Por Emilio Mendoza de Gyves
Queridos amigos, quiero contarles en esta ocasión la agradable sensación que experimento cada vez que subo a la cima de la Gran Pirámide de Cholula, la pirámide más grande en volumen del mundo.
Emilio Mendoza de Gyves
Corresponsal del Pollo Urbano en Mexico
Por lo menos una vez al año visito la ciudad de Cholula con mi familia. Me encanta subir a la pirámide y desde ahí observar el gran panorama que ofrece la ciudad. La pirámide de Cholula no es una pirámide más, es una pirámide escondida: ¡Es la Gran Pirámide!
La Gran Pirámide de Cholula se considera el edificio arqueológico con el basamento y el volumen más grande del mundo (500 metros por lado y 64 metros de altura, 4.5 millones de metros cúbicos). No se sabe exactamente cuándo fue iniciada la construcción de este imponente monumento, pero los arqueólogos suponen que tuvo su inicio entre los 300 años a.C. y el inicio de la era cristiana. Se estima que para terminar el complejo fueron necesarios entre 500 y 1000 años.
El sitio arqueológico de Cholula se encuentra muy cerca de la ciudad de Puebla, capital del Estado del mismo nombre. Hoy, la pirámide aparece como una colina natural recubierta por vegetación, subdividida en cuatro grandes escalones. Sobre su cima, donde alguna vez se encontró un templo, ahora se encuentra una iglesia católica dedicada a Nuestra Señora de los Remedios que data de 1594.
En realidad, la Gran Pirámide está compuesta por cuatro construcciones sobrepuestas, de las cuales una sola ha sido nuevamente descubierta a la luz por los investigadores. Su construcción aprovechó una elevación natural para ir sobreponiendo construcciones en diferentes etapas a lo largo del tiempo y en cuya parte más alta los conquistadores españoles construyeron la iglesia. La Gran pirámide fue abandonada hacia los años 700-800 d.C. Varios siglos después, a su llegada, los conquistadores encontraron un alto montículo cubierto completamente por vegetación y lo confundieron con un cerro natural.
Al inicio del siglo pasado, la construcción de caminos entre Cholula y Puebla dejó entrever algunas de las secciones de la arquitectura interna de la pirámide. Los muros que emergían apenas parcialmente, unos de piedra y otros de adobe, era una invitación a explorar el monumento. En 1931 se inició la investigación recurriendo a una novedosa estrategia que se había usado en la Pirámide del Sol: la perforación mediante túneles. Gracias a las perforaciones se demostró que la Gran Pirámide contenía diversas subestructuras. En su interior los túneles superan los 8 kilómetros de longitud, los cuales atraviesan las diferentes etapas de construcción del basamento. Las excavaciones para continuar con las investigaciones tuvieron que ser suspendidas para no dañar la iglesia que fue declarada Patrimonio Histórico de la Nación.
La zona arqueológica de Cholula cuenta con tres áreas abiertas al público: el museo de la zona arqueológica de Cholula con tres salas de exposición permanente; el recorrido de una parte del túnel en el interior de la Gran Pirámide, y finalmente la denominada área abierta de la zona arqueológica de Cholula constituida por los patios ceremoniales del sur y del poniente de la pirámide. La parte del túnel que se puede recorrer por el público está en un mismo plano, iluminado artificialmente y sin riegos de que el visitante pueda extraviarse. Ahí se aprecian pasajes que se adentran en el corazón de la pirámide, hacia arriba y hacia abajo, hasta donde alcanza la vista que se pierde en la oscuridad.
Cada vez que tengo la oportunidad de regresar a Cholula me invade una gran emoción. Junto con cientos de visitantes, entre turistas y peregrinos, me dispongo a subir hasta la cumbre de la Gran Pirámide donde se encuentra el santuario. Mientras disfruto desde la terraza el maravilloso panorama de la ciudad reflexiono, que bajo mis pies, se encuentra la grandiosidad de nuestra historia.
