno…

 JOSÉ JOAQUÍN BEEME: Cada ejemplar es un original, como en el caso de la obra gráfica, y hablar de tiraje es útil solo a efectos de anaquel o catalogación. Contra la serialidad reivindico el aura, por decirlo en palabras de Benjamin, la unicidad de la experiencia estética que se recibe o se propina.

 EHH: ¿El autor en cuyo libro estás trabajando, te transmite alguna sugerencia sobre cómo le gustaría que fuera “su” portada?, ¿supervisa en algún momento el proceso?, ¿da el visto bueno final?

 JOSÉ JOAQUÍN BEEME: A partir de la entrega del original, todo está basado en la sorpresa, en el juego, en el suspense, pero también en la miniatura monacal, por naturaleza silenciosa. Otra contratendencia que me gusta: ejercer la confianza en un mundo todo sospecha y conspiración. Por eso he eliminado, de un plumazo, la nefasta figura del distribuidor.

 EHH: ¿Cuál es la máxima extensión de textos con la que trabajas?, ¿5, 10… 100 páginas?

 JOSÉ JOAQUÍN BEEME: No más de una treintena, incluidas imágenes y manipulaciones varias. Minimalismo en todo, menos en la intención y en la ambición artística. El gigantismo de las cifras apabulla solo a los cretinos. Luego me dirijo, también yo, a la inmensa minoría.

 EHH: Algunos de los textos que has publicado en La Torre degli Arabeschi son originales, pero otros son cuentos ya publicados bien por separado o bien dentro de una colección, de autores actuales pero también de clásicos. En este sentido, ¿te atienes solo a tu gusto personal?

 JOSÉ JOAQUÍN BEEME: Inéditos siempre que trato con autores vivos: ésta es la regla. En otro caso caben mis lecturas personales, por ejemplo aforísticas o antológicas, de autores que me han enseñado a escribir, a pensar, a ver mundos / el mundo. Pero el gusto es bastardo y se mueve a golpe de intuición y descubierta.

 EHH: Junto con los magníficos ejemplares de La Torre degli Arabeschi… por cierto, ¿por qué este nombre?

 JOSÉ JOAQUÍN BEEME: Italianizante lo he sido siempre (ya en 1995, antes de saber que viviría en Italia, me fui con una beca del Instituto de Estudios Turolenses a escribir cuentos recorriendo “la bota” en tren desde Ventimiglia a Palermo), y en tiempos de oscurantismo de retorno afirmo además mi raíz andalusí, dentro de un zigurat de invenciones nómadas, de una babel que habla todas las lenguas del arte.

 EHH: Te iba a preguntar que, junto con los magníficos ejemplares de La Torre degli Arabeschi hay también en las exposiciones un espacio reservado para ejemplares únicos, como son los “cuadernos de artista”…

 JOSÉ JOAQUÍN BEEME: En Andarines de su órbita (homenaje a JRJ que es metáfora del poeta, del creador que trabaja día a día su obsesión, el mundo que a cada paso recrea) he querido dar una pincelada de un proyecto paralelo, constituido por obras únicas, al que llamo Kraken Álbum. Se trata de una selección de mis sketchbooks, un centenar, sobre los más variados asuntos y preocupaciones que rondan por mi cabeza, y en los que ensayo con todo lo que hallo a mi alcance.

 EHH: Defiendes que esas obras pueden tener un gran valor, como muestra del proceso creativo que sigue un artista hasta culminar en un cuadro, una escultura o, como en tu caso, la edición de un libro…

 JOSÉ JOAQUÍN BEEME: Proceso creativo volcado a un fin o fin en sí mismo, en ambos casos el cuaderno es una pieza apasionante, reveladora de claves estilísticas, teóricas y hasta biográficas, crecientemente valorada por los historiadores del arte. Para mí es un magnífico banco de pruebas, el terreno de la invención pura, sin deudas ni compromisos, algo así como el cortometraje de la plástica.

 EHH: No te voy a preguntar en qué estás trabajando ahora, que suele ser la pregunta habitual, porque imagino que el proceso de edición de cada libro de La Torre degli Arabeschi es una aventura que a veces culmina y otras se malogra, que no hay plan editorial en sí y que lo artesanal llega incluso a la programación editorial…

 JOSÉ JOAQUÍN BEEME: Si el capriccio rige mis destinos, cómo no iba a hacerlo con estos Harveys de mi chistera. Pero como el dios de las pequeñas cosas me ha librado del secreto industrial y de cualquier estrategia de ventas, puedo decirte que estoy preparando un libro de microcuentos de tradición hebrea con el artista conceptual neoyorquino Jonathon Keats, un microsafari con fotografías de Grégoire Dubois y un homenaje a Ildefonso Manuel Gil firmado por su principal estudioso, el poeta Juan González Soto.

 EHH: Entonces solo me cabe despedir deseándote toda la suerte artística del mundo y que durante muchos años sigas realizando tus magníficas plaquettes.

 JOSÉ JOAQUÍN BEEME: Muchas gracias, desde la complicidad letrista.

Fuente: http://www.elheraldodelhenares.es:80/pag/noticia.php?cual=9007